Tercer Capítulo

1795 Words
Leonor D' Capilli  Prácticamente se me hizo difícil creerle a la abuela cuando me lo contó todo, para ella esto se veía fácil pero mientras más avanzamos más creo que estamos hundiéndonos en lugar de llegar a la verdad de todo, ahora sé que posiblemente mis padres no desaparecieron porque así lo quisieron ellos, la verdad es que fueron secuestrados por nada más ni nada menos que otro Elegido que buscaba a mi madre porque creía que ella era la siguiente Elegida de mi familia pero se equivocó esa soy yo...  —Así que las ruinas de esta mansión le pertenecieron a tu abuelo. —dice Will tocando lo que queda de los pilares que algún día sostuvieron esta casa.  —Según tengo entendido la tía de Leonor dijo que no sólo eran ruinas sino que realmente el señor D' Capilli vivió aquí. —corrige Nicolás—. Lo que a ella le pareció raro fue que hasta ahora este otro Elegido no había hecho aparición.  —No es más que lógico que sólo esta utilizando a los padres de Leo. —enuncia Will al reunirse con nosotros—. Es decir creo que no soy el único al que le parece que las cosas no cuadran - comenta con deje pensativo. —Explícate Will. —pido interesada en su punto de vista. — ¿Qué tal si esta no era una simple casa? —cuestiona para sí mismo. —Creo que sigo sin entenderte. —expreso con una pequeña sonrisa. —Lo que quiero decir es que creo que la mansión que existió en sus tiempos, fue más un refugió para tu abuelo, que su hogar. Si lo pensamos eso tiene más sentido. —manifiesta colocando sus manos en los bolsillos de sus baqueros. —Bueno, supongo que podrías tener razón... —metido un momento y retomo la palabra—. Pero por qué el abuelo necesitaría un refugio. —cuestiono más para mí misma que para mis acompañantes. —Puede que lo haya necesitado porque estaba en peligro. —señala Nicolás—. Quizás ya existían antes más Elegidos que los de tu familia y alguno de ellos buscaba algo con tu abuelo. —dice y aunque suene extraño eso es posible. — ¡Por supuesto! Así tendría sentido que el otro Elegido tenga a mis padres, como dijo Will, él sólo utiliza a mis padres como carnada. —respondo con los más lógico que encuentro.  — ¿Entonces que haremos? —cuestiona Will a mi lado—. ¿Alguna idea, para encontrar a tus padres?  —No... —me miran sorprendidos—. ¿Qué? Necesito pensar bien las cosas, chicos por favor estamos hablando de mis padres, las personas que me dieron la vida. No puedo hacer algo porque sí, no sin antes tratar de calcular todas las posibilidades que hay. —asiente convencidos con lo que he dicho. —De acuerdo. Haremos esto, revisaremos cada rincón de este lugar nos separemos. Cada uno buscará objetos que crean servirán. —recomienda Nico, Will me observa y yo asiento en señal de aprobación.  —Leo... —me volteo y lo encaro, no hemos entablado conversación desde el incidente.  —Dime. —contesto algo distante—. ¿Necesitas algo? —Sabes que es lo  que quiero. —responde con tristeza.  —Lo lamento Nicolás, pero resulta que ahora mismo los tres estamos ocupados. —me excuso empezando a entrar en una especie de salón que parece haber sido enorme.  — ¿Hablas enserio? —cuestiona siguiéndome—. Por favor, ya me he disculpado siquiera más de setenta veces.  —Basta Nicolás, hagamos lo que vinimos hacer y encontremos algo que nos ayude. —murmura Will, tocando su hombro. —Por favor, al fin algo con razón, gracias. —digo refiriéndome a lo que dijo Will—. Nos vemos en una hora. —miro el reloj en mi muñeca—. Traten de encontrar algunas cosas. — ¡Andando! —grita Will antes de separarnos. Observo todo, no puedo creer aún que este lugar haya pertenecido a mi abuelo, nuestra relación nunca fue muy buena, de pequeña yo era la típica nieta adorable pero imperativa y al abuelo no le gustaba que fuera tan activa. Siempre decía que era una señorita y tenía que actuar como tal, por el contrario para su esposa mi abuela yo era su pequeño ángel, decía por donde pasaba llenaba ese lugar de alegría. Definitivamente dos polos opuestos. Según la abuela el hecho de que no tuviera una relación tan buena con el abuelo no influyo para nada en que me hayan escogido a mi para esto, lo que me dijo fue claro. Al morir mi abuelo tenía que decidir quien sería es sucesor de su peculiaridad, en ese caso cuando él tuvo que hacer eso no tuvo muchas opciones ¿Por qué?, bueno porque mis abuelos tuvieron solo dos hijos, mi padre y mi tía Olga, sin embargo mi tía no es fértil y un Elegido siempre tiene que ser un descendiente de sangre. Esa era yo, puesto a que no tengo hermanos, mientras mi madre estuvo embarazada de mí existieron ciertas complicaciones por las que los médicos le recomendaron no tener más hijos, ella y papá estuvieron de acuerdo con eso, por ello soy hija única.  En fin, mi abuelo simplemente hizo lo único que pudo hacer y su única salida fui yo. Suspiro y tomo entre mis manos unas cuantas cartas sucias entre los pedazos de pilares caídos, las sacudo y las abro. Me encuentro con una nota escrita por mi abuelo hacia Tinna, pero escrita en otro idioma, el cual extrañamente reconozco. Es Latín... De: Felipe D' Capilli. Para: Mi Tinna.  Querida mía, he decidido irme de casa por tu seguridad y por la de nuestra niña Olga. Ustedes dos me preocupan mucho más, sé que nuestro hijo hará lo posible para protegerlas. Cariño, deben ser fuertes él solo desea asustarlas no le demos ese gusto, Tinna sé perfectamente que eres una mujer fuerte, pero también sé que darías tu ida por nuestros hijos. Esto se me esta saliendo de las manos, por lo que he tomado la determinación de despistar a mi enemigo y mantenerlos a salvo. Me mantendré siempre al pendiente de ustedes, ten paciencia querida en poco tiempo estaremos reunidos nuevamente, ahora necesito organizar todo antes de que podamos estar juntos. Estoy seguro que comprenderás, tan pronto como pueda los traeré conmigo. Es una promesa... Amándolos, Felipe D' Capilli.  Esta carta solo logra dejarme claro una cosa. A mi abuelo lo perseguía alguien pero ¿Quién?. Me agacho para observar su encuentro algo más en este raro salón y efectivamente hay algo más.  Levanto el pequeño pedazo de cemento del suelo hallando una clase joyero mediano y a la par de este hay un libro el cual parece tener cerradura lo que le da más sentido a lo escrito en su portada "Clavis est tibi".  Al ponerme de pie, mi alrededor a cambiado. Lo que anteriormente eran solo escombros de lo que fue este salón, volvió hacerlo. Por donde entré esta cerrado y solo al lado derecho de la estancia hay una puerta, analizo bien lo que pasa, porque podría ser una trampa, ¿Cierto? Con curiosidad decido atravesar la puerta, hallando una entrada más, sin embargo esta se encuentra cerrada con llave, trato de abrirla pero es imposible.  —  Señorita D' Capilli por favor inserte la llave. —manifiesta una extraña voz, al mismo tiempo que se abre una mini puerta supongo que es la cerradura. — ¿Llave? No tengo ninguna llave. —observo a mi alrededor tratando de encontrar algo parecido a una llave. Como arte de magia recuerdo el pequeño cofre de joyería, hurgo entre las cosas hasta dar con una pulsera de plata y de ella cuelga una llave, la inserto en la cerradura y le dio vuelta tres veces. Sonrió.  —Bienvenida señorita. —las puerta se abren, dejando ver una muy antigua biblioteca, con una mesa diminuta en frente de los estantes—. Tiene alguna pregunta. —me sobresalto al volver a escuchar esa voz. —Todo esto le perteneció a mi abuelo... —cuestiono tocando una de los libros que más llamó mi atención. —Correcto señorita, ahora es suyo. La llave con la que entro aquí en estos momentos fue transferida a su nueva dueña, usted. —explica detenidamente. — ¿Qué quiere decir? —pregunto algo alterada. —La mansión volvió a su estado normal porque la nueva Elegida y nieta del señor regreso a su hogar. Verá algunos cambios pero solo son los necesarios para que usted se sienta a gusto. —señala la voz.  — ¿Esta diciendo que puedo vivir aquí? —cuestiono desorientada. —Exacto señorita, si su decisión es dejar la mansión nadie entrará solo aquellos a los que usted se los permita lo harán.  — ¿Qué pasa si quiero quedarme? —interrogo tomando asiento en una silla acolchonada.  —Esta en todo su derecho señorita. —asiento en respuesta—, debería salir, los hombres que la acompañan ahora la buscan.  — ¡Oh! Claro, gracias. Tomaré una decisión pronto. —digo saliendo de allí, cerrando la puerta después de mí. Observo mi reloj y si ha pasado más tiempo del indicado.  — ¡Leonor! —veo a los chicos venir hacia mí preocupados.  — ¿Dónde te mentiste? —pregunta Nicolás—. Te hemos buscado mucho, creímos que te había pasado algo. —Como si yo permitiría que alguien me toque. —refuto, parece un regaño. —Esta bien. ¿Hallaste algo? —cuestiona Will, enseñándome tres cosas que ha encontrado, mientras que Nicolás sólo tiene dos cosas en sus manos. —Por supuesto, no podía permitir que me ganarán. —todos reímos y comenzamos a caminar juntos. Miro las paredes su color a cambiado, eran de color verde agua, ahora son lila y grises. Mis colores favoritos ¿Realmente este lugar se rediseñó para ser mío?.  — ¿Qué te pasa? ¿Por qué sonríes como boba? ¿Y por qué miras este lugar así? —interroga Nicolás.  —Eso es cierto. ¿Cómo se arregló la casa Leonor? —le sigue Will.  —Bueno, es fácil de contestar. —me volteo y los encaro—. Soy la nueva dueña de la mansión D' Capilli. —expongo tranquila.  — ¿¡Qué!? —pregunta Nicolás alterado y enfadado se podría decir—. Lo dices como si fuera lo más normal del mundo Leonor, pero por Dios. Esto... —señala nuestro alrededor—. Es demasiado. —No lo creo, Leonor puede hacer algo bueno con este sitio —expresa Will de acuerdo conmigo.  —...  
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