Capitulo 4

2026 Words
Para el domingo todas mis cosas estaban en el apartamento de el piso de mi hermano, y con ellas vino Sophie, y los amigos de mi hermano, para ayudar ha hacerme sentir que este era mi hogar, pero jamás lo iba a sentir como tal porque me obligaban a estar aquí. —Piensa que verás chicos guapos todos los días—me dijo Sophie, la mire molesta. —No me importan los chicos guapos, quiero mi casa—me queje. Max se acerco a mi y beso mi mejilla. —Hago esto por tu seguridad—me dijo, mire a mi hermano. —Lo se—me limite a decir suspirando. Entendía perfectamente que mi hermano solo me quería proteger, lo entendía muy bien, había visto que podía haber estado en peligro, él vive demasiado lejos de la casa de mis padres, no era seguro para protegerme como él quería, entendía porque me hacía vivir aquí, yo era una persona que necesitaba su espacio que odiaba estar con gente más de lo necesario por lo que este piso era lo mejor para él. Abrace a mi hermano. La casa tenía tres habitaciones por lo que sabía muy bien lo que iba ha hacer con la casa, mi hermano tenía un estilo minimalista en todos los lugares en los que él iba pero a mi no era algo que me gustase por lo que iba a poner la casa patas arriba.  —¿Puedo hacer lo que quiera?—le pregunte a mi hermano, este me miro sorprendido. —Todo lo que quieras—me dijo. Le mire sonriendo. Lo primero que hice fue reformar la cocina, la pinte de blanco, los muebles eran nuevos pero los electrodomésticos eran bastante viejos, mi hermano no se molestaba en cambiar las cosas si funcionaban pero yo no soy de esas personas. Puse una nevera rosa, y puse mis tostadora, calentadora de agua y microondas rosa que tenía en mi habitación, obviamente puse toda mi vajilla rosa, amo ese color pero no me importa lo que opinen, voy a poner toda la casa de este color, los muebles de la cocina eran de color blanco por lo que estaban perfectos con mi rosa, solo tuve que cambiar los electrodomésticos, un punto. Puse cortinas rosas claras, por mucho que mi hermano no le gustaba las cortinas per a mi eso de que la gente me viera no me hacía mucha gracia, alado de la cocina había dos mini habitaciones que mi hermano usaba para meter cosas sin sentido, por lo que decidí que uno, el más grande fuera el cuarto de la colara, y el otro una despensa, porque la mala organización me molestaba, alado de estas dos mini habitaciones había un aseo, el cual pinte de rosa y decore con cosas rosas, no me importa que a la gente no le guste, que no venga si no le gusta, tras pasar ese pasillo, tenías acceso a un patio, en el cual puse unas sillas y mesas cómodas de terraza, en las paredes colgué plantas colgantes y puse plantas para darle algo de vida al lugar, también coloque luces, bueno, todo perfecto. El salón fue algo más complicado, porque tenía muebles que eran oscuros y feos. Suspiré. Forre los sofás porque eran cómodos y no los quería tirar pero el n***o no me gustaba, les puse una tela rosa que los protegía y tapaba, cosa que hizo que quedaran preciosos, y lo decore con cojines blancos, todo perfectamente adecuado. En el mueble en el que estaba la tele, lo desmonte y puse uno blanco, algo más grande porque en el de mi hermano no podías poner nada, y eso no me hacía gracia, si puse la televisión de mi hermano, era grande y me gustaba pero use las estanterías del mueble para poner todas mis películas y decoraciones que yo en mi casa tenía alrededor de la televisión, no había dejado mi casa sin muebles, solo sin decoración, los muebles que estaba poniendo en casa de mi hermano en su mayoría eran nuevos. Cuando salías del salón iban a un pequeño pasillo en el cual si había trabajo, la primera habitación que había tenía una gran ventana a las calles, por lo que era el lugar perfecto para poner mi biblioteca, puse a mi hermano y sus amigos a montar estanterías, toda la habitación tenía estanterías altas menos debajo de la ventana que puse uno bajo donde guarde todos mis discos y vinilos, bien colocados, cuando las estanterías estaban bien fijas, coloque los libros en orden, no me gustaba ordenarlos por colores aunque no voy a negar que apreciaba a la gente que lo hacía porque separar sagas era lo más complicado del mundo, por lo que yo los ordenaba alfabéticamente según el nombre del autor, y como obviamente tenía más de un libro de un autor, ordenaba sus libros por orden de publicación pero sin separar las sagas, eso si que era importante, también puse la decoración que venía con los libros, esto era algo que debía hacer yo sola porque la gente no sabía como me gustaban las cosas y en mitad de la habitación puse un sillón hermoso azul turquesa y rosa, hermoso. La habitación de enfrente la convertir en un despacho, me estaba dando cuenta que no estaba dejando un lugar para que la gente viniera a visitarme pero eso era genial, si era Sophie la que quería venir iba dormir conmigo en la cama, y los demás que se buscaran un hotel, pasaba de que la gente me molestara. La habitación de enfrente la convertí en un despacho, en el centro puse un escritorio en firma de L, en el lado de la habitación, la pared que no tenía nada la llene de estanterías donde organizar todo mi material, este quedo alado del escritorio, atrás puse unas estanterías bajas, debajo de la ventana con impresora, encuadernadora, trituradora y ese tipo de maquinas, en la pared de enfrente al escritorio y a la ventana puse varios corchos pequeños separados y una enorme pizarra, y abajo otra estantería baja con más material, y en la pared donde estaba en la puerta, puse todos mis trofeos y premios de clase. Y la habitación más grande, la que tenía un baño completo para el solo y un vestidor era donde iba dormir, saque todo en un principio, puse mi cama enorme para estar lo más cómoda posible, mi colchón era personalizado por lo que no había sitio donde entrara así que puse unos pales debajo para aunque sea no estar en el suelo estropeándose, a cada lado de la cama puse unas mesitas de blancas, puse dos lamparas iguales a cada lado y en un lado, un despertador, a cada lado de la cama puse unas alfombre rosa, super bonitas y peludas. El vestidos estaba bien hecho por lo que no tuve que hacer muchos cambios en el solo organizar la ropa, obviamente por si a alguien le quedaba claro puse todas las paredes rosas y los muebles blancos, puse cortinas en las ventanas, en el baño no hice mucho, era ya blanco por lo que me ayudo a ahorrar trabajo, tenía todo lo necesario por lo que perfecto, tenía un lavamanos con armaritos para guardas cosas, y alado una estantería para poner más cosas, solo tuve que enganchar un s*******r alado de este para poner, el secador, la plancha y esas cosas. El baño tenía un retrete como esta claro, no somos animales pero tenía bañera y ducha, no juntas sino separadas, cosa que amo, era enorme, por lo que solo tuve que ponerle mi decoración rosa, en la habitación puse una pequeña estantería y un sofá por si me apetecía leer ahí. —Has mejorado mucho la casa—me dijo Sophie. Todas las paredes eran rosas y tenían algún cuadro, mientras que las puertas eran blancas. —Lo se—dije feliz. —¿No te da miedo que te arruine la casa?—le pregunto Bran a mi hermano. Sophie pego a su hermano molesta. —No arruina nada, me gusta como la ha dejado—comento mi hermano y le mire. —Tengo que vivir yo aquí—les dije. —SI, por unos meses—aclaro mi hermano. Le mire. —Por ello tengo que estar cómoda del todo—comente. Todos rieron, no me gustaba las cosas demasiado caras, pero es que amaba estar cómoda, no me gustaba dejar mi casa, por muy inseguro que fuera, pero si debía hacerlo que mejor que sentirme cómoda y bien en el lugar en el que estaba. El timbre sonó. Mire a Max esperando que abriera la puerta. —Ahora es tu casa—me dijo. Le mire molesta, pero levante la cabeza, y fui a la puerta de entrada, abrí la puerta para encontrarme con Marco en la puerta de mi casa con dos bolsas. —Hola dulzura—me saludo Marco, le mire sorprendida ¿Qué forma era esa de saludar? Para mi era demasiado ridículo, el chico estaba sonriendo demasiado, me ponía nerviosa. —¿Qué haces aquí?—le pregunte. —Te he venido a traer los libros—comento. Le mire sorprendida, no me esperaba que me trajera los libros seguido. —¿Me has comprado los libros?—le pregunte sorprendida. —No, son los míos, si no te importa que estén marcados y desgastados te los dejo—me dijo, seamos sincera, a todo lector le encanta recibir un libro que le deje o le regale otra persona marcado con las cosas que más le han gustado y anotaciones, es demasiado romántico. —No me importa—le dije. —¿Me dejas pasar?—me pregunto sorprendido. Me moví dejando que entrara en la casa, cerré la puerta y en lugar de ir con él fui a mi despacho para coger la lista que le había hecho con las películas más importantes de Disney que debía ver. Salí del despacho para ir al salón donde todos me estaban esperando. —Toma—le dije dándole la hoja. Marco miro la hoja. —Es rosa—comento, le mire porque no comprendía que problema había en que la hoja fuera del color que fuera. —Y es perfumada—comento mi hermano. Le mire sorprendida, no era algo que me importara que dijera, pero me gustaban los detalles y dar olor y color a las hojas, era un detalle que no me costaba nada. Marco olio la hoja y le mire. —Huele a ti—comento Marco. —¿Quién es?—me pregunto Sophie. La mire. —Luego te cuento—le dije. Marco me miro. —¿Hay algo que contar?—me pregunto riendo. Le mire. —No me seas ridículo, no voy a criticarte delante de tuya—le dije. Marco me miro divertido. —No tienes nada que criticarme, preciosa—me dijo pasando su mano por mi mejilla. Le mire impresionada. —Ya empezamos—le dije molesta, me estresaba que cada día me dijera de una forma diferente. Todos me miraron sin entender nada, todos menos Marco que parecía divertido y se estaba riendo de la situación, pensaba pegarle tal puñetazo que le iba ha hacer gracia las cosas. —No te pases con mi hermana, chaval—le aviso mi hermano a Marco. Marco miro a mi hermano. —Solo somos amigos, amigos que aman los libros y solo están compartiendo su pasión por ellos—le dijo Marco. Le mire sorprendida, no estaba segura de que estaba diciendo o de que si era verdad lo que decía, no sentía que éramos amigos pero supongo que si decía que éramos amigos es porque lo éramos, aunque tenía claro que esto no iba a terminar así, las cosas no iba a terminar de forma tan sencilla, no al menos como él las estaba pintando, no sabía porque pero este chico me iba a complicar la vida demasiado, no me iba a poner las cosas sencillas, me va volver loca y es algo que ya estaba notando, y me estaba dando miedo.
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