Declaraciones

1725 Words
Me senté frente a mi computadora y me quedé pensando en lo que dijo Lili. Es cierto, Kevin siempre me atrajo y siempre me gustó, pero nunca me atreví a decirle por miedo a ser rechazada, no quería perder su amistad y tampoco merecía a alguien como yo, una persona que esta toda herida y dañada por el mismísimo pasado. Desde que tengo uso de razón me ha gustado, pero lo disimulé bien con mi amistad hacia él, algo que nunca quise romper. Quizás Lili tenga razón, quizás sea Kevin el indicado, quizás él sea al que deba entregarme por primera vez, pero me da miedo, no tengo experiencia en esto, no sé cómo hacerlo, cuando dije que estaba sola era porque realmente estaba sola, ni novios, ni amigovios, ni amigos con derecho, nada de nada y probar con alguien realmente me aterra, Kevin es un hombre que tiene experiencia, no solo en la cama, sino en lo que es en sí el relacionamiento con personas y demás, quizás él si esté dispuesto a querer algo conmigo después de todo. Me aterra que me rechacen y me da cierto pavor que Kevin me rechace, entonces veré que hago para saber si él realmente quiere algo más que una simple amistad. Quizás me tomo una botella de vino sola, me emborracho y le cuento la verdad, total al otro día no me voy a acordar de nada. El timbre suena y sé perfectamente que es Kev, salgo de mi habitación con mi chaqueta y mi cartera para abrirle y cuando me ve se queda embobado completamente y creo que yo también. Esta de traje azul marino y camisa blanca, tal y como me gusta a mí, de su ropa desprende un exquisito aroma a colonia y hago un leve intento en olfatear sin hacer ruido alguno - Que preciosa estas - Me dice mientras cierro la puerta con llave y me ayuda a bajar los escalones de la casa. - Gracias, querido, tú no estás nada mal - Respondo riendo y él me tira de uno de mis mechones de pelo - ¡AUCH!, dolió - Respondo y él se ríe. Vamos camino a su Audi y me abre la puerta como todo un caballero, cuando cruzo por al lado de él siento y escucho el sonido de su nariz aspirando fuertemente mi aroma y eso me deja con un leve calor y seguramente sonrojo en mis mejillas. - Es mentira idiota, me gusta como te queda ese traje y esa camisa, aunque se vería mejor de otra forma - Le digo cuando se sube al carro y me observa mientras se pone el cinturón. - ¿De qué otra forma quedaría mejor? - Me pregunta y me estiro hacia su lado para desprenderle los dos primeros botones de la camisa y volver a mi asiento. - Así te queda bien - Le digo y miro al frente poniéndome el cinturón. El camino hacia el restaurante lo pasamos en completo silencio y no fue para nada incómodo, fue algo sumamente tranquilo y nuevo para ambos, estamos acostumbrados a siempre hablar, hablar y hablar, pero esta vez fue todo muy silencioso. Llegamos al restaurante y Kevin como todo un caballero me abrió la puerta. - Mi Lady - Dice y me extiende su mano. - Mi Lord - Le tiendo la mano y salgo, ambos reímos y caminamos hacia el restaurante. Me abre la puerta y vamos hacia la mesa 10, es la única que veo con el cartel de "Reservado", creo que es la mesa que él reservó, lo sigo y cuando llegamos nos sentamos y esperamos al mozo que nos atienda. - Kathe, estás realmente hermosa esta noche, me gusta ese vestido, te sienta bien - Me dice y veo como me recorre con sus ojos, entonces sonrío, me paro y me mira curioso. Doy una vuelta entera, haciendo que él vea por completo el vestido. - ¿Ahora sí?, ¿pudiste ver bien? - Le digo con una sonrisa pícara y me observa entrecerrando los ojos y ladeando la cabeza. - Me gustaría observar que traes abajo - Me dice y sabe que le voy a dar un golpe por eso se ríe y esquiva mi golpe. - Idiota, compórtate - Le digo y aparece el mozo delante de mí, me ruborizo y agacho enseguida mi cabeza, que vergüenza haberle dicho eso a Kevin enfrente de alguien más. - Buenas noches, yo seré su servidor esta noche, espero estén disfrutando de la velada - Dice y educadamente deja una carta para Kevin y para mí y con cierta vergüenza le digo gracias y se retira. Abro la carta y comienzo a ver lo que hay, pero me voy por lo típico y lo que más me gusta, pescado en forma de bolitas y croquetas de papa con ensalada mixta de verduras. Mientras observo el menú de bebidas pienso en que forma hablar con Kevin sobre intentar algo más, pero pensándolo bien voy a dejar que la cosa fluya de la manera más fácil posible. Bajo la carta y enseguida una pelotita de papel impacta en mi cara haciéndome cerrar los ojos, escucho su risa y abro los ojos malhumorada. - Oye, compórtate - Le susurro y él solo se ríe imitando mis movimientos. - Ay, se enojó la florecita - Me dice y eso hace que mi sangre hierva, agarro el tenedor que tengo para amenazarlo, pero me detengo cuando el mozo aparece, que vergüenza por Dios. Kevin solo se ríe y me dan ganas de asesinarlo. El mozo nos toma la orden y nos trae una bandeja de galletitas con varios tipos de salsas, dos copas en las cuales sirve una especie de vino y por el aroma que emana sé que es tinto. Veo a Kevin y cuando va a tomar una galletita le pego en la mano haciendo que resuene y me río. - A mí no me vuelvas a tirar papeles en la cara - Lo amenazo con el tenedor y él solo toma de su copa de vino haciéndome enojar más. - Ay mujer, ya deja de enojarte, te van a salir arrugas en la frente - Me dice señalándose la frente y ruedo los ojos. Comenzamos a hablar sobre su trabajo y sobre el mío y le conté como me ha ido últimamente, después de todo es mi psicólogo y le admití lo que nunca creí que iba a admitir. - Sabes, no me he sentido muy bien Kev, me he sentido sola y me cuesta superar la partida de mi abuelo, creo que no puedo sola - Le digo agachando la cabeza y él toma mi mano y me sonríe tiernamente. - Kathe siempre te dije que sola jamás ibas a poder, Lili no va a estar siempre ahí y lo sabes, necesitas un compañero, necesitas a alguien a tu lado y necesitas a alguien que te conozca y sepa de tu condición Kathe - Me quedo en silencio y sé que tiene razón, Lili siempre ha estado en mis crisis, pero ella no estará toda la vida. Kevin me observa y sus ojos brillan como dos pequeñas estrellas que están a punto de aniquilarse. - Nunca creí que fuera a admitir esto Kev, me cuesta y sabes que yo me reservo todas y cada una de las cosas que me suceden porque no quiero preocuparlos a ustedes 2, a ti y a Lili, son mi única familia y sé lo ocupados que están y ... - Me hace una seña, colocando su dedo índice en los labios y lo miro confundida. - No sigas, no eres molestia Kathe, te amamos y siempre vamos a estar para ti, porque te enterraste tan adentro de nuestras almas que ahora cuesta sacarte de ahí y nos importas más de lo que crees - Me dice y agacho la cabeza mirando nuestras manos agarradas y eso me saca una leve sonrisa acompañada de un calor extraño en mis mejillas. - Gracias Kev - Lo miro a los ojos y mis ojos están aguados, quiero llorar, pero se arruinará el maquillaje de Lili y me matará si se entera de esto, entonces miro hacia arriba y me hago viento con las manos. - Tranquila, a ver espera, déjame ayudarte - Me dice y me hace viento él también y cuando se secaron mis lágrimas me río por lo curioso y gracioso que fue eso. Lo miro a los ojos y me animo a decirlo, después de tanto tiempo dejaré a la Katherine tímida y permitiré que salga solo por esta noche la Kathe extrovertida. Con el miedo y el terror de ser rechazada tomo la copa mirándolo fijamente a los ojos y la elevo. - Que esta noche fluya como un torrente de agua y que nadie pueda detenerlo - Le digo y tomo de mi copa, veo a Kevin anonadado y rápidamente sacude la cabeza elevando la copa y tomando de ella. Mis ojos no se quitan de los suyos y puedo ver como sus ojos se oscurecen y se esclarecen de la nada mientras hablamos de trivialidades. Kevin no dijo nada con respecto a lo que le dije, creo que no fue tan malo como pensé, quizás esa es su forma de rechazarme y agradezco que sea así de sutil y silenciosa. Luego de unos 40 minutos nos traen la comida y comemos en completo silencio, las miradas hoy, lo dicen todo, no me deja de mirar, no deja de devorarme con la mirada y me está provocando descargas eléctricas que van desde mi espina dorsal pasando por todo mi cuerpo y aterrizando en mi vientre. - Que todo fluya tal y como tú lo quieras, cariño - Me dice de repente y levanta su copa para beber de ella. Por un segundo quedo embobada por esa voz tan sexy que uso, esos ojos cielo que de a rato se vuelven tan oscuros como la profundidad del mar. Sonrío y elevo mi copa, bebo de ella y pienso "Ja, no me rechazó". No sé qué está pasando aquí, pero la tensión se siente y no precisamente una tensión mala. Creo que, después de todo, Kevin si quería intentar algo conmigo, pero tenía el mismo miedo que yo, perder la amistad, perder una amiga y hermana de toda la vida.
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