Después de escuchar todo el bendito camino de como Kevin se quejaba porque esta mañana lo deje plantado como un árbol en el baño y no le di nada, estamos acá, en mi tienda favorita de ropa. Mirando vestidos para mí y poder usarlo esta noche, ya que hoy celebramos la fiesta de las lámparas aerostáticas o como yo le digo, la fiesta de las luces. Todos los años se celebra, especialmente para transmitir tus deseos al cielo. La tradición y la creencia dice que como las linternas llegan al cielo y se llevan los mensajes, deseos y promesas escritos en ellos; se dice que se hacen realidad, y que mientras más alto llegue tu lámpara, será más probable que desde el cielo respondan a tus peticiones y anhelos. Lo cual me parece una idiotez, pero creo que todos somos como esas lámparas, estamos llenos de deseos, sueños y metas, muchas veces necesitamos una respuesta y casi siempre la respuesta viene de lo alto. Soy creyente, pero hace un tiempo me aparté de todo, me sentía llena, feliz y con vida, pero me hacía falta respirar o como dicen todos los creyentes, "me hacía falta morirme un poco más en vida para volver a estar bien".
Mientras voy caminando, viendo y observando cada atuendo que veo en esta tienda a lo lejos veo un vestido llamativo, me acero a él y es hermoso, realmente hermoso.
Un vestido largo de un color naranja intenso, ajustado arriba y de escote cuadrado con tiras anchas en los hombros. Desde la cintura hasta los tobillos una falda acampanada, adornado con flores de todo tipo que resaltan aún más el naranja de fondo. Mis ojos no podían dejar de ver ese fabuloso vestido, siento que de alguna manera ese vestido me pertenece.
- ¿Te gusta? - Siento la voz de Kevin detrás de mí y ni siquiera volteo a verlo, solo asiento con la cabeza.
- Sí, es perfecto - Respondo y comienzo a caminar hacia él para llevarlo a la caja y pagar.
[...]
Después de estar 3 horas dentro de la tienda y revisar cada una de las prendas fuimos a mi casa. Tenía que cocinar, almorzar, bañarme y alistarme para la fiesta de las luces. Recuerdo la última vez que fui con mi familia, estábamos todos encantados con aquellos globos de luces que brillaban y viajaban al rededor del cielo.
Flashback
Hoy, hoy es la fiesta de las luces. Mi mamá y mi papá están ansiosos por ir, mi abuelo está corriendo para todos lados porque no sabe que corbata ponerse. Va del baño al cuarto y del cuarto al baño fijándose que corbata usar. Me acerco al baño y lo veo ansioso, intranquilo y me acerco más, entonces me ve por el espejo y se gira hacia mí.
- Hola, pequeña - Me dice bajándose a mi altura para darme un beso y conversar conmigo.
- Hola, Tata - Lo abrazo.
- Dime, pequeña, ¿Cuál crees que me queda mejor? - Me dice y se levanta colocando en su cuello una corbata roja, una azul y otra negra.
- Creo que la azul, la roja es muy roja y la negra muy oscura - Respondo sonriendo y yéndome hacia la cocina.
- Mami, ¿Ya nos vamos? - Pregunto y mi mamá se gira para verme sonriente.
- No hija, aún no, aguanta unos minutos que tu tata este listo y nos vamos - Responde acariciando mi nariz y volviendo a lo que estaba haciendo.
Suspiro y voy a mi habitación, no me gusta esperar, pero sé que valdrá la pena. Me puse a ver televisión mientras esperaba a que todos estuvieran listos. Yo ya estaba lista, tenía un vestido amarillo, largo y con una cinta negra que se ataba detrás con un moño y una coleta alta con una tiara de flores amarillas.
- Hija, vamos - Grito mi mamá desde la sala y bajé de la cama corriendo para poder ir a donde ellos estaban.
Vi a mi familia lista y sonreí, siempre fuimos nosotros 4, mi abuela se había ido a un viaje bastante largo y me dijeron que volvería cuando yo tuviera más edad. Mi abuelo estaba de traje n***o con camisa blanca y corbata azul, me hizo caso. Mi padre también pero con una corbata roja oscura y mi mamá con un vestido del mismo color de la corbata de papá. Un vestido largo y de manga larga. Le queda hermoso.
- Que linda estas - Dijo mi mamá, sonreí y mi abuelo mi guiña un ojo y papá se acercó, me abrazó fuertemente, y me dio un beso.
Salimos a la calle y caminamos unas cuadras para llegar a la plaza principal y allí estaban todos los vecinos, con sus lámparas prontas para lanzarlas al cielo, mi papá prendió la lámpara de cada uno de nosotros y cuando llegaron las 11 de la noche todos juntos pedimos un deseo.
- Pequeña, toca a ti, pide tu deseo - Dijo mi abuelo y miré a mis padres y ellos con una mueca me animaron a hacerlo. Cerré mis ojos y le hablé a la lámpara.
- Deseo que la abuela venga pronto y que mi abuelo me ame muchísimo más - Susurre y mi abuelo sonrió y solté la lámpara al cielo y todos los presentes hicieron lo mismo. Mi abuelo me cargó en sus brazos para ver todo más de cerca. El cielo oscuro estaba lleno de pequeñas luces que comenzaban a desaparecer y desvanecerse lentamente.
Fin del flashback
Desde esa noche no he vuelto a ir a una fiesta de luces. Mi familia comenzó a desarmarse y romperse lentamente, mi abuela nunca llegó, ella jamás se fue de viaje, ella ya había fallecido, nunca supe cuando pasó. A mi abuelo, dos delincuentes le quitaron la vida, nadie de mi familia quería ir a esa fiesta. Crecí y mis padres se mudaron a otro país, ya no era lo mismo, nada era igual, por esa misma razón es que ya no tengo ganas de ir a esas festividades, pero Kevin y Liliana han insistido muchísimo y no pude negarme.
Aún recuerdo aquel vestido color vino de mamá y aquella corbata torcida de papá, recuerdo mi vestido amarillo maíz y la tiara de girasoles que mi mamá me había comprado. Nada de eso se me borra, nada de eso quedó atrás, todo está fresco en mi mente.
- Kathe, ¿me estás escuchando? - Me dice Kevin al lado de Liliana.
- No cariño, estaba en mi mente - Respondo tranquila y Kevin me mira y si las miradas mataran yo ya estaría muerta.
- Un segundo, - Dice Lili - ustedes dos - Y nos señala a ambos.
- Si - Dice Kevin, pero ¿qué carajos? Casi me mata con la mirada y, ¿le dice que si ahora?, lo voy a matar.
- Siiiii - Grita Lili y yo me tapo los oídos, Dios, es insoportable cuando quiere.
- Nada de sí - Le digo - Calmate un poco mujer - Ella me saca la lengua y mira a Kevin.
- Entonces, ¿puedo ser la tía? - Dice y Kevin y yo nos miramos y sabemos que tenemos que darle un golpe, entonces ambos al mismo tiempo la golpeamos - ¡AUCH!, groseros - Dice y se soba ambos brazos yéndose a la cocina.
Con Kevin nos miramos y sonreímos, me acerco a él y le doy un beso, un beso largo y tendido y escucho como gruñe cuando me aparto bruscamente de él.
- Contrólate, voy a bañarme y luego comemos - Le digo y una sonrisa pícara brota en sus labios.
- Te acompaño - Dice y se acerca a mí cautelosamente, niego con la cabeza y voy hacia la cocina.
- Lili, ¿tú cocinas? - La miro y ya está haciendo unas exquisitas tartas de fiambre y queso, de las que tanto me gustan a mí.
- Si cariño - Me dice y Kevin respira fuerte.
- Oye, yo le digo así - Aquí vamos, van a pelear por los apodos cariñosos.
- Yo la conocí primero idiota, así que yo le digo como quiero - Responde Lili y yo sonrío.
- Pero yo la tuve en ... - No termina de decir la frase porque le proporciono un codazo en el costado de su cuerpo.
- Precioso mío, cállate, ¿sí? - Le digo y acaricio su rostro. Está rojo y supongo que es debido al golpe. Me mira y solo asiente.
- Voy a bañarme, ahora vuelvo - Digo y ambos me miran al irme.
- ¿Te acompaño? - Dicen los dos al mismo tiempo y con el dedo niego. Escucho un golpe y giro mi cabeza para ver qué sucedió. Me rio porque están frente a frente mirándose y estoy segura de que en cualquier momento se van a agarrar a golpes.
- Tú le tocas un pelo Kevin y yo te dejo sin sexo por 2 semanas. Además tenemos un tema pendiente que hablar - Digo en voz alta y me meto al baño, aún tengo la duda de porque me miro como para matarme cuando le dije cariño frente a Liliana.