Mi nombre es Katherine Petrova, soy la autora de varias historias en esta plataforma de Dreame y w*****d, me hace muy feliz saber que le están dando una oportunidad a la historia, Noah & Zoé son dos adolescentes que evolucionan conforme la vida pasa por ellas, tienen idas y venidas con los límites de lo profano, la ilegalidad, secretos y violencia están a la orden del día. No te vayas es el segundo libro después de Noah & Zoé, si no lo han leído pueden encontrarlo en mi perfil, también pueden encontrar Mafia una saga muy interesante sobre la mafia italiana y un romance adolescente.
En el último capítulo del libro anterior…
Un par de semanas antes de que Noah perdiera la compostura entrando al círculo de la pelea.
Pov Noah
Las horas pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Era increíble como Paula y yo hacíamos tan buen equipo, ni siquiera la había considerado para hacer equipo, pero me enfocaba mejor con ella que con los muchachos, estábamos más que preparados para los parciales que venían.
Me confeso que también tenía una beca y que se encontraba pendiendo de un hilo para pasar biofísica y biología, en realidad aun hacía falta mucho terreno para acabar el semestre, pero le preocupaba como a mí, las notas, pues dependía únicamente de sus resultados.
Me gustaba la forma en nos llevábamos, tal vez si no estuviera tan involucrado con Zoé podría valorar de mejor manera a Paula.
La mente nos había llevado muy lejos y esperaba ir a un más lejos con ella.
Terminamos comiendo una pizza de mil quinientos, nos entretuvimos en una charla animada con preguntas capciosas de las materias, para cuando llegamos al final del parque principal me quede perdido.
- ¿Vives lejos de aquí, Paula? - casi podría jurar que ella que estaba sonrojada.
Negó con su cabeza.
-Sí, un par de cuadras- señalo el camino hacia el cine, era algo preocupante eran calles algo solitarias.
-Me gustaría acompañarte, es algo peligroso y hoy me ayudaste mucho para estudiar- incluso habíamos compartido mi clase juntos.
Ella acepto apenada y seguimos hablando, al pasar de las cuadras se ponía más peligroso, pobrecita tener que volver sola por estas calles, me ponía sumamente nervioso, tal vez podríamos seguir caminando juntos cuando saliéramos tarde. Ella era una muchacha muy dulce.
Era una casita pequeña con puerta blanca, y eso fue todo lo que pude saber, porque me despidió desde la puerta. Cuando estaba por irme sentí como si alguien me mirara fijamente, me giré y vi una sombra, era un chico medianamente alto con capucha y gorra, estaba en la esquina lejana de mí.
Trate de no saltar a conclusiones, pero había algo perturbador en aquel hombre.
Cuando se vio descubierto por mi mirada insistente, no le quedó más remedio que correr, pero algo en el llamo mi atención, tenía una figura que había visto antes, algo en él era demasiado familiar. Corrí tras de él, pero tenía mucha ventaja para que yo lo atrapara, su capucha callo por la carrera, era uno de los asaltantes de Zoé.
-Deténganlo- grite, pero las pocas personas que pasaban pensaron que estaba loco.
El malnacido estaba vigilándome.
Me sentía extrañamente nervioso, tenía la sensación que las cosas se iban a poner cada vez peor, correría con Zoé si era necesario para protegerla, esos idiotas estaban vigilándonos e iban a cumplir sus amenazas. No permitiría que nadie resultara herido en esta vaca loca.
Pocos pasos me separaban de ella, para el momento en que entre por las escaleras mi cabeza estaba desenfocada, algo podría ocurrirle a ella o las personas con las que vivía, cuando toque la puerta me encontraba un poco enloquecido, Vanessa me abrió con caras de pocos amigos.
-¿Qué rayos te pasa?- la tome por los hombros.
-Zoé, ¿Has visto a Zoé?- le pregunte con desesperación.
Le tomo un par de segundos entender mis palabras.
-Salió…salió hace un par de minutos tenía hambre-
Demonios tenía mucho miedo. Algo podría pasarle.
Pov Zoé
Hoy tenía el día libre, termine el aseo y guarde la carta, tendría que discutir con Noah las opciones para hallar a quien estaba amenazándome. Esto me obligaba a contarle mi verdad, no sabría si el me entendería o no, si estaba dispuesto a guardar mi secreto o quería que comenzara a hacerle favores.
Dudaba mucho que Noah fuera capaz de algo así, el parecía siempre sincero cuando estaba conmigo, era muy franco y buscaba lo mejor para mí.
Me sentía estresada tiendo que esperarlo, me vestí rápidamente para salir a la calle un rato mientras mi martirio llegaba, avance por las calles frías, las personas eran borrosas y sentía como si mi mente estuviera en otro lugar.
Tenía muchísimas preocupaciones encima. Terminé cerca de la plaza de mercado, se veía extrañamente solo y algo lúgubre en la oscuridad, sentí unos pasos a unos cuantos metros de distancia.
Me gire para ver por encima de mi hombro con disimulo.
Era un hombre vestido de n***o, tenía una capucha y gorra, su complexión era conocida, aunque su saco era grande podía apostar que no era muy acuerpado abajo. Las luces de las farolas bastaron para que pudiera ver algo escalofriante, aquel muchacho tenía una sonrisa maquiavélica que conocía. Era uno de ellos. Miguel estaba tras de mí.
Pase saliva con angustia, mis manos comenzaron a temblar. Apresure mi paso, pero escuchaba los pasos cada vez más cercanos, llego un punto en que no se podía negar que estábamos prácticamente corriendo.
Los latidos de mi corazón retumbaban tan fuerte que no me dejaban escuchar nada más, corrimos, podía ver el parque a un par de cuadras, unos metros más y estaríamos a los ojos de todos, estaría protegida.
Su mano rozo mi espalda.
Corrí con más fuerza, jadeaba con intensidad, me tropecé faltando un par de metros, pero luche con mi cuerpo porque me concediera la distancia que me hacía falta para llegar, cuando cruce la calle y estuve en el parque me atreví a girarme para mirarlo.
Estaba parado en la esquina desde la oscuridad mirándome.
Entonces pude ver el brillo de un arma mientras la sacaba de la pretina delantera de su pantalón.
¡Oh no¡ moriría hoy.
Esta no podía ser mi última vez. ¡Señor ten clemencia!