Alessandro

Y acá estoy de nuevo, no había sido capaz de venir a este lugar por más de diez años, pero bueno debemos darle frente a todo esto, me enteré qué mi padre por fin falleció solo vengo a corroborar esa noticia. Qué aquella cosa sea cierto, me siento sobre el barranco que queda frente aquella casa, los recuerdos llegan a mi mente, que diferente todo hubiese sido, sin ese hombre en nuestra vida y más si mi madre hubiera tenido pantalones para defender a sus hijos y defenderse ella misma ante aquel hombre y lo hubiese dejado, no puedo evitar sentir frustración por esta situación, no puedo negar que me afecta estar acá pero debo cerrar este ciclo para continuar con mi vida, no puedo dejarme atormentarme por algo que pasó hace años y que evidentemente a nadie le importó más que a mí, nunca me buscaron, solo esperaban ansiosos el dinero que yo les enviaba. Por suerte soy el hombre que soy gracias a otra persona. Inició de flashback Otro día dónde me escondo para no escuchar los golpes e insultos que ese señor llamado mi padre le da a mi pobre madre, solo escucho su "no por favor, los niños aún están despiertos"... que cobarde algún día le haré pagar todo lo que ella a sufrido y no dejaré que ningún hombre lastime al a su esposa o alguna mujer, eso me lo prometo, después de unos minutos de silencio suena la puerta de la calle, me destape los oídos para poder oír si ya se fue de la casa y al parecer así fue, camine hasta la otra habitación y la veo, mi mamá está sobre el piso llorando preguntándose ¿el por qué él se porta así con ella.?, no lo entiendo, es por ella misma por no dejarlo, yo la apoyaría y vería por ella; la verdad siempre debo soportar esto a pesar de que soy el menor de mis ocho hermanos, siempre he tenido claro que ese señor no es mi papá. Quiero que ella sienta que conmigo va a estar segura y protegida. — tu papá se llevó el dinero hoy, al parecer nuevamente tiene deudas en el casino, ya sabes eso es por su bien lo único es que no se que darles de comida hoy. Debemos mirar a ver si tus hermanos nuevamente me ayudan a conseguir lo de la comida, no te preocupes tu ve a dormir hijo. — Habla ella limpiándose las lágrimas que se combinan perfectamente con la sangre. Cómo no me voy a preocupar si mi mamá se mata trabajando como camarera para pagar las adicciones de aquel hombre, la impotencia es lo que siento. — Tranquila mami, yo te ayudaré a conseguir lo de la cena, no te preocupes algún día tendré mucho dinero y no dejaré que tú y mis hermanos pasen necesidades. — La ayudó a sentarse. — También debes prometerme que si algún día llegas a tener todo ese dinero que dices, que vas también a ayudar a tu papá, que no tenga deudas. — Me mira fijamente a los ojos, se que le duele más que no lo quiera. La verdad no sé porqué lo hace, siempre defiende los intereses de ese hombre por encima de nosotros y el de ella misma. Le limpió algo la cara y voy a las calles principales de Sicilia y comienzo a mendigar, alcanzo a ver a uno de mis hermanos está robando, hay dos más en el otro semáforo haciendo trucos, golpeó una roca por todo esto, que situación la nuestra. Después de tres horas logre juntar algunos euros para la cena de esta noche, llegué a casa antes que mis hermanos ellos también van y beben alcohol con ese dinero o simplemente van con sus novias o novios, hay un descontrol por eso trato de ser obediente para que mi madre no tenga problemas. Mi madre se dirige a la cocina y va y prepara la cena, una pasta a la boloñesa, mi preferida, se que cuesta mucho pero por eso me esforcé el doble, quería que comiéramos algo delicioso. Así transcurren los días hay días iguales, hay días diferentes todo depende de cuanto apueste y cómo le vaya por allá, muchas veces no llega, escuche a mi hermano que se va donde las mujeres fáciles; es irónico, se supone que tu progenitor debe cuidar de ti lo mayor posible y él hace todo lo contrario, así llevamos desde que nací tanto tiempo mi madre aguantando y sufriendo todo lo que este señor quiere hacerle. Mis días a veces son peores, cuando este señor me golpea por respirar o por estar al lado de mi madre, mis hermanos también pelean con él y poco a poco a empezado a sacarlos de la casa, o sencillamente les da drogas para mantenerlos tranquilos y contentos. Yo nunca podré dejarme comprar de ese señor, nunca dejaré que me soborne para comprar mi respeto y amor. A mis catorce años ya era un experto trabajando en la calle, sabía dónde, en qué parte daban más dinero, sabía a qué horas se potencializaba el negocio, trataba de hacerme muchos euros en el día para poder llegar y dormir toda la noche, ya casi no me la pasaba en la casa, muchas veces me enfrente a ese señor y como raro mi madre siempre lo defendió, así que prefería estar en la calle mirando como las personas eran felices. Un lunes, lo recuerdo muy bien porque los lunes no abrían la panadería del señor Lumbardi, cumpli mi meta personal en una mañana, mi cabeza me iba a estallar así que quise ir a dormir para poder volver mañana a trabajar, en el camino compre unas carnes y panes, quería comer un platillo que vi en un restaurante así que le diré a mi mamá que si por favor me lo prepara. Voy camino a mi casa a dormir un poco, pase por la escuela y vi los niños estudiando, como me gustaría estudiar, ser un gran policía, médico o algo que ayude a los demás, al menos terminar la escuela, acelere mi paso, eso forzar el destino no está bien, llegue rápido pero cuando llegué no podía creer lo que estaba viendo. Mi padre, ese señor que me dio la vida estaba tomando a la fuerza a una de mis hermanas ¡imbécil!, antes de que se diera cuenta que lo vi fui a buscar ayuda con mis hermanas mayores, ninguno de ellos estaba en casa, me desesperé no sabía qué hacer. Mire en el cajón de una de mis hermanas y vi un arma, no sé para que la usa pero no me importa, me ayudará a salvar a mi hermanita, la tomé en mis mano y le apunte la pierna tampoco lo iba a matar, aunque ganas no me faltaban. — Suelta a mi hermana, cerdo. — Le grité con todas mis fuerzas, él solo se rió al verme y siguió haciendo de la suya. Así que no tuve más opción que dispararle, él tiro cayó en una pierna, mis manos temblaban mientras él estaba tirado en el suelo, mi hermana se fue a su habitación corriendo, llorando. Claramente no iba a salir corriendo, quería y debía denunciarlo a la policía, estaba aprovechándose de mi hermana, lo haré pagar absolutamente todo. Llegó mi madre y al escuchar la verdad por parte de mi hermana y mi parte, me echó de la casa. Le expliqué una y mil veces lo que intentó hacer ese señor pero ella le creyó más a él que a mí a pesar de todo. Me despedí y la abrace fuerte, le prometí que no la desamparare, sé que ella lo defendió por miedo, por no sentirse útil, yo estaré para ella así sea de la distancia. Sus palabras me retumbaron una y otra vez "Vete lejos, no me iré contigo, él es mi esposo y aquí estoy para él". Deambule días enteros comiendo de la basura, el frío me está matando, atacando a mis pulmones, solo me mantenía con vida por los recuerdos de mi madre y mis hermanos, algún día lo sacaré de ese hoyo, los últimos días no tuve más opción que ponerme a robar hasta que un día me encontré a la persona que menos pensaba, el que me cambió la vida. Venía un carro muy lujoso, se estacionó frente a un restaurante muy famoso en el sector, perfecto eso quiere decir que tiene dinero el señor o señora de allí, bajó un hombre se veía bien portado, se veía poderoso, fui y me hice detrás de su carro. Tengo que ver que puedo robar, necesito comer algo caliente o me voy a enfermar, di la vuelta cuando lo vi, estaba mirándome, en sus ojos había una expresión de odio, pensé que me moriría ese día. — ¿Qué te pasa estúpido? — Su acento no era de alguien de acá. — ¿Acaso quieres morir hoy? — Dijo mostrándome su arma y mis piernas temblaron. — Señor disculpe, tengo mucha hambre llevo días sin comer no quería molestarlo. Le prometo que desaparezco de su vista y no me va a volver a ver pero perdóneme. — Junto mis manos en forma de súplica. — Él empezó a mirar a todo lado, ¿no tienes casa, padres que te esperen? Eres muy chico para estar en la calle tratando de robar y metiéndose en un problema grande. — Me tira de la oreja. — Estoy solo, mis papás están lejos no los he vuelto a ver, no sé si quieran verme aún. — Él abre los ojos. — Entonces eres un chico malo, que hiciste acaso. Sorpréndeme y así decidir si acabar con tu pena hoy. — — Defendí a mi hermana de mi papá, que la tomó a la fuerza para hacerle daño, por eso me sacó de la casa. No tengo a dónde ir, por eso le pido me disculpe. — A pesar del muchacho ser un delincuente tiene modales. — le dijo aquel hombre a su qué chofer. — Creo que nos puede servir. Perdonado, por haber intentado robar y todo lo demás, esto no te saldrá gratis, vas a trabajar para mí, serás mi sombra, harás todo lo que yo te pida. Claro está tendrás un lugar donde dormir, también, tendrás comida todo eso me lo pagarás; ante todo espero lealtad de tu parte o no me temblará la mano para acabar con ese pequeño cuerpo. — Me señala completo, asentí y lo seguí. Me dejó esperando en su carro mientras tenía la cena, con su chofer me envió comida, un manjar para mí hace mucho no comía tan delicioso, se me hizo agua la boca. — Este señor es mi ángel. — El patrón se llama Leonardo solo espero que sepas recompensarlo por todo lo que está haciendo por ti. — Mucho sí señor respondí con la boca llena. Yo me llamo Alessandro y seré su mejor empleado. El chófer soltó una risa y siguió en los suyo. Y así me llevó a su casa me enseñó a pelear, a utilizar diferentes armas y a diferenciar el trato con la gente si no vale la pena, él no tenía hijos y en poco tiempo me "adoptó" como a uno, a todos me presentaba como su hijo y nunca lo contradecía, él era un mejor papá que el que me tocó. Lo que me pagaba enviaba la mitad a mi mamá para ella y mis hermanos, también enviaba una carta contándole que estaba bien que iría por ella, la llamé muchas veces pero ella me dejaba claro que no se iría de allí, que solo con mi ayuda económica bastaba. Noté que los negocios del señor Leonardo no eran tan legales como parecía pero ese mundo me llamaba y yo debía estar dentro de el, me sentía como un pez en una pecera gigante. Leonardo me fue enseñando todo lo que conocía del negocio, como manejarlo y como ocultarlo, me dijo que debía tener negocios paralelos para evitar ser descubierto. Toda su confianza la deposito en mi y yo no lo iba a defraudar, mis ratos libres hacía ejercicio, él mismo me decía que la imagen era fundamental en este negocio, te hace ver fuerte con el enemigo, atrae mujeres y buenos negocios. No me gustaba jugar con las mujeres, pero desde que conocí el sexo me gusta aprovecharlo eso si dejando todo en claro. Cuando cumplí veintiséis años fui a cerrar un trato en Roma, me llamaron informandome que Leonardo murió de un infarto en el corazón, sabía que desde ese momento yo pasaba a ser el jefe, a ser el amo de la Mafia italiana. Algo que tenía claro es que no iba a matar a nadie con mis manos, no iba a manchar mis manos de sangre, también tengo claro que haré sufrir a los hombres patanes, machistas. Seré algo de todo lo que quise ser de pequeño, eso sí manteniendo mi lugar, nadie pasará por encima mío o sencillamente se arrepentirán. Fin de flashback Pateó algunas piedras, veo de fondo la casa y ya no sirve. Llamé a Santino, mi amigo y socio. — Quiero que destruyas esta casa y, con el terreno construyas algo, un nuevo concesionario o algo, así sea un cementerio. No quiero que quede rastro de este lugar. ¿Claro? — Hablo mientras voy viendo todo por dentro, todo sigue igual, solo algunas cosas un poco deterioradas. — Sí, como órdenes. — Me saca de mis pensamientos. — Solo quiero estar seguro que a mi madre y a mis hermanos los enviaron a un sitio seguro, donde no sepan de mí y no pasen necesidades. — Tomó en mis manos la foto que nos tomamos aquella navidad. — Sí, no hay problema alguno con eso. Solo quiero recordarte que la otra semana es el lanzamiento de la nueva marca de autos, van a estar los socios más distinguidos de los dos mandos. Debemos concretar negocios de ambos lados. — Me rio mentalmente, negocios paralelos lo llamaría Leonardo. — No hay lío, igual para eso estás tú. Nos vemos en mi casa a las ocho. — Terminó la llamada cuando escucho su respuesta. Hago señas y viene un carro por mi, hoy tengo un día ajetreado, debo revisar que el cargamento de la otra semana esté listo, deben irse en los carros de exportación. Le escribo al comandante de la policía para asegurar todo, él responde con un ok, tener todo el control es lo que más me interesa, no soporto la mediocridad y la ineptitud. Llegó a una de mis empresas a firmar unos cheques, hablo con Santino para que él cargamento de dólares lavados sea mayor esta vez, hay nuevos socios y queremos dejar una buena impresión. Hoy me reuniré con Dante Lombardi, él tiene una gran fortuna así que quiere multiplicará conmigo. Voy a la casa y me cambio, nos quedamos de encontrar en la bodega, la bodega es una de las oficinas que manejo, solo que ella es donde hacemos los negocios que no son legales. Le aviso al ama de llaves que hoy no vendré a la casa, siempre después de un negocio vamos a celebrar con algunas chicas a mi disposición, ante todo ponemos a los clientes felices. El ama de llaves es como una segunda mamá para mí, ella está acá desde que Leonardo me trajo, su nombre es Giovana, es muy amable, me da consejos y sobre todo es muy leal. Me coloco uno de mis trajes, como un poco de fruta y salgo. Abajo ya me está esperando el chófer. La bodega queda al otro lado de la ciudad así que me siento y leo un poco, me gusta mantenerme actualizado. Llegamos y la seguridad acá es el doble, debemos garantizar que no haya un espía y no se infiltre información, entro y ya está Dante sentado con un vaso con Whisky en su mano, mientras mira hacia todo lado. — Espero que no haya tenido que esperar mucho. — Le digo y él se pone de pie para estirar su mano. — Claro que no señor, espere lo necesario. — Cómo siempre, mostrando pleitesía, que hipocresía. — Bueno, siéntate. Vamos a hablar de lo realmente importante, no me gusta perder el tiempo. — Me siento y él tartamudea. Hago señas para que tome su lugar y así lo hace. — El nuevo lanzamiento de mi carro, como ya sabes será la otra semana, tú debes tener el capital para, máximo dos días antes, esto es para no perder el tiempo y buscar a la persona que quiera hacer negocios. ¿Claro? — Él mueve su cabeza. — Debes reunir un monto de dos millones de dólares y traerlos acá, Santino mi socio se encargará de recibirlos y contarlos. — Claro señor, le cuento a parte de mi fortuna me unire con una familia poderosa. — habla Dante intentando mostrar importancia. — No te creas tan importante, no me interesa si llegas a aparentar con animales o personas, lo único que realmente me interesa es que cumplas con tu parte. Pero ya que mencionas tu nueva familia, espero que tu boca permanezca cerrada, no quisiera cerrarla yo. — Él traga saliva. — Bueno, me iré. Fue un placer hacer negocios contigo Dante, te espero para que escojas tu automóvil, puedes llevar a tus amigos y familia o al que quieras, es un evento público donde irá la prensa. Cabe decir que allí sólo soy un empresario exitoso con ganas de salir adelante y que su negocio florezca. — Ah sí. — Mueve sus dedos y ríe. Mi chófer me mira, se que está pensando que este tipo es un grandísimo imbécil y, no lo culpo yo pienso lo mismo. Le estiró la mano y me despido, salgo de ahí, no quiero que sea prendedizo. Hago señas para que le den todo para celebrar, mujeres y alcohol. Por mi parte me iré, no quiero darle tanta importancia a este tipo.