Need Me

Capitulo 5

El domingo por la noche aproveche que no hacía mucho frío para leer el primer libro de Harry Potter en la terraza, desde aquí se veía todo, lo que estaba pasando en las calles de alrededor. Había mucho lio en una zona algo alejada de las calles, era una zona apartada y sin nada en ella, por la que suponía que algo estarían haciendo. Me concentre en leer el libro porque era más interesante que ver en que líos estaban metidos esas personas. Escuche un fuerte golpe y a dos coches como si estuvieran en una carrera, cosa que me llamo la atención, vale estaba seguro de que me iba a meter en líos pero eso de las carreras me estaba llamando demasiado la atención, si mi querido hermano no quería que me metiera en líos pues que no me hubiera dejado viviendo cerca de un lugar en el que se corrían aventuras, aunque seguramente él pensaba que no haría caso a lo que pasara y me quedaría leyendo, pero soy una loca, que mi mejor amiga fuera Sophie dejaba las cosas bastante claras.

Me levante de la silla para entrar en la casa cerré todas las puertas y ventanas bien, y me fui a mi habitación, me puse unos vaqueros largos negros y una camisa rosa, para acompañarlos de unos tacones rosas, me solté el pelo y me eche colonia.

—Perfecta—me dije, me eche un poco de brillo de labios, agarré un pequeño bolso rosa para meter lo que necesitaba, pensé por un segundo si llevar una chaqueta por fina que fuera pero me recordé a mi misma que estábamos en Los Ángeles, en pleno verano, por lo que el calor estaba asegurado.

Sali de casa y me aseguro que tanto la planta de arriba como la de abajo estuvieran bien cerradas, y solo tuve que seguir el ruido para ir a donde estaba la emoción. La gente estaba en grupos, bebiendo y bailando aunque en cada lado había música diferente por lo que nadie podía estar concentrándose solo en una canción.

Camine por las calles mirando que la gente estaba, haciendo el loco. No es que viera mal que la gente joven bebiera, si ellos querían se emborracharan, pero hacerlo en la calle era algo triste y peligroso, era algo típico de otros paises, como por ejemplo España, pero no era algo que no estaba acostumbrada a verlo en esta ciudad, es más, pensaba que esto pasaba en los bares o casas. Intente ignorar a la gente que me parecía demasiado rara.

Me adentre del todo en esta especie de concentración de masculinidad, cada coche era más llamativo que el anterior y todos estaban apoyados en ellos como si fueran la gran cosa.

—Oye guapa ¿Con quien vienes?—me pregunto un chico de pelo gris, ¿Quién tenia el pelo gris? Solo las personas mayores lo tenían así, y no es que pareciera un viejo y menos amargado, le mire de pies a cabeza, tenía un ojo verde y el otro azul ¿Qué m****a era eso? Era alto y grande pero me desagradaba bastante.

—Con nadie que te importe, feo—le deje claro, creo que fui demasiado borde pero no me importaba.

Él chico me miro impresionado y se acerco a mi.

—Mira niña—me dijo y le mire.

—¿Qué pasa que porque no he ligado contigo vas a ser borde?—le pregunte cruzándome de brazos, el chico me miro sorprendida—No sabía que para estar aquí estaba p*******o romper hombrías—le dije.

El chico me miro.

—Deberías irte a casa—me dijo.

Le mire.

—Y tú buscarte un psicólogo para solucionar lo de la masculinidad frágil—le dije.

Me miro impresionado, creo que le acababa de molestar pero eso no era asunto mío, tenía cosas mejores que hacer que preocuparme de los sentimientos de un chico.

—David, lárgate—dijo alguien detrás mío.

No me gire, reconocí la voz enseguida y no me iba gastar en esforzarme con él.

—Ha empezado ella—se quejo el chico que ahora sabia que se llama David.

—¿Tenemos cinco años o que?—le pregunte sorprendida.

—Viene conmigo—se limito a decir.

Davis se fue.

—Cobarde—dije y me gire para encontrarme de frente con Marco que me miraba serio.

No dijo nada, la gente nos miraba así que se limito a acercarse a mi y colocarme un pañuelo por la cintura.

—Más te vale seguirme el juego—me susurro en el oído.

Su voz, su respiración chocaban por mis oídos mientras que  agarraba con un pañuelo por la cintura era algo que me gustaba extrañamente, me puso los pelos de punta y me daban ganas de hacer lo que me dijera pero de tener ganas a hacerlo había un largo camino.

—No me apetece—le dije.

Marco me miro serio.

—Esto no es un juego—me dijo, le mire.

Creo que la vida me quería dejar claro que esto no era un juego cuando alado nuestro a escasos metros hubo un accidente de coche, dos coches chocaren entre ellos, uno se paro en mitad de la gente pero el otro dio un golpe de campana y termino cayendo sobre una carpa, me quede blanca, me dispuse a acercarme para ayudar, pero Marco me paro. La gente se lo tomaba con naturalidad, y iban como si fuera lo más normal del mundo ¿Estamos locos o que? Podían estar muertos y la gente va como si no hubiera pasado nada.

—Tenemos que ayudar—le dije.

Marco me miro.

—Son del grupo enemigo, no es cosa nuestra—me dijo.

Le mire sorprendida.

—¿Y eso que importa?—le pregunte molesta.

Marco no me respondió, me agarro de la mano para arrastrarme a una carpa algo alejada, de la gente y del accidente, dentro me solté de su agarre.

—No podemos dejar a la gente tirada como si fueran basuras—le dije.

Marco me miro pero no dijo nada.

—Eres un monstruo, un animal vil y cruel—le grite, puede que insultarle y hacerle sentir mal no fuera la solución, lo más seguro es que eso no ayude a que me de respuestas o a que tengamos una gran relación pero en estos momentos eso me importaba una m****a, me sentía cómplice de un asesinato por no ayudar a las personas cuando estaban heridas y él actuaba como si nada.

En la carpa había otro chico de ojos negros, pelinegro que miraba a Marco sin entender nada.

—Cuando te dije que te buscaras novia, no me refería a una tan gruñona—dijo él otro chico.

Le mire.

—No soy su novia, ni muerta sería su novia—dije y mire a Marco—Me puedes explicar lo de ahí fuera—le grite señalando a fuera de la carpa.

—Es la hermana pequeña de Max—explico Marco.

Le mire.

—¿Qué m****a importa quien sea,? Dame las malditas explicaciones—le dije.

Marco se sentó en una silla tranquilo, o al menos intentando mantener la calma pero por su cara de pocos amigos le estaba volviendo loco.

—Blake—se presento el otro chico ofreciéndome su mano, le mire analizándole—Lo que ahí fuera pasan son carreras ilegales, es la forma que tiene la mafia irlandesa de probar los coches ilegales que luego vende por millones—me conto, estreche su mano.

—Diana—me presente, le mire—¿Por que no hemos podido ayudar a los accidentados?—le pregunte a Blake viendo que el imbécil de Marco no iba ha hacer nada por mi, ni por aclarar mis dudas.

Blake agarro una cerveza y me la ofreció.

—Ni se te ocurra, tiene dieciséis—le aviso Marco.

Blake alejo la cerveza de mi y me miro.

—No la iba coger—aclare, aunque si me diera la gana podía beber lo que me diera la gana, ellos no eran mis padres, ni mi hermano ni nadie que tuviera el derecho a mandarme.

—Contigo ya no se que esperar—me dijo Marco.

Le mire molesta.

—Aunque el organizador sea uno, hay diferentes bandas que compiten en esto, bandas que no tienen nada que ver con las mafias y diferentes grupos de las mismas mafias que lo hacen para ganar más dinero—me explico Blake.

—Eso no justifica que les dejéis morir—les dije.

—Son ellos o nosotros, todos están buscando una forma de matar a sus rivales—comento Marco, le mire impresionada.

Le mire.

—¿Los irlandeses lo organizan?—le pregunte.

Blake me miro.

—Eso ya te lo ha explicado—me dijo Marco, le mire molesta.

—Mira, no es solo que mi hermano sea el mejor amigo del dueño de todo esto sino que mi mejor amiga es medio dueña de esto así que no me toques las narices—le avise.

Marco se levanto y me miro.

—Vas de una chica dura pero no eres más que una damisela en apuros—me dijo mirándome.

—No soy una damisela en apuros—aclare remarcando cada palabra.

—No lo parece cuando amenazad de tus conocidos para asustar—me comento.

Le mire mal.

—Que no se meta en líos, termino la carrera y me la llevo a su casa—le dijo Marco a Blake, ni siquiera se dirigió a mi que rabia me daban esas cosas.

Marco salió de la carpa y yo con mi gran paciencia pegue un grito enfadada.

—No le culpes, esta cansado—me dijo Blake y le mire sorprendida.

—¿Y a mi que?—le pregunte sin entender nada.

—¿Tú no estas más gruñona cuando tienes sueño?—me pregunto y le mire, me limite a a sentir porque era verdad que la falta de sueño me afectaba demasiado.

Le mire.

—¿Y es seguro que conduzca cansado?—le pregunte preocupada.

—Pero mira, si te preocupas por él—me dijo Blake divertido.

Le mire entre molesta y sorprendida.

—No, solo que es el único que sabe donde vivo—le dije.

Blake me miro sin creerme, peor no me importaba, solo quería que respondiera a mis preguntas lo demás no me importaba.

—Marco es el mejor corredor que hay, lo haría bien hasta dormido—me dijo.

Le mire.

—Que mejor no se duerma—le dije.

Blake río, me abrió un poco de otra zona de la carpa.

—Ven a verlo—me dijo.

Fui a donde estaba Blake y mire por donde él lo hacía, era una zona abandonada, una zona industrial, mire el lugar, había unos conos que improvisaban un circuito de carreras, era bastante impresionante, sabía muchas cosas de los negocios de la familia de Sophie pero esto no me lo esperaba. Pase mis manos por mis brazos con algo de frío, me sorprendía que viniera brisa fría cuando era verano, no era normal en esta ciudad.

Blake me dio una chaqueta.

—Es de Marco, seguro no le importa que la uses—me dijo.

Le mire sin entender nada, pero tenía frio así que me iba poner la chaqueta, me la puse y era demasiado cálida, era negra de cuero y olía a Marco, era una mezcla entre coche y colonia cara.

—No voy a preguntar porque no debería importarle—le dije a Blake que me miro de reojo.

—Sera lo mejor, hay cosas para las que no hay respuesta—me dijo y le mire.

—Y para las que no estoy preparada—añadí en un susurró.

Era dos frases que siempre me decía Max cuando le preguntaba por el dinero que ganaba, por saber de donde venía pero él solo me respondía esas dos cosas, que no hay respuesta o que no estoy preparada, parecía que la vida debía ser un misterio para mi.