Capítulo 3

2179 Words
—Ya me voy— digo a Salvador el día viernes un poco más tarde de lo habitual. Por lo general los viernes hay clases en la fundación. Hoy no, de hecho, aproveche para ayudar a realizar un inventario de todo lo que tiene la tienda. Carlos decidido que debería tener una reunión con todos los colaboradores y hablar de la recaudación del fin de semana. Tomo mi bolso y salgo detrás del mostrador. Salvador sale de la trastienda. —Nos vemos mañana—dice con su habitual sonrisa. Los sábados abrimos hasta después del mediodía. Me da tiempo de hacer las cosas en el departamento, así relajarme los domingos. Dejo a Salvador para cerrar y hago mi camino hasta Promise. Cuando estoy llegando al subterráneo y tomar el metro, mi móvil suena. Al ver el número no dudo en contestar. —¿Qué sorpresa? —respondo bajando las escaleras del subterráneo. —Tenemos un problema—me detengo en seco. Una mujer pasa por mi lado esquivándome, otro no tiene tanta suerte y roza con mi bolso—Nerea ¿estás ahí? —Si. Lo siento— respondo —Tu madre a introducido un documento para que te declaren muerta y así quedarse con tu fideicomiso. Por qué no me sorprende. Avanzo ha pasos cortos y escucho lo que James, mi abogado y representante legal me está contando. James tiene un poder notariado por mí, que lo deja al frente de la empresa empaquetadora de mariscos es Grecia y el negocio de bienes raíces en Londres. Los dos eran negocios de papá. Mi abuela en cambio, me había dejado todos sus bienes, pero solo podía disponer de ellos hasta que cumpliera los veintidós. Hace dos años podría haber comenzado a disponer de esos recursos. Pero si lo hacía, me encontrarían y eso era lo menos que quería. —Tienes que venir Nerea o tu madre pasará a ser la única heredera. —No me importa —digo tajante. —¿Te estás escuchando? —inquiere molesto— Dudo que a tú padre y abuela quisieran que tu madre se quedará con su dinero. Tu madre tiene el veinte por ciento de la empaquetadora y se cree la dueña absoluta. Imagínate si toma posesión de todo. Ese veinte por ciento era lo papá pago por mi custodia. —No quiero verlos. A ninguno—susurro respirando para no entrar en pánico. —Solo puedo darte tiempo, pero debes venir o dar señales de vida. Llama a tu madre. —No. Si lo hago sabrá dónde estoy—suspiro—Solo dime cuánto tiempo tenemos. —Lo máximo que puedo darte son dos meses, pero debes venir y ponerte al frente de las empresas. Tus empresas. —Gracias por cuidar el frente—murmuró—Karla es un ser ambicioso y sin ti el legado de papá no existiría. —Alexis era mi mejor amigo y no te voy a abandonar. Asiento, aunque no me vea. —Tienes dos meses. No sé qué te hizo tu madre, pero debes detenerla o si no, ella y el inútil de su marido se quedarán con todo. —En dos meses iré a Londres—le aseguro. Cuando la llamada termina resoplo. Desde que me fui de la casa de Karla he vivido a base de trabajo y esfuerzo. No necesito dinero, yo tuve los lujos, pero viví en un infierno. Si hace dos años hubiese comenzado a retira dinero de mi herencia o el dinero de las empresas, Karla y el cerdo de su marido habrían dado conmigo y es algo para lo que no tengo estómago. Preferiría caminar sobre vidrios antes de ver la de Thomas. Alejo los pensamientos de mi madre y me concentro en lo que voy hacer. Cuando llego a la fundación es extraño ver todo en silencio. Voy a medio camino cuando escucho la voz de una niña. Miro detrás y siento que estoy teniendo una alucinación. Derek avanza por el pasillo con un niño en brazos y otra niña más grande de la mano. Ella habla de unicornios y de cómo su cuerno mágico lo cura todo. El rostro de Derek es de escepticismo y rueda los ojos. Sonrió, pero rápidamente la pierdo al darme cuenta de algo Derek tiene hijos. En realidad, lo que crea una ligera punzada de algo es que, eso quiere decir que hay una mujer en su vida. Pero como es que no sabía de ellos. ¿Será porque no hablas con el? mi subconsciente sale a la luz. El hombre es muy reservado. Oculto la decepción que siento cuando llega hasta mí. —¿Llegue a tiempo? —pregunta. —Justo a tiempo—balbuceo. Hoy lleva una polera negra, vaqueros desteñidos y botas. El bebé en sus brazos esta recostado en su pecho y me mira con los ojos del mismo color que Derek ¡Auch! Sin embargo, me regala una hermosa sonrisa y me derrito. —Hola— saluda la niña. Me inclino un poco y miro sus ojos cafés. Su cabello oscuro va en dos moños altos y un lindo conjunto de shorts y camiseta rosa, con zapatillas del mismo color. —Hola—digo— Soy Nerea ¿Cómo te llamas linda? —pregunto sonriendo. —Alaia— responde con actitud y su sonrisa. Me atrapa—Él es Fabián. Mi hermanito —señala al niño que esta adormecido. —Maddi tuvo que ir a una cena— niega y murmura para si mismo. —Oigan. Ya la reunión comenzó—volteo para ver a Nancy mirándonos con el ceño fruncido antes de que se vaya por el pasillo. Los cuatro seguimos a Nancy y entramos a una de las aulas donde toda la actividad se detiene y miran a Derek con los niños. Carlos asiente y hace un gesto para que entremos. —Me alegra que pudieran llegar—dice. Tomo asiento junto a Fanny que mira con incredulidad a Derek. —No sabía que tenía hijos—susurra al borde de un ataque. ¡Chis! —la amonesto. —Nerea—Carlos me llama y miro al frente—¿Ya está todo listo con tu grupo? —pregunta El hombre es de mediana estará ojos y cabello negros. Siempre viste bien y aunque me a invitado a salir en un par de ocasiones siempre termino diciendo no. —Todos los chicos están listos. Así que tenemos diez obras para la subasta silenciosa—comento —¿Nos vas a mostrar una de las tuyas? —me remuevo algo incomoda por su sonrisa. De reojo veo como Derek mira mal a Carlos, pero de inmediato se distrae con el niño que murmura algo, Derek saca de un bolso una botella de agua y le da de beber —Nerea—me sobresaltó. —Tengo un cuadro listo—asiento algo insegura. A Carlos solo le he mostrado dibujos en carbón, pero un lienzo nunca. —Bien. Estoy deseoso de ver algo tuyo—el tono en que lo dice hace que más de uno se voltee a ver y es incomodo como la mierda. —Todos los cuadros deben estar aquí antes de las tres—me recuerda— Como sabrán, en un principio solo algunos asistirían pero gracias a Derek encontramos un lugar más grande y todos podrán asistir. Nancy y compañía saltan es sus asientos felices. —Dentro de la gala también pensamos en subastar una cena. Para esto incluí a Fanny, Nerea y Derek. Además de un par de personas que amablemente se ofrecieron Fanny salta emocionada a mi lado. —De hecho, tengo a otra persona— Derek habla, pero yo aún estoy en lo de la subasta. ¿Por qué coño no me dijo antes? Resoplo. Veo como Carlos busca su dosier —Tenemos cinco cenas a subastar. —Si. Le hable a una amiga y ella enseguida quiso participar—comenta Derek— Su nombre es Amatista Kozlov—los ojos de Carlos se abren y brillan. —Perfecto. Tenemos a seis— de repente frunce el ceño— ¿Ella no está casada? Derek sonríe un poco. —Si. Pero le dejo claro a su esposo que era por una buena causa—niega divertido —Dudo que Nikolai la deje cenar con otra persona que no sea el, así que de seguro tirará muy alto y eso es lo que buscamos. En medio de todo levanto la mano como lo harían mis chicos en clase. —¿Sí? — Carlos me mira —No me habías dicho que subastarías una cena con algunos de nosotros —Lo siento, pero es por una buena causa. —Vamos Nerea. Será divertido—comenta Fanny a mi lado. Niego. —Ven para acá—murmura Derek. Alaia llega hasta mí y toca el collar que hace resaltar mi enterizo blanco y las delicadas sandalias de correas rojas. Es un collar asimétrico. —¿Te gusta? —ella asiente. —Mi mami tiene uno—asiento. —A las ocho— escucho a Carlos hablar mientras Alaia juega con mi collar. —Alaia—murmura Derek exasperado. —Está bien—le doy una sonrisa— Déjala— La tomo y la siento conmigo.   El me mira un momento antes de asentir y prestar atención a Carlos. El niño en sus brazos se quedó dormido así que todo está controlado. Cuando la reunión termina me pongo de pie después de bajar de mi regazo a Alaia —Nos vamos Alaia—anuncia Derek—Gracia por eso—me dice y de verdad veo el agradecimiento en su rostro. —No hay problema, al menos son muy dóciles comento. —Yo no lo diría de esa manera—bufa—Vamos a casa. Tengo que darles de comer antes de que tu mamá me llame y sepa que no han cenado—me mira un momento pienso que va a decir algo, pero niega —Gracias otra vez. Nos vemos mañana en la gala. —Hasta mañana —digo devolviéndole la sonrisa. Lo veo salir del salón. —¿Qué acaba de pasar? —Fanny dice llegando a mi lado —No tengo ni idea —murmuro. —Me acaban de partir el corazón—se mofa. —Ya. No seas boba—le digo—Más bien dime que haremos mañana con lo de la bendita subasta Ella se encoje de hombros y se echa el cabello hacia atrás. —Disfrutar de una amena cena con un lindo espécimen no es un delito. —O anciano—Fanny hace una mueca —Bueno, pero me quedo con lo que dijo Carlos. Es por una buena causa—asiento de acuerdo. —Nerea ¿tienes un minuto? —Carlos llega hasta nosotros. Fanny asiente. —Te espero afuera —me dice— Adiós Carlos. —Adiós —responde, este, pero no la mira—Me preguntaba si querías ir conmigo a Boadway este domingo. Tengo entradas para ver Chicago. —Lo siento Carlos, pero ya tengo planes con Fanny —miento descaradamente. Asiente algo decepcionado —De verdad que lo siento. —Está bien —me da una sonrisa suave— Quizás podríamos hacer algún plan uno de estos días. —Te agradezco la invitación—digo a cambio—Me tengo que ir, mañana tendrás el cuadro después de que salga de trabajar. Adiós— hablo mientras avanzo por el salón hasta la puerta huyendo de él. Me da mucha pena decirle que me deje en paz. No quiero que eso afecte mi colaboración en la fundación. —¿Hasta cuando piensas huir a Carlos? —Fanny susurra cuando llego hasta ella en la salida —Mientras pueda, lo haré —respondo. Miro a un lado de la calle y veo a Derek meter a Alaia y a Fabián en una camioneta. No su habitual coche deportivo. —No me importaría ser madrastras. —¡Fanny! —exclamo y oculto mi sonrisa. —¿Qué? —es cierto—el hombre esta bueno y es buen padre. Mira como los niños son de serenos—me da una mirada sarcástica. —¿Cómo es que no sabíamos que tenía familia propia? —murmuro ella se encoje de hombros —Tienen dinero Nerea. ellos tienen como esconder lo que sea y mostrar solo lo que les interesa. Me remuevo incomoda a su lado y asiento. —Sus secretos son como un tesoro para la prensa— murmuro. —Así es. Bien, dejando al sexi papá a un lado—me mira algo frustrada— ¿Qué nos haremos mañana en el cabello? porque no quiero verme mal —Ya veremos Fanny —digo ausente sin dejar de mirar como Derek abre la puerta de su coche. Antes de que lo haga sus ojos se encuentras con los míos para subir y arrancar. Es mejor que baje de la nube. Lo más probable es que Derek tenga una esposa también. ¿Entonces por qué la punzada de decepción no me deja?
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