Capítulo 4

2046 Words
Noah sentía su enojo hervir dentro de él mientras veía el auto de Joel alejarse, y en realidad le tomó algo de tiempo asimilar ese hecho, de que su esposo había conducido un auto con una seguridad que nunca había visto, porque incluso la licencia para conducir le fue algo difícil de conseguir, ya que siempre estaba nervioso con el solo hecho de sentarse en el asiento del conductor, además de que no llevaba a los niños con él, lo que no era normal, porque si bien, Abby y Jake deberían de estar en clases, con Sean era diferente, y más si el día anterior estuvo enfermo. Bufó mientras sacaba su móvil del bolsillo de su pantalón, girándose para ver como ahora las personas que antes estuvieron en la cafetería no estaban siendo nada disimulados al mostrar su interés por la situación de él con su esposo, algunos incluso habían salido del local y grabaron la escena del estacionamiento, como si hubiera armado el mejor escándalo de su vida, y que hizo que quisiera acercarse y quitarles los teléfonos para luego romperlos contra el suelo, porque esa era su vida privada. Mientras veía a las personas que no parecían dispuestas a quitar sus ojos de él, gruñó más enojado todavía, seguro de que podía exigir de que esos videos fueran borrados, pero eso sería armar un número más grande, por lo que tuvo que obligarse a ignorarlos, mientras marcaba el número que se sabía de memoria, escuchando casi inmediatamente la voz mecánica de la operadora que le decía que el número que él marcó no existía, que verificara su número. Colgó la llamada para volver a marcar el número “correctamente”, sin embargo se encontró con la misma respuesta, la que le hizo sentirse más molesto, y mirando en la dirección en la que Joel había conducido, considerando si tal vez debió de ir por su propio auto y seguirlo, porque este no pudo haber ido muy lejos ya que temía conducir, haciendo que se detuviera sólo unos segundos a pensar sobre el momento en el que había conseguido un auto, ¿era alquilado? ¿por qué Sean no estaba con él? —Deberían borrar esos videos si no quieren estar en problemas legales —gruño Noah. Sin embargo, su gruñido no amedrentó a los presentes, no cuando ante los ojos de ellos no era más que un acosador que se había aprovechado de la amabilidad de Joel, sin saber diferenciar lo que eran sus deseos y la realidad, en la que el joven presentador de televisión no era su pareja, ni la de muchos de ahí que así lo deseaban, sino que a pesar de que a veces podían coincidir en algunos lugares como esa cafetería porque Stone amaba su café, y esa era la razón de que algunas personas fueran ahí, no significaba que podían pasarse con él. Noah olvidó que había ido a la cafetería a desayunar, cruzando la calle para regresar al edificio en donde él trabajaba, sintiéndose demasiado enojado y con deseos de regresar a la casa y de enfrentar a su esposo por su actitud de hace un momento, pero no podía solo irse porque en cuanto regresó tuvo a su secretaria recordándole todo lo que tenía que hacer, como si el mundo decidiera decirle que sus problemas personales tendrían que esperar hasta el final del día. Realmente no podía decir que fue el hombre productivo que tanto sus jefes como compañeros de trabajo esperaban, pero seguía pensando en aquel encuentro con Joel en ese día, como el hecho de que lo había ignorado la noche anterior cuando intentó despertarlo, intentando conectar los puntos y que la actitud de su esposo con él era debido a eso, a que no estaba enojado porque lo ignoró cuando Sean estaba enfermo y si había un punto en sus vidas para él que fuera más importante, debía de reconocer que eran sus hijos. Todo el tiempo de la junta estuvo distraído y cuando esta terminó, uno de sus compañeros tuvo que recordarle que ya habían terminado, que debería de regresar a su oficina, haciendo que se sintiera como un tonto por no haberse dado cuenta de ese hecho, y al mismo tiempo cuando dejó al sala de juntas sintió que todas las personas a su alrededor sabían lo poco productivo que fue, porque tuvo varias miradas que parecían estarlo juzgando y que no pasaron desapercibidas por lo poco disimuladas que fueron. —Señor Hwak, el señor Mayer llegó hace media hora y está en su oficina esperándolo. Al escuchar a su secretaria informar acerca de la persona que lo esperaba en su oficina, no pudo evitar sentirse un poco nervioso, pasando su mirada de la señora Jones a los cubículos de sus compañeros, quienes no parecían interesados en ese hecho, y pero que no lo tranquilizó, porque casi podía escucharlos murmurar sobre la presencia del hijo de su jefe en su oficina. —Gracias por avisar —murmuró. Abrió la puerta de su oficina, cerrándola rápidamente y ni siquiera saludó al joven hombre que estaba sentado en el pequeño sofá de cuero n***o que había en la oficina, sino que se dirigió a cerrar las persianas que daban hacia los cubículos de sus compañeros, porque no quería que ellos se enteraran de lo que sucedía en esa oficina cuando se suponía que él debería de trabajar. —¡Noah! Junto con el grito llegó un cuerpo que chocó con el suyo, el cual era un poco más bajo y delgado que el suyo, mostrando una rostro algo delicado como a él le gustaba, y que tenía una radiante sonrisa, como si en ese día todo hubiera ido tan bien para él que se olvidó que no podía irlo a visitar en la oficina, porque si alguien se llegaba a enterar de lo que tenían podría ser un problema, no sólo por el hecho de que pudiera perder su trabajo, sino que si llegaba a los oídos de Joel, todo se arruinaría. —Nick —dijo casi en un gruñido. No se sentía de humor para soportar la actitud consentida de Nick, que parecía haber empeorado en ese día, porque se veía como un niño de papi que esperaba que todos sus caprichos fueran concedidos, en lugar del joven de veintitrés años que era y que solía tener una mirada coqueta con él, como si lo invitara a olvidarse de que lo suyo no era correcto y a tentar a su suerte en horarios y lugares poco adecuados. Noah no iba a olvidar la vez que a la hora del almuerzo habían invadido la oficina del antiguo gerente general, y sobre aquel sofá n***o en el que un momento atrás Nick estuvo sentado, había servido para apagar su momento de lujuria, volviéndose un momento tan excitante por la adrenalina de que podían ser descubiertos. Y si bien, su relación había nacido dentro de esa oficina, Noah siempre fue cuidadoso de que nadie notara lo que pasaba con el hijo menor de su jefe, porque conocía como los chismes corrían dentro y fuera de esa oficina, por lo que podían llegar a los oídos de Joel, y si bien, su esposo en el último tiempo no le causaba el mismo interés que cuando se casaron, tampoco estaba dispuesto a echar por la borda los siete años de matrimonio por la calentura de un momento. Sabía que el mismo hecho de que estuviera casado era lo que le llamaba la atención a Nick, pero este había sido serio al principio al dar a entender que los dos no eran más que algo del momento, y que no importaba si compartían mensajes más allá que para concretar encuentros, él no iba a dejar a Joel, y Mayer tampoco se opondría a los requisitos de su padre para poder mantenerse en esa empresa, los que muy probablemente en el futuro lo llevarían a casarse con alguien de su mismo estatus social. —Vine a verte para que comamos juntos. —Lo siento, pero no creo que debamos… —Es hora del almuerzo —se abrazó del brazo de Noah —debes también dedicarle tiempo a tu novio. Al escuchar la palabra novio, las cejas de Noah se fruncieron, porque no estaba de humor para soportar un berrinche de un joven que se había olvidado de que ellos no podían estar juntos porque él ya estaba casado, y aunque no podía negar que en algunas ocasiones pensó en dejar a Joel para vivir esa aventura, cuando se daba cuenta de que no era más que algo de un momento, se repetía que no podía destruir su matrimonio por algo que no duraría. —Nick… —Papá quiere hablar contigo —se acercó más a él como si fuera a decir un gran secreto —estuvo mencionando algo sobre un ascenso. Un ascenso que Nick había rogado y que su padre le dijo que lo pensaría, que vería el desempeño de Noah en el trabajo y que luego lo consideraría, pero que ellos sabían que no era verdad, porque siempre la idea del Señor Mayer fue de que sus hijos se casaran con personas poderosas, fueran hombres o mujeres, pero que tuvieran una visión ambiciosa para los negocios. Si hace un par de días atrás Nick le hubiera dicho que había la posibilidad de un ascenso, no hubiera tenido problemas en llamar a Joel para decirle que debido a trabajo llegaría tarde, asistiendo a una cena con la familia Mayer, y quizás después de eso pudo haber ido al apartamento de su amante, pasar una agradable velada juntos, en algunas ocasiones compartiendo momentos de lujuria que hacían que olvidara que estaba casado, pero en ese día no se sentía de humor, y cada vez que pensaba en la razón, era lo ocurrido en la cafetería con su esposo. Normalmente Joel solía prepararle el almuerzo, pero en ese día como todo parecía estar fuera de lugar, y la caja de almuerzo que su esposo solía prepararle no estaba, debía salir a comer en algún restaurante cercano, pero no se sentía de ánimo de compartir su tiempo con Nick y mucho menos con su padre, porque entre el día más avanzaba, era como si algo dentro de él le dijera que las cosas no estaban bien. Antes de que Noah pudiera seguir negándose, el móvil de Nick sonó, provocando que se apartara para sacarlo del bolsillo de su pantalón, pero en cuando presionó sobre el link que uno de sus amigos le envió, no pudo evitar que su ceño se frunciera, sintiendo casi de inmediato enojado, porque ahora las negativas Hwak empezaba a tener sentido para él. —¿Estás engañándome? El ceño de Noah se frunció por la pregunta, sin sentirse de humor para soportar una escena de celos. —¿Qué? ¿De qué estás hablando? —De tu acoso a Joel Stone, el presentador de televisión. Nick colocó delante de Noah la pantalla de su móvil, en el que se reproducía el video de ese día, y bajo este había varios comentarios de los internautas llamándolo acosador, que Joel debería de colocar una orden de alejamiento para él o demandarlo por acoso porque eso solo colocaba su vida en peligro. Hwak sabía que alguien de los que filmó en esa mañana debió de haber subido el video a la red, sin embargo, había muchas cosas que no tendía, porque él estaba seguro de que en la mañana habló con su esposo, pero este no era ningún presentador de televisión, no cuando había dejado sus estudios cuando sus hijos nacieron y comenzó a dedicarse a las labores de la casa, porque si al principio con el nacimiento de Abby creyó que podría hacerlo, estudiar, con el segundo embarazo todo pareció arruinarse. Si durante toda esa mañana Noah sentía que las cosas no estaban bien, en ese momento todo parecía darle vueltas, porque comenzaba a darse cuenta que quizás Joel no era su esposo ahora, y que Nick parecía ser su novio, porque todos aquellos pequeños o grandes cambios que notó, eran el indicador de que todo a su alrededor no era en su totalidad lo que conoció, y era una nueva realidad a la que tenía que adaptarse.
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