Dafne se fue a casa de Pamela junto a su hijo en un taxi, sintiendo que era lo mejor para ambos. Mientras el taxi avanzaba por las calles, pensaba en los celos e inseguridades de James. Podía entender sus sentimientos, pero no podía renunciar a sus amigos. Hacerlo solo alimentaría más inseguridades en su relación. Habían pasado por demasiadas cosas juntos, tenían un hijo, y eso significaba que James debería confiar un poco más en ella. Al llegar a la casa de Pamela, fueron recibidos con cálidos abrazos. Sael, lleno de energía, corrió hacia su tío Brandon, abrazándolo con fuerza. Brandon había traído un sinfín de regalos desde América, y Sael no tardó en sentarse en el piso de la sala para abrir sus sorpresas con entusiasmo, sus ojos brillando de emoción. Dafne sonrió al ver la alegría de

