Capitulo Tres

1790 Words
Azul Sloan Abro los ojos observando una habitación diferente a la mía, ¿Sábanas negras? toco mi cabeza cuando el dolor es demasiado. — ¿Qué demonios paso anoche? Mi cuerpo esbelto resalta sobre la alcoba de colores oscuros. No logro recordar nada y el olor a loción masculina me da una leve idea de lo que paso. Volteo a mi derecha y mi sospecha se hace realidad, una ancha y hermosa espalda es lo primero que noto. —AAAAAAAA— mi grito lo despierta enviándolo al piso en medio de una confusión que lo deja peor que yo. — ¿Porque gritas? — se tapa los ojos buscando despertar por completo. Me tapó cuando noto que solo me cubren las sábanas negras. Se levanta como si nada pasara mostrándome su perfecto cuerpo, bajo la vista por todo su abdomen y me detengo cuando siento mis mejillas arder por notar que va d*****o. — ¿Podría cubrirse plebeyo? — Se ríe dándome la espalda y por muy dama que sea no logro evitar morderme el labio inferior al observar sus glúteos. —En otras palabras, lo que estas pidiendo, no se aclárame ¿Pides que me tape la polla? ¿Es eso verdad? —Jesús bendito— me sonrojo a más no poder cuando habla con todo el descaro del mundo, se me acerca con una mirada de depredador que en vez de asustarme me humedece la entrepierna ¿Quién soy?  —No soy Jesús, soy Ethan y no creo estar bendito no fue eso lo que gritabas anoche— le golpeo los hombros cuando se sube encima de mi metiéndose por mis piernas quitando las sabanas. —Quítate abusador o pediré auxilio—  Sonríe y jamás pensé que una sonrisa tan perversa pudiera llegar a ser tan hermosa  —Mírate nada más, estás muy guapa, eres una chica muy inteligente y capaz de todo. Mírate preciosa, mira el valor que tienes, observa aquellos defectos y virtudes que posees. Mereces todo lo lindo del mundo pese a todo— me besa los labios con ternura —lo que sucedió anoche quedara en estas cuatro paredes si es lo que deseas, yo solo quiero que sepas que no vale la jodida pena llorar por decepciones de otros. —Si lo de anoche fue un error enorme, yo era. — ¿Virgen? — Vuelve a besarme de forma tan suave que sus labios parecen algodón de azúcar —Lo note preciosa y es obvio que me siento afortunado, pero de igual forma es mi deber hacerte que entres en razón y solo empieces a buscar tu luz propia. —Me considero culpable de todos aquellos errores que cometí, pero no me arrepiento de ninguno de ellos, si no fuera por cada uno de esos errores, no sería la persona que soy ahora— Mis alarmas de que pueda ser un asesino no están activas y algo dentro de mí y sobre mi piel me grita que lo siga aferrando a mí. — ¿Qué fue lo que paso anoche y como termine perdiendo mi virginidad contigo Ethan? — ¿Qué parte deseas saber exactamente? — Se coloca a mi derecha y quita por completo las sabanas dándole paso a la seguridad que se toma todo mi ser al notar que mi cuerpo es una obra de arte —La parte donde empezaste a llorar o la parte donde me gritabas que te diera más duro. —Por favor llévame a la clínica necesito que me vacunen con la de serotonina. —Tonta— Pasa uno de sus dedos por todo mi abdomen acelerando mi respiración. —Pues te diré que para decir palabras por cinco horas que expliquen toda la noche que vivimos mejor te llevo a la práctica. Su tacto empieza a quemar sobre mi piel cuando ejerce un poco de presión logrando que mi respiración se vuelva un total asco, sube encima de mí y va repartiendo pequeños mordiscos sobre mi abdomen dando vivaces lengüetazos que me ponen a temblar las piernas, sube y sus labios y los míos se conectan tan únicamente que siento que explotare en cuestión de minutos. —Pero si lo pienso bien, la princesa debe irse a casa de la loca de su amiga que no ha dejado de llamar, se me ocurrió la brillante idea de contestar para decir que estas bien— Sonrió al pensar en la cara de Atenea —Literal me amenazó de muerte, dice que tiene una lagartija que la apoya   —Es mi mejor amiga y la lagartija es su esposo— me abro de piernas para que se acomode, pero algo lo detiene. —No haré esto— se levanta quedando sentado sobre la orilla de la cama —Es mejor que te vistas y te marches de una vez. Se encierra en el baño dejándome una sensación de asco conmigo misma, indignada por su reacción me visto furiosa tirando la puerta cuando salgo encontrándome una sala que no me deja más que una sensación de que esta vida no es la mía. —Maldita sea— ¿Acaso? No me puedo creer, ¿Por qué su cuarto se ve tan perfecto y la parte de la sala es un asco? —Estafador de m****a. No sé dónde estoy, como salir y lo que es peor solo llevo mi celular conmigo. Pego la frente del portón de la casa del imbécil tratando de mantener mi respiración en el punto exacto donde no pierdo mi estabilidad, activo mi ubicación y el 2% de batería me permite solo darle enviar a mi amiga para que venga por mí, se descarga en mis manos odiando todo lo que le está pasando a mi vida     No sé qué hora es ¿Desde cuándo no se las cosas? Porque llevo desde que desperté sin saber una puta m****a, el sonido del p**o de la camioneta de mi mejor amiga me hace levantar la vista, suspiro por el sermón que me toca y subo de copiloto dándole la cara a todo lo que se avecina. —Azul Sloan, ¿Cuándo dije tomate el tiempo que desees que fue lo que entendiste tú? — Me hago la sorda —No me vengas con que lo conocías porque yo conozco tu círculo social y él no tengo idea de donde salió porque a este lado de la ciudad jamás hemos venido. —Perdón sí, pero no estoy para reclamos cuando yo…— las palabras se me trancan y me vuelvo un ovillo de sentimientos débiles delante de mi amiga —No estoy para reclamos ni mucho menos para responder preguntas cuando no se ni como llegue aquí. Detiene el auto de pronto doblándose para quedar frente a mí, su mirada es de pena, pero luego cambia a una divertida. — ¿Dime que por lo menos viste el periódico y la cara de Jacob al ser plantado en su propia boda? — niego tomando el periódico que con tanto entusiasmo me pasa. —La verdad esto es gracioso, pero no me importa, dejó de importarme desde que tome la decisión de dejarlos a todos ellos atrás menos a mis abuelos. Tomo aire y prosigo teniendo la certeza de que mi amiga me escuchara sin importar nada. —Siento que ya no pertenezco a ningún lugar , ni a mí misma , solo siento un vacío inexplicable , no sé qué es lo que necesito, antes iba tan bien, vivía, sonreía, bailaba y me gustaba hablar con las personas, ahora no sé qué me sucede, pero llevo así meses y no quiero caer otra vez en depresión , no quiero ser mi yo anterior, quiero volver a ser como antes, pero no sé qué es lo que me pasa, tengo personas que siempre están ahí pero yo no puedo estar ahí para ellos , me quiero alejar de todo, ¿Será que al ser siempre el centro de atención me empezó a aburrir? ¿Será que la gente me agobió tanto que ya no quiero conversar con más gente? O solo soy yo que me quiero alejar de las personas. —Cariño volver a empezar después de caer alto, no es tan malo como aparenta ser: aprendes a evitar los errores cometidos y a sumar nuevas experiencias— ella tiene razón, j***r siempre la tiene. —Atenea ¿Crees en el amor a primera vista? — ella niega sonriendo cuando doblar la esquina que nos adentra a una de las urbanizaciones más costosas del país donde vive con su esposo quien la espera en la entrada del portón con la pequeña Selene de 14 meses de nacida —No creo en el amor a primera vista. Creo en el amor en el primer debate, primer argumento, primera broma, primera risa genuina después de toda una vida de tristeza— se queda en silencio como si estuviera recordando algo que la hace sonreír de forma alegre —Creo en el amor en la primera conversación sincera, en el primer silencio cómodo. Creo en el amor en el benigno apoyo a través de las dificultades, el primer dolor compartido y la primera alegría dividida. —Eso es hermoso Nea— me da un beso en la frente. —Es así como conocí al amor de mi vida en un debate donde me dijo que era enana y después de eso no logramos parar de hablar o de estar felices uno al lado del otro, no te digo que fue fácil porque los obstáculos fueron muchos, pero el resultado sí que valió la pena. —No quiero que cambies conmigo nunca Nea— ella niega abrazándome. —Pumba vas a salir del auto o debo entrar por ti y por Timón— suelto a reír cuando la voz de Mikhaelo llena mis oídos. —Jamás cambiaria y menos contigo, mañana iremos a inscribirnos a la universidad y luego tomaremos ese lapso de vacaciones que nos permiten antes de entrar ¿Entendido? —Entendido— sonrió observando como mi amiga baja del auto a encontrarse con su familia, en cambio yo tengo un alboroto en mi mente —Después de todo uno siempre vuelve a los libros donde amo la vida, donde empezó aprender de los obstáculos y donde sufrió por primera vez, es dentro de esas páginas donde crecí creando amigos invisibles entre páginas que me quitaban un poco el dolor de la perdida de mi padre. —Timón, sal ahora que la pizza no durara mucho. —Mikhaelo Grey deja de decirme Timón que no soy eso. Este será mi nuevo hogar y ellos serán mi nueva familia, entro al hogar de mi mejor amiga con el brazo de Mikhaelo alrededor de mi cuello. Este será un nuevo comienzo.   
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