bc

Need Me

book_age4+
137
FOLLOW
1K
READ
sweet
like
intro-logo
Blurb

Ella es una chica normal.

Él es la próxima estrella del motor.

Sus vidas no debían juntarse.

Ellos debían estar lejos.

Pero unos sucesos misteriosos harán que se unan y estén más cerca de lo que desearían.

chap-preview
Free preview
Capitulo 1
Tomaba el sol mientras me leía el libro, estaba leyendo orgullo y perjuicio, desde que vi la serie de Los Bridgerton, me había aficionado a los libros de época, y ya con todos de Julia Quinn leídos, y otros más, me pase a los clásicos y quien mejor en ese mundo que Jane Austin. Me gustaba adentrarme en los libros, en las historias de amor y aventura que jamás viviría, algunas por imposibles y otras porque no tenía suerte en el amor, y como tenerla si tenía las expectativas tan altas que esperaba que un chico, matase a mil dragones por mi o que hiciera locuras para hablar conmigo. Eso no pasaba en realidad. Me tenía que conformar, con chicos que usaban frases malas para ligar y que no sabían bien que hacer con una espada. Hace tiempo ya renuncie al sueño de tener un enemigo mortal con el cual luchó y al ver mis marcas, quiera matar a quien me hizo daño, o que en mitad de un duelo me bese. La vida no era justa. Suspire. Saque de mi mente el pensamiento de vivir esa historia de amor y miré al cielo. Amaba el verano, por una simple razón, podía no hacer nada por horas y no sentirme mal por ello. En época de clases, leer un libro al día me hacía sentirme la peor persona del mundo, pero ahora si no llegaba a ese objetivo me sentía como un monstruo. Irónico. —Diana—me llamo mi madre. Cerré los ojos y me asomé por el balcón. Aunque viviera con mis padres, la que pasaba tiempo en casa, sola, era yo por lo que la mejor habitación y las mejores vistas, eran mías. —¿Qué pasa?—le pregunté. Mi madre regaba las plantas en el jardín. Le gustaba hacerlo a pesar de pagar un jardinero. —¿Has hablado con tu hermano?—me pregunto. Mi hermano, Maximiliam era todo lo que estaba bien. A pesar de ser hijo de unas de las personas más ricas del país, el no dejaba que eso le influyera, él trabajaba y se ganaba su dinero, para pagarse los estudios y su piso, aunque el prefería empezar de cerro en la empresa familiar, mis padres le habían convencido para que estuviera en un puesto alto. —No—le dije. Era verdad, no había hablado en días con mi hermano. Teníamos buena relación, pero el tenía veinticuatro y yo diecisiete, no buscábamos lo mismo ni pensábamos igual, sobre todo por el hecho de que el me seguía viendo como una niña pequeña que no podía hacer nada. —Tenía una reunión y la ha cancelado—me contó. La miré. ¿Que iba ha hacer? A mi no me hacía caso, y si le llamaba para hablar de ello, lo más seguro es que me colgara. —Llámale—le dije. Ella me miro, seria, como si hubiera dicho algo tonto. —No coge el teléfono—me dijo. —Mamá, si ha cancelado la reunión y no coge el teléfono es porque está haciendo algo—le dije. Mi madre me miro. En ocasiones, parecía no conocer a su hijo, mi hermano era don perfecto, responsable y de buenas notas, educado y tranquilo. Jamás hacía nada mal, y eso me ponía muy nerviosa, porque hacía que yo tuviera que ser igual, todos esperarían de mi, lo mismo o más que de él, y esa presión me ponía nerviosa, porque yo quería dedicarme a leer libros y que me pagaran por ello, y por dormir. —Voy a ir a su piso, tienes comida en la cocina—me dijo. Asentí y me volví a sentar en mi asiento. Intente leer el libro, pero no pude, sabia que mi hermano necesitaba ser avisado porque si mi madre le pillaba en algo, estaría muerto. Saque mi móvil y le llame. Espere tres tonos, y me cogió. Y menos mal, porque no iba a estar mucho tiempo con esto, porque me estaba esperando un hermoso libro. —Mira idiota—le dije cuando oí su respiración. —Hola a ti también Diana—me dijo. Pero le ignore, estaba perdiendo mi tiempo de lectura por ayudarle, así que no era algo que me gustara. —¿Sabias que hoy tenías una reunión?—le pregunté. Él rio. —Claro que si, pero tengo un asunto más importante—me dijo. Dijo “más importante” de una forma tan pedante que me dieron ganas de pegarle hasta por teléfono. —Pues coge el teléfono a mamá—le dije. —Estoy ocupado—me dijo. Suspire hondo, y conté. —No me importa—le dije intentando mantener la calma—Mama va para tu piso a verte—le avise. Iba a colgar, no tenía nada más que decir, pero hablo. —No estoy en casa, y no le voy a llamar, estoy ocupado—me dijo. Genial, eso significaba que mi madre volvería a casa y tendría que aguantar sus quejas. Respire hondo. Piensa, Diana. —Le diré donde estás—le amenace. Él río. —Ni tú sabes donde estoy—comento. Me acerque a mi ordenador y tras teclear varias cosas, en la pantalla me apareció su dirección. —Estás en el puerto—le dije. Aparte de los libros, y mi gran habilidad para leer mucho en poco tiempo, tenía una gran habilidad para la informática, era algo que me gustaba y dedicaba mi tiempo a ello. —En ocasiones me asustas—me dijo mi hermano. Me apoye en la pared. —¿Qué quieres para ayudarme?—me pregunto, Mire a mis libros y me quede pensando. —Quiero un fin de semana en tu piso, sola—le dije. Tenía pendientes varios libros con contenido más veintiuno, y aunque mis padres no me dijeran nada, no me era muy cómodo, leerlo con ellos delante o con ellos en casa y con la posibilidad de entrar en mi habitación cuando quisieran. —¿Que?—me pregunto sorprendido, y bastante molesto. Mi hermano tenía un apartamento, no era muy grande pero era perfecto para sentarte en la cama y leer. —Quiero tranquilidad para leer—le dije. —Es mi casa—se quejo, no le respondí para esperar que añadiera algo más—Y yo no te molesto—me dijo. Me apoye en la pared. —Bueno, no pasa nada, llamo a mama—le dije. Silencio. —Esto es chantaje—se quejo. —Mis habilidades no son gratis—le avise. Mi hermano no respondió, se callo por unos minutos. —Vale—me dijo y sonreí feliz—¿Cuándo quieres la casa?—me pregunto, Mire mis libros pensativa. —El que viene—dije. Mi hermano se quejo, note como hizo un ruido de queja, sonreí feliz. —Vale—me dijo. Colgué, no necesitaba más conversación, ya había tenido lo que quería así que, no iba a perder más mi tiempo. Miré por el jardín y respiré hondo. Llame a mi madre. —¿Que pasa?—me pregunto nada más cogerme el teléfono. No era una persona de llamar por lo que si lo hacía era por algo. —He hablado con tu hijo—le dije. Se sorprendió. —¿Como puede ser que te coja a ti el teléfono y no a mi?—me pregunto. Yo también me lo preguntaba. —Yo que se—me queje. Suspiro. —¿Que ha dicho?—me pregunto. Y aquí venía la mentira, esperaba que fuera creíble, sino estábamos los dos muertos. —Que le ha venido un socio muy importante que solo va estar dos días y han quedado para hablar—dije. Mi madre era una obsesa del trabajo, en ocasiones parecía amar más el trabajo que a sus hijos por lo que una razón de esas, era la que más funcionaría con ella. —Vale—dijo. Suspire aliviada porque hubiera funcionado mi mentira. —¿Quieres ir a comer por ahí?—me pregunto. Me sorprendió mi madre que me invitara a comer, no solía tener ganas de tener momentos madre e hija, prefería hacer cualquier cosa a pasar tiempo conmigo. —Claro—dije. No era una cosa que me desagradara, era una gran idea, me gustaría empezar a pasar más tiempo con mis padres y no sentir una desconexión con ella. —Estate lista en cinco minutos—me dijo. —Perfecto—respondí sin dudarlo. Colgó. Me hice una larga coleta, y me puse unos pantalones cortos con una camisa, y termine poniéndome unas zapatillas. Cogí mi bolso y salí de casa para esperar a mi madre en la entrada. Miré mi móvil esperando. No habían pasado ni cinco minutos cuando mi madre ya me había enviado un mensaje para decirme que no iba a venir, que había surgido algo y se iba de viaje con mi padre. Siempre surgía algo. Entre a la casa y cerré de un portazo. —Señorita—me dijo la ama de llaves. La miré. Obviamente, mis padres jamás me dejaban sola, su trabajo era más importante que yo, pero eso no quitaba que aún fuera una niña y mereciera todos los cuidados, por lo que me daban un gran personal de servicio, muy leal y trabajador para que me dieran todo. —¿Mi padre?—le pregunté. Ella me miro con pena. Tras años, ya sabía perfectamente que me molestaba totalmente que se fueran y que no pasaran tiempo conmigo. —Llamó esta mañana, ha salido a un viaje de negocios—me aviso. La miré. —Mi madre me acaba de avisar que ella también se ha ido de viaje—le dije y cerré los ojos. Ella se acercó a mi y beso mi cabeza. —Han enviado dinero, para sus gastos—me aviso. Suspire. —¿Puedes subirme la comida a mi habitación?—le pregunté. Ella asintió. Candada y molesta, subí a mi habitación para sentarme en la cama a esperar la comida mientras leía. Iba ser un largo y aburrido verano.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Bajo acuerdo

read
10.1K
bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
52.0K
bc

La esposa rechazada del ceo

read
169.1K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
86.9K
bc

Navidad con mi ex

read
9.0K
bc

Tras Mi Divorcio

read
511.6K
bc

Yo, no soy él

read
88.6K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook