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(+18) Anomalía

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Blurb

Steven la conoció de una extraña manera. Se presentó ante él como Malía. Piel y cabellos blancos, ojos grises claros, un aura magnética y un cuerpo de infarto. Fue ella la última en ver a Steven y a los otros 12 hombres desaparecidos de la ciudad de New Schimer. ¿Quién es, realmente, esa extraña mujer?¿Quieres conocer la verdadera naturaleza de esa Reina de Hielo?¿Estás listo para conocer la Anomalía de Malía?

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-Freddy-
Freddy Smith manejaba su carro, un mazda 323 un poco viejo pero resistente, con el aire acondicionado en funcionamiento y aún subían y bajaban los vidrios. Era Uber, así se ganaba la vida, tenía 38 años y veía con atención la fotografía que su ex-mujer había subido a las redes de su pequeño hijo, Toby, acarició la foto del niño, extrañando tanto aquellas mejillas regordetas, tenía cuatro meses sin verlo, el mismo tiempo desde que dejó a la madre que prefería a sus chismosas amigas que un hogar establecido. Se sobresaltó cuando el teléfono vibró, una nueva carrera. Encendió el motor y partió al sitio indicado: el terminal de pasajeros de New Schimer. Malía esperaba al Uber que había llamado, sentía los ojos de los pocos otros encima de ella, había bajado sin más equipaje que una gran mochila de color morado y usaba un fresco vestido primaveral corto que no combinaba para nada con el frío ventarrón causado por las tardes de otoño. La tela se arremolinaba por sus no tan largas piernas y se alzaba un poco, sabiendo de sobra que más de uno la admiraba, seguía con la vista puesta en la carretera, esperando pacientemente al automóvil de marca Mazda y con un conductor de nombre Freddy.  El auto tardó unos siete minutos, pero llegó. Freddy miraba con la boca abierta a aquella mujer a través del retrovisor: Era muy, muy blanca, con el cabello, las cejas y las pestañas del mismo tono, se veía tan delicada y envuelta en un ligero vestido de cuello redondo con flores en tonos pasteles se veía aún más virginal, sus ojos eran grises y fieros, aún en el más profundo de los silencios. -Buenas tardes, señorita- le saludó cuando subió y cerró la puerta, Malía miró al chofer y con una sonrisa llena de malicia que jamás subía a su boca le saludó de vuelta. -Hola, necesito encontrar un lugar donde quedarme- los ojos de Freddy viajaron a los muslos de Malía, que eran gruesos y torneados y que mostraban un camino oscuro en el medio, donde las piernas de la chica se separaban un poco. Tragó grueso sintiéndose de pronto atrapado por la mirada de la mujer y nervioso volvió la vista a la carretera. -Claro- empezó a conducir pensando en una zona que siempre ocupaban los pocos visitantes que llegaban a New Schimer-¿Viene de visita?- preguntó buscando conversación, Malía era provocadora, y sacó su teléfono, simulando tomarse fotos con movimientos sensuales que parecían sacar de órbita al hombre maduro. ¿Qué carajos le pasaba? Estaba acostumbrado a montar mujeres guapas en su auto y sí, podía darles una mirada, pero hasta ahí.  -Pienso quedarme un tiempo por aquí- dijo ella terminando de tomarse unas cuantas selfies y guardando el aparato. Conectó la vista con Freddy a través del vidrio retrovisor- ¿Y usted tiene mucho tiempo aquí?- preguntó con fingida curiosidad, él rió con una carcajada nerviosa. -Nací aquí. Nunca he salido de la ciudad- dijo con un orgullo estúpido que ni él mismo entendía, Malía se acercó más a él y los vellos de los brazos de Freddy se erizaron. -Qué mal…¿No te gustan las aventuras, Freddy?- preguntó con más atrevimiento. Él casi se traga un semáforo en rojo pero se detuvo a tiempo, miró sobre su hombro a la hermosa mujer de nieve, parecía una muñeca, ¿De verdad… Era real? -Me… Me atraen las aventuras… Pero nunca he tenido una, no realmente- se oyó a sí mismo confesarle a aquella desconocida. ¿Por qué le decía sus cosas íntimas? Parecía ser una fuerza mayor que él la que lo atraía a querer agradarle a la preciosa mujer. Malía acarició su antebrazo con las uñas, blancas también, y suspiró sobre su oreja. -A mi me encantan las aventuras, Freddy- dijo con tono seguro- ¿Crees que estaría bien si te enseño una de ellas?- preguntó y el hombre sintió su pene despertar, era una locura, ¿Cómo podía aquella extraña excitarlo así? No era una cosa de Dios, estaba sudado y acelerado. Malía aprovechó el punto estático del semáforo para cruzarse al asiento delantero por el medio del auto, se acomodó junto a él y Freddy siguió con atención el movimiento de su falda al caer sobre su piel-¿Qué dices, Freddy?- insistió ella, y aunque su tono era seductor y planeado, sus ojos… Esos ojos tan extraños, no se movían, no cambiaban, sólo abrían y cerraban cada cierto tiempo. Y Freddy miró a la calle, era sola y despejada, como casi todas las vías de la ciudad, el cielo se teñía de naranja avisando el ocaso, pensó en la soledad que llevaba su vida recientemente y en lo gratificante que era una jovencita, de unos 20 años, proponiendo algo indecoroso a él, ¿Quién era él para rechazarla? La miró asintiendo, sin sentirse seguro de hablar, ella le sonrió falsamente y mientras él conducía, sacó su m*****o de sus pantalones, agradeciendo que la barriga de aquel hombre no eran tan grande, y puso el pene de tamaño regular y delgado dentro de su boca, mientras él gozaba de la satisfacción del pecado que estaba cometiendo, ella chupaba y lamía hasta introducirlo por completo en su boca, sin la mínima sensación de excitación, satisfacción o placer. Ella no sentía nada, como siempre. . . . Malía encontró una habitación muy cómoda, luego de caminar por horas y horas, ¿Quién diría que el inocente Freddy se desviaría de la zona de alquileres y la llevaría a una parte del bosque poco conocida? Pues bien, el asunto era que ya estaba bajo un techo, con una buena ducha y un plato de cereal y leche delante de ella, el hambre era lo único que sentía en el cuerpo, tristemente. Comía como cerda viendo las noticias en el T.V. viejo que le habían incluido en el arriendo. “Aparece auto quemado en el bosque Smiley, parece pertenecer a un servicio de taxis privados. Sin embargo, no hay denuncias por extravíos. Es un mazda 323 y no se sabe cuánto tiempo lleva en el sitio, los bomberos van en camino pero los restos son mínimos. No hay cuerpos ni heridos en la zona. Ampliación de la noticia a la hora estelar, buenos días y feliz lunes para todos”.

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