Capítulo 2

3048 Words
PVO DEREK. Hago los últimos trazos del plano para mi propuesta del próximo edificio que Travis Spencer piensa levantar en Miami. Derribara los atisbos de un viejo edificio y construir un complejo turístico. Quiero este proyecto, Scott Construction es una de las mejores en su ramo. Mi madre y tía la Gia han trabajado en ser las mejores y consiguieron el prestigio que pienso mantener. Miro mi reloj asegurándome de no estar sobre la hora. Hoy tengo que ir a Promise. La fundación de la que soy parte desde hace unos tres años. Es una fundación que da oportunidades jóvenes en situación de vulnerabilidad. Les damos las herramientas para que se labren un mejor futuro. Algunos de mis chicos no han tenido la suerte que otros hemos tenido y no solo por la situación económica. No. Me refiero a crecer en una familia unida y tener unos padres que te apoyan. En eso sí soy afortunado. Alicia y Mark Scott son dos personas exigentes pero amorosos que apoyan a mis hermanos y a mí en todo. Ser el hijo de Mark Scott. Un magnate de la moda no es fácil. Aún más siendo el único de sus hijos que no estaba en el negocio de la moda. Soy el menor del clan Scott. Mis hermanos mellizos trabajaban codo a codo con mi padre, mientras yo soy arquitecto. Mi hermana mayor había sido modelo de la marca Scott y ahora trabajaba en la dirección de la empresa familiar. Mi hermano Marcos, el mellizo de Maddi era la mano derecha de mi padre. Sin embargo, yo siempre supe que quería dedicarme a algo diferente. El amor por la arquitectura viene de mi madre. Alicia Scott. Recuerdo que me gustaba verla trabajar en sus diseños, nunca se enojada si la interrumpía. Siempre, con paciencia me explicaba en qué estaba trabajando y yo la escuchaba embelesado. El abuelo, su padre también fue arquitecto. Ahora está retirado y disfruta de su vida junto a la abuela. Mi familia es lo mejor que tengo. Cuando anuncie lo que quería estudiar mi padre se sorprendió, creí que se opondría. Estaba equivocado papá me miro y me dijo mirándome directamente los ojos Escojas lo que escojas tienes que ser el mejor. Así que tome su consejo y me dedique a ser el mejor de mí clase y hoy a mis veintisiete, soy unos de los mejores arquitectos. Algunos se sorprenden que lo sea siendo tan joven. Un golpe en la puerta me saca de mis pensamientos y Jane, mi asistente Asoma su cabeza. —Ya están en la sala de proyección— Su tono es nervioso y no dice nada más antes de desaparecer. Dejo mi lápiz grafito sobre el plano y pongo los ojos en blanco. ¿En serio? La sala de proyección. —Gracias Jane. Recojo mis cosas y guardo mis diseños en la caja fuerte que poseo. Algunos dirán que somos extremistas nosotros lo llamamos precaución. Tomo el saco de mi traje a medida y lo acomodo mientras salgo de mi oficina, paso en frente de las oficinas de mi tía Gia y mi madre que están cerradas. La tía no vino hoy, mientras mamá tenía que revisar una obra, así que me tocaba atender nuestro próximo proyectó. Hago mi camino hasta la sala de proyección. Mi personal parece gallina sin cabeza dando vueltas por todas partes. Acomodo mi corbata antes abrir la puerta de la sala de proyección y prepararme para una larga tarde. —¿Me pueden decir por qué no vinieron a mi oficina? —Hablo cerrando la puerta y clavando la mirada a nuestros Clientes. —Queríamos causar revuelo—Mi hermano Marcos está sentado junto a papá que preside la mesa de la sala. Marcos y yo compartimos el color de ojos de papá. Aunque mi hermano es el más parecido con su cabello rubio. El mío es de un castaño claro con mechones rubios. Los tres somos altos y papá a su edad se mantiene en forma. Miro a mi padre. —Tienen al personal corriendo por todos lados. La puerta se abre y para probar el punto, mi asistente entra con una bandeja. Deja apresuradamente café frente a mi papá y mi hermano. Está le da una sonrisa nerviosa. —Gracias—Papá le agradece antes de tomar un sorbo. —¿Qué tal Victoria y Mía? —pregunto. La sonrisa arrogante de mi hermano cambia a una real y feliz. —Están bien. No dormimos mucho, pero no cambiaría a Mía. La bebé de mi hermano y su esposa Victoria tiene apenas cuatro semanas de nacida. —Y es solo el comienzo—Acota papá desde su silla dándole una mirada burlona a mi hermano. Marcos asiente resignado. —Solo come, duerme —Y caga—papá completa. Me río —j***r ¡Sí! —Exclama mi hermano—Es perfecta. —Bien. Dejemos el tema fecal para una reunión familiar—anunció. Papá ríe y Marcos pone cara de disgusto. Tomo el control y enciendo el proyector en la sala de juntas donde se desarrollan las presentaciones. Mi padre y hermano la observan detenidamente con ojos crítico y me quedo inmóvil observando lo mismo que ellos. Papá quería darle un aire fresco y moderno al piso donde estaba ubicada su agencia de publicidad. Me había pedido unas proyecciones y me dio carta abierta para hacer algo moderno. Los detalles industriales, cromados resaltaban. Además, había derribado todo el lugar en la proyección y en cambio era un ambiente más cálido. Elimine las minúsculas oficinas creando un espacio abierto de trabajo. La luz que el lugar iba a proyectar era genial.  —Amatista trabajo en el diseño—Comento mientras el vídeo sigue reproduciéndose. Amatistas Parker cómo era conocida en el medio del modelaje y diseño—Era Amatista Kozlov esposa de un ruso muy poderoso. Ella era una modelo y diseñadora de interiores amiga de la familia. Junto a Victoria eran muy amigas. La mujer es una dura en cuanto sacar el potencial de todo lo que toca. En los últimos años hemos hecho negocios juntos y han sido muy buenos. De hecho, ella había reformado mi casa. La mejor decisión que tome. Parker Disegne era muy solicitado entre los que querían diseñar alguna parte de su propiedad. También había metido sus manos en algún Yate de lujo que su esposo había construido y el resultado habían sido fantástico. La presentación termina. Apago el proyector y dejo de nuevo el control en la mesa. —Me sorprendes hermanito— Marcos comenta divertido. Le doy una mirada sería. —No sé tú. Pero yo tomo mi trabajo en serio Marcos. Ser el hermano pequeño me convertía en blanco de bromas y era peor por no seguir el mismo camino que ellos. Frunce el ceño y Levanta las manos en rendición. —No quise molestarte. Suspiro exasperado. —Marcos—La voz de papá es baja y sería. Mi hermano lo mira detenidamente. —Bien ¿Qué opinas? Intervengo porque no quiero que eso se convierta en la típica conversación de cuál es el hermano exitoso. Papá odia nuestras disputas que, aunque nunca pasan de bromas. Mark y Alicia Scott tienden a cabrearles. —Me parece mucho tiempo—anuncia —No sé si te habrás dado cuenta, pero magos no somos. —Bueno, tu madre tiene algo de bruja—dice divertido papá. Marcos y yo nos reírnos. —¿Así que tengo algo de bruja? —Alicia Scott está de pie en la entrada de la sala de presentación y nos mira como si nos quisiera matar. Viste un traje de pantalón y chaqueta blanca pegada al cuerpo. Sus sandalias rojas le dan color al atuendo. El cabello castaño lo lleva por encima de los hombros, rizado dándole un estilo muy clásico. Mi madre es hermosa a papá aun —se le ilumina la mirada cuando la ve. —Bien ¿Qué era tan divertido? —inquiere. Ninguno dice nada en voz alta. —Papá ama vivir al límite— murmura Marcos. —Te escuche Marcos y que sepas que, aunque ya seas un hombre casado y con una hija puedo dejarte las orejas más grandes de lo que ya las tienes. El mencionado se lleva las manos a las orejas frunciendo el ceño. Papá y yo reprimimos la risa. —¡Ay! —me quejo cuando me da un golpe en la cabeza. —¿Cuándo van a madurar? —murmura acercándose hasta papá—¿Así que te parece mucho tiempo antes de terminar el trabajo? —inquiere. El hombre sabiamente no dice nada, sino que hace una mueca. —Mi amor. No me entendiste bien— ella arquea las cejas— Es solo que no puedo parar la agencia. —Hasta donde yo se, tú despachas desde otro piso— mudo. El hombre no dice nada. Ella rueda los ojos— Se que me diste una fecha, pero es lo mejor que puedo ofrecerte. Papá la barre de arriba abajo. —Cariño. Tienes más que ofrecer. —Por Dios. —Son asquerosos. Decimos Maros y yo respectivamente. —Eso es todo. Yo me voy—me pongo de pie—Te dejo con tu cliente más difícil. —Invítame un café. —No puedo. Tengo que ir a la fundación. Asiente. —Entonces solo camina y no mires hacia atrás— se mofa Marcos. Escucho la risa de mamá detrás y ambos prácticamente corremos fuera de la sala. —Eso no es profesional. —¿Te parece? yo trabajo allí y ahora—me estremezco. Mi hermano me ayuda a recoger mis cosas en la oficina y salimos. —Recuerda que esta noche todos van a casa. —No lo he olvidado—respondo ya dentro del elevador. —Por cierto, quería que supieras que ya pagamos el lugar donde se va llevar a cabo la recaudación. —Bien— asiento más tranquilo. Papá se había ofrecido a conseguir el lugar para la recaudación de la fundación en la que colaboró. Era la única época del año donde hacia uso de mis contactos y el apellido Scott. Los jóvenes allí eran importantes para mí y hacia todo lo que estuviera en mis manos para ayudarlos. Llegamos a la planta baja y salimos al vestíbulo. —Nos vemos esta noche—me despido de mi hermano y me voy hasta mi coche. Tenía un compromiso al cual m era imposible faltar. Llego a Promise. Estaciono en la calle y me quito la americana antes de mi camisa. Cuando entro soy recibido por personas amables. Muchas me hacen ojitos, pero ninguna es la que quisiera. Ella es diferente, lo sé por cómo actúa. No es del tipo de mujer que se arrojaría a conquistar, es inconsciente de como muchos la miran. Siempre que Carlos, el director de la fundación está cerca me molesta. El hombre parece querer comérsela como un dulce. En secreto le digo sweet candy. Su hermosa piel brilla y es una tentación para mis sentidos. Solo que ella parece no está interesada. Avanzo por el pasillo y de inmediato la veo. Esta con tres mujeres mas que colaboran en la fundación. nuestras conversaciones son agradables, pero ella habla poco. Su acento es sexi como el infierno. Quisiera comerle la boca carnosa y sensual que tiene Basta Derek. Desde que llego hace un año no hago más que babear como un perro tras sus huesos. Si he tenido mis aventuras, pero siempre termino pensando en ella y deseando recibir una señal para avanzar. Patético. Camino hasta donde las cuatro platican y saludo. Dos de las mujeres son unas intensas. Nancy y Laura han intentado de todo para que les preste atención, pero no son mi tipo. Además, una de ellas tiene a su pareja trabajando en la fundación y no me gusta meterme en terreno de otro. Hablamos de los chicos y el grupo que tengo. Veo con deleite como su sonrisa se expande en su hermoso rostro, sus ojos son como el wiski. Pura tentación. —¿Preparado para la gala de recaudación? —Es mi noche preferida del año—respondo con sinceridad. miro de nuevo a Nerea y tengo la tentación de invitarla un café y así poder hablar, pero alejo la idea igual que mi mirada. Me despido de las mujeres y me voy a mi salón donde once chicos me esperan. Cuatro chicas y siete chicos que quieren prepararse para sus pruebas de SAT. Es la prueba que mide el nivel de comprensión lectora y matemática. La misma es la que te permite entrara a una buena universidad ya que las casas de estudios tienen estándares que el candidato debe cumplir. De reojo veo pasar a Nerea que no mira en mi dirección y sigue a su aula. La mujer enseña algunas técnicas de arte a los chicos. Nunca he visto uno de sus cuadros, pero deben ser hermosos y muy impresionantes como ella. Sacudo la cabeza y miro a los chicos. —Bien. Espero que resolvieran las integrales que dejamos pendientes la otra clase. Sus quejidos me dan la respuesta. Cruzo mis brazos y los miro con mi habitual gesto serio. —Jace. Pasa a resolver una por favor. Es el chico más difícil que tengo. Quiere ser el primero de su familia en entrar a la universidad. Jace es un emprendedor innato, pero quiere ir a la universidad y así poder desarrollar todo su potencial. Mi meta es ayudar a que su sueño se haga realidad. —Te estamos esperando. Mi tono no deja entrada a negativas.     Leo el mensaje de mi hermano cuando termino mi clase. Fue una buena clase, los chicos están mejorando y eso es lo importante. Estoy saliendo. Escribo mientras salgo del aula, pero tropiezo con Nerea. La tomo de los hombros para que no caiga. —Lo siento—murmuro. Ignoro lo que su cercanía me produce y en cambio respondo —No hay problema— murmuro—¿Cómo estuvo la tutoría? —me atrevo a preguntar en medio del solitario pasillo. Invítala a salir. Es el momento.  —Muy productivo—Me regala una sonrisa sincera— Será un éxito. ¡Vamos! ¿Qué esperas? ¡maldita conciencia! —Eso es bueno—murmuro. —¿Tus chicos? —pregunta. Veo que esta algo incomoda y no es mi intención así que le hago un gesto para que avancemos. —Bien. Algunos necesitan más trabajo que otros, pero tengo buenas expectativas. Comento. Avanzamos por el pasillo hasta la salida en silencio Llegamos a la acera afuera de la fundación. Invítala a salir. Bien me digo cuando el maldito móvil vibra en mi mano y me recuerda que tengo un compromiso Maldita suerte —Ten una linda noche—me apresuro a decir. —Lo mismo para ti —Responde azorada. La incomode, de eso estoy seguro. Hago mi camino hasta el coche y alejo la decepción que quiere apoderarse de mí. Rápidamente hago mi camino hasta Carnegie Hill. el vecindario donde mi hermano yo vivimos separados por un par de calles. Estaciono en la casa estilo victoriana como la mayoría de las casas del barrio. Toco el timbre y Alexander el esposo de mi hermana me abre la perta. —¿Qué tal cuñado? —me deja pasar. Viste informal, lo que me dice que dejo el trabajo temprano. Mi cuñado es un abogado muy bueno y exitoso. Además, de ser un esposos y padre comprometido. El hombre adora a mi hermana. Avanzo por la casa de Marcos de concepto abierto obra de Amatista, cuando veo a mi hermana caminar hasta mi. Sus ojos azules echan chispas y antes que me de cuenta me da un puñetazo en el abdomen. ¡Qué coño! —¿De verdad Derek? —gruñe —¿Con mi niñera? ¡Mierda! —Maddison —Cállate—me corta—Me dejaste sin niñera porque no pudiste mantener los pantalones puestos. Alexander, Marcos y Victoria me miran en silencio —Me dijo que no podía seguir conmigo sabiendo que tu serias una contrastante en mi casa. —Nunca le prometí —nada me defiendo —Fui clara con ella y acepto— la miro con un atisbo de sonrisa— Haber contratado a la Señora Doubfire—me gano otro golpe pero la risa le gana. —¡Imbécil! —dice exasperada— Ahora tengo que conseguir una niñera para mis hijos. —Perdóname. Te lo recompensare. —Claro que me lo compensaras. La agencia me dio fecha para la próxima semana y resulta que el viernes tenemos un evento muy importante para Alexander y tú vas a ser de canguro. —Maddi —me quejo. Niñero de una niña de cuatro y uno de dos ¡maldita sea! Alaia es una mini copia de su papá. Tiene el mismo cabello castaño y los ojos cafés. Fabian también es de cabello castaño, pero tiene los ojos azules de su madre. El niño es un pequeño terremoto que todo lo toca. Los amo, pero los prefiero con su madre. —Te pago una niñera por esa noche— intento negociar. Niega. —Es eso o subo a la habitación de juegos donde están mamá y papá con los chicos y les digo la verdadera razón por la que mi niñera renuncio —Touche —se mofa Victoria. —Te escuche mamá—le digo. ella solo ríe de mi desgracia. Lleva unos vaqueros y una camiseta. Su cabello castaño esta en una coleta, no lleva maquillaje y puedo ver su cansancio en sus oscuros ojos. Camino hasta ella y miro a mi hermana. —Cuidare a tus monstruos—Digo resignado antes de envolver a Victoria en un abrazo— ¿Cómo estas mamá? —Un poco cansada, pero feliz. —Me hace feliz escuchar eso. —Aleja las manos de mi esposa—Marcos se queja como de costumbre. —Voy a pedir la cena— escucho a mi cuñado decir en tono divertido por la situación. Me volteo de lado y lo señalo. —Eso es ser productivo—me mofo. El me hace una peineta. Me rio. Esta es mi familia y no podría pedir una mejor.
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