La tumba de los recuerdos

3464 Words
Sky despertaba de nuevo de sus alucinaciones cortas mientras divisaba parte de su cuerpo lleno de mordidas, por alguna razón el dolor había cesado pero la sed aún continuaba insaciable al punto de desear estar en el suelo y poder satisfacer su ansía con el charco de agua que seguía aumentando en el suelo, de pronto las cadenas se liberaron y el joven corregidor corrió a tomarla en sus brazos pero al hacerlo la mujer lo atacó con desesperación mordiéndolo en el cuello y matándolo mientras se alimentaba de sus restos, la rosa azul despertó aterrorizada provocando un ligero balancear de su cuerpo aún suspendido en el aire, su respiración irregular se veía interrumpida por el dolor de sus heridas mientras la mujer caía en cuenta de que había tenido otra alucinación y que ya no lograba diferenciar con claridad si estaba en el mundo de los sueños o en la cruda realidad. Por otro lado, en el continente de Astra la situación cada vez se enturbiaba con la llegada del corregidor en el edificio, en el piso superior de todo el edificio se encontraba un cuarto inmenso donde supondría la gran asamblea pero no era más que un enorme salón lleno de pantallas y un pequeño escritorio donde se encontraba sentado el hombre que antes había emboscado a Laila, tras las cámaras miraba las grabaciones con detenimiento para luego apagarlas dejándolo tan solo iluminado en la gran habitación con una pequeña lámpara de escritorio a su costado, por unos segundos entrelazo sus dedos y pensó en completo silencio sobre lo que había visto hace unas horas, lentamente tomó su abrigo y se lo colocó mientras se levantaba de su escritorio apagando la pequeña lámpara en el acto y saliendo por un pasillo iluminado. En la casa del corregidor, Kamil estaba vendando la mano herida mientras este observaba a su padre inconsciente y siendo atado a la cabecera de la cama por el joven Namir, con un hondo suspiro se relajó en la silla a un costado de su padre revisó el vendaje de su mano pensando que decir a sus compañeros que aún continuaban confundidos por lo sucedido, cabizbajo no conseguía decidir si contar a sus compañeros la razón por la que el anciano se encontraba en ese estado mental tan frágil o mejor hacer de cuenta que todo el alboroto fue por algo sin importancia, finalmente decidió hablar de ello esperando que ambos jóvenes lo entendiesen. —    Este viejo loco es mi padre, aunque no lo parezca —dudó un momento antes de continuar— El joven continuó explicando que cuando era niño su madre los abandonó a los tres sin dar un motivo que lo justificara, por un tiempo largo su padre parecía sobrellevar el hecho, pero unos meses después la hermana de Víctor desapareció en el mar, ambos acontecimientos arrinconaron al viejo en un estado depresivo extremo provocando que aquella tristeza se encapsulara en la mente del hombre, sin nada más por lo que vivir se refugió en su trabajo de oficina. Víctor abrió el cajón de un mueble junto a él y sacó un pequeño estuche de metal que contenía en su interior una pequeña jeringa con un líquido transparente en su interior, en lo que revisaba su contenido indicó a sus compañeros que su padre se había dedicado toda su vida a ser un escritor apasionado por los lugares más importantes de todo el continente, pero la tragedia que había sufrido lo había cambiado por completo pasando semanas enclaustrado en su pequeña oficina lleno de papeles  y llegando a casa dos o tres veces al mes, aun así continuó preocupándose por el bienestar de su hijo hasta que algo en su mente finalmente se desconectó, un día llegó con los ojos desorbitados del trabajo y con un aspecto aterrado como si hubiese visto un espectro en sus narices comenzó a balbucear incongruencias hasta que sacudiendo a su propio hijo comenzó a decir que vio a Emilia ingresar al edificio, con ayuda de los vecinos lograron tranquilizar al hombre llevándolo al hospital donde le diagnosticaron demencia postraumática. —    ¿Qué vio a Emilia? —preguntó Kamil preocupada—. —     Lo decía todo el tiempo—respondió— otros días decía que había visto a mamá caminar por el mercado —acercó la pequeña aguja al cuello del hombre e inyectó su contenido—. Llegó al punto de atacar a cualquier persona que veía preguntando por su hija e incluso insinuando que la habían secuestrado. —    Ya entiendo —mencionó Namir con intriga— ¿por eso te atacó en cuanto entramos? —    Sí, es muy violento pese a su contextura por lo que no podían tenerlo junto con otros pacientes— fue a la cocina y buscó hasta encontrar un poco de fruta— pero en aislamiento intentaba autolesionarse así que decidieron darle sedantes— cortó las frutas y las puso en un plato con un poco de miel— ahora pasa la mayor parte del tiempo en estado vegetal y cuando está consciente quiere matarme. —    Lo que le pusiste hace un momento —insinuó Namir—¿es un sedante? —    No, es un suero especial que lo mantiene cuerdo por unos minutos, lo uso cuando debo alimentarlo, aunque casi siempre viene alguien del hospital cuando yo no puedo—volvió a tomar asiento junto a la cama y colocó el plato con frutas junto a el—. Lo malo es que cuando recuerda algo sobre mi hermana o mi madre vuelve a enloquecer. —    Por eso decías que sería complicado —comentó el joven guerrero mientras le daba su maleta a su hermana— Kamil quiero que salgas de la habitación y no entres pase lo que pase, vigila que nadie esté por los corredores —miró a su hermana indicando la salida—Ayudaré a contenerlo si se vuelve violento. Haciendo caso de sus pedidos la joven salió de la habitación con la maleta en sus manos en silencio y seguidamente se colocó en el corredor frente a la puerta del departamento, cerró la puerta lentamente mientras miraba con sigilo a los dos jóvenes hasta que finalmente se encontró en un vacío corredor que emanaba un profundo silencio a su alrededor, pasó unos minutos acompañada por la solitaria ventana que conectaba a las calles del lugar; pero entonces un pequeño crujir puso en alerta a la joven haciendo que se percatara de la puerta del departamento de alado, con mucha cautela se acercó mientras notaba que estaba ligeramente abierta y de su interior emanaba una oscuridad atemorizante, un tanto curiosa de lo que había en su interior ingresó al lugar lentamente dejando la puerta completamente abierta tras ella. El interior de la habitación estaba completamente ordenado, casi olvidado en el tiempo son pocas cosas a su alrededor, de hecho, la sala no contenía ningún mueble y en la cocina a duras penas se hallaba listo un plato con una cuchara y un vaso de cristal que deslumbraba por la luz entrante del pasillo, la joven intentó encender las luces pero estas no funcionaban, se percató también que las ventanas se encontraban cubiertas por varios papeles que llevaban escritos en estos, las paredes estaban cubiertas de miles de recortes y fotografías al igual que en la habitación principal solo se hallaba una frazada en el suelo, revisó con mucho cuidado el armario de allí encontrando tan solo un par de prendas junto con un par de zapatos en él, la joven guerrera salió de la habitación para volver a la sala hasta que unos de los tantos recortes llamó su atención dejándola perpleja en aquel lugar, por su parte, el padre de Víctor comenzaba a despertar un tanto desorientado mientras sus ojos miraban detenidamente al joven corregidor y con una ligera sonrisa comentó más calmado sobre su presencia allí. —    Eres el muchacho que siempre me da comida ¿verdad? —sonrió sereno—  veo que hoy vienes con un ayudante —miró por los alrededores como si estuviese buscando a alguien— ¿Cómo esta Víctor? seguro que mi pequeño aún está en la escuela con sus amigos. Aquel comentario dejó una ligera impresión a Namir quien confundido saludó al viejo cortésmente y con un rápido vistazo miró disimuladamente el rostro afligido del corregidor mientras este mantenía silencio por un momento antes de continuar con una sonrisa forzada la conversación. —    ¿Cómo se encuentra señor Líes? —saludó a su padre fingiendo ser otra persona—el día de hoy no vengo solo a darle su alimento— acercó una cucharada de comida para que el hombre se alimentara con ello—. Mientras continuaba alimentándolo el joven comentó sin darle mucha importancia que había un lugar al que siempre quiso ir, con ligereza mencionó que había oído de aquel bello paraje solo en rumores, pero le parecía un buen sitio para visitar, sinceró de pronto que no conocía la dirección y entonces recordó que dijeron por allí que su paciente en su juventud habría conocido el lugar que estaban buscando. —    Así que también eres un explorador, me agrada eso muchacho —continuó comiendo y hablando mientras lo hacía— yo también fui un joven en busca de tesoros alguna vez —    Me alegra que quiera ayudarme —continuó dándole comida a la boca del anciano— el sitio que quiero encontrar, es una iglesia muy antigua —tomó un pañuelo y limpió los restos de comida del rostro de su padre— quizá la más antigua de todo el continente. —    ¿La más antigua del continente? —con cierta picardía el anciano interrogó hilarante— ¿acaso lo buscas para impresionar a una chica? —soltó una leve carcajada mientras tomaba enserio el tema—.   El hombre continuó haciendo memoria para responder la pregunta del joven y respondiendo que quizás este hacía referencia a la primera casa de Astra, con gran animo corrigió al joven indicándole que no era una iglesia, pero después de un tiempo esta fue bautizada como “La capilla de la rosa” por su antigüedad, con sus ojos perdiéndose en recuerdos de antaño como aventurero describió que era un lugar realmente hermoso en medio del bosque localizado en el distrito 11, acompañando sus recuerdos de joven aventurero señalaba con sus arrugadas manos un viejo diario cerca de la ventana y felizmente mencionaba que había escrito como llegar mediante un sendero dibujado ya que el acceso era confuso y debido al paso del tiempo la naturaleza se había encargado de apropiarse de los caminos por lo que muy pocas personas conocían realmente como llegar, el hombre muy contento mencionó que alguna vez atrás fue con su esposa cuando eran jóvenes. —Recuerdo que allí le pedí matrimonio…— mencionó feliz, pero pronto su sonrisa se desvaneció y sus palabras parecían secarse mientras sus ojos llenándose de lágrimas se desorbitaban en sus remembranzas—. Namir mientras tanto se acercó al pequeño escritorio para hacerse con el diario, abriendo sus páginas comenzó a rebuscar en su contenido y revisó que efectivamente había un pequeño mapa dibujado en medio de todo el libro indicando el camino para permitir llegar a la denominada capilla de la rosa, sin embargo, un nuevo problema se hacía presente con el anciano quien en completo silencio comenzaba a moverse agresivo tratando de zafar sus ataduras, enloquecido por sus memorias del pasado comenzó de nuevo a balbucear mientras trataba de explicar a sus acompañantes el motivo por el que debían soltarlo. —    Mi esposa —murmuró el viejo mientras jaloneaba las cuerdas que aprisionaban sus muñecas— está allí, yo lo sé—justificó a la alerta del joven corregidor— ¡mi hija, se la llevaron! —continuó jaloneando hasta romper las cuerdas— ¡el primogénito debe volver al trono! —intentó zafarse del corregidor que trataba de contenerlo— ¡la sangre es la respuesta! —    ¡Maldición! —Víctor sostuvo las muñecas de su padre mientras este deliraba sin parar— tranquilícese señor Líes ¡nadie se llevó a su hija! —    ¡Mientes, todos mienten! —soltó un cabezazo contra su opresor haciendo que se libere y saltara de la cama hacia la salida— debo encontrarla, la van a sacrificar. Namir al ver a su compañero fuera de combate se acercó al anciano y lo sujeto por detrás pero el hombre continuaba pataleando y lanzando múltiples golpes con su codo hacia el estómago del guerrero hasta que uno de ellos consiguió dejar sin aliento al guerrero, el hombre finalmente logró de nuevo liberarse y forzando la puerta salió mientras gritaba — la sacrificaron ¡mi esposa está encerrada allí! — decía una y otra vez dirigiéndose tambaleante a la puerta del departamento para forzar su salida hasta encontrarse con el pasillo. Ambos jóvenes se reincorporaron con mucha dificultad y salieron acelerados en su búsqueda, pero al salir del departamento se detuvieron al ver la puerta de alado y al viejo hombre ingresar lentamente con ojos redondeados acompañados de una boquiabierta expresión de alegría, lentamente lo siguieron esperando el momento justo para detenerlo mientras este se adentraba todavía más al lugar, pero, al igual que el anciano sus ojos se abrieron de par en par tras ver el contenido de aquella habitación, se trataba de Kamil que sorprendida estaba parada en medio del lugar sin saber las intenciones del hombre. —    Me dijeron que me había vuelto loco —comentó el hombre mientras descalzo continuaba acercándose a Kamil—. Pero yo te vi entrar aquí —estiró ambos brazos mientras continuaba lento— aquella vez te reconocí, eras la viva imagen de tu madre. —    ¿Cómo dice? —cuestionó aterrorizada mientras se alejaba lentamente— yo no soy… —    Mi pequeña Emilia —interrumpió a la joven acercándose finalmente frente a la joven mientras rozaba sus delgados dedos en su rostro— lograste llegar a casa, dime ¿pude protegerte? La muchacha al darse cuenta del rostro afligido del anciano, comprendió la tristeza que debió haber pasado al haber confundido a su hija con Sky, sabía que era normal hacerlo dado el parecido que ambas tenían por lo que de pronto sintió mucha pena y dolor por las palabras de aquel hombre, su horror se transformó en una sensitiva compasión luego ver el cuarto lleno de imágenes de lugares cercanos a Víctor junto con su padre, con más tranquilidad tomó la mano del anciano y la empujo a su mejilla mientras el hombre soltaba lágrimas desconsoladas junto con una sonrisa enorme en su arrugado rostro. —    Si papá —dijo Kamil sonriendo— al fin estoy en casa, gracias a ti. A los ojos atónitos de los jóvenes, el hombre que hasta hace poco había perdido el juicio se abalanzó feliz para abrazar a Kamil provocando que ambos cayeran en el suelo y que sus perseguidores preocupados fueran en su auxilio pero al acercarse notaron una profunda tristeza en el rostro de la joven, tal fue la reacción que comenzó a llorar mientras les indicaba que el hombre estaba muerto, Víctor de inmediato se dispuso a revisar su pulso y al notar la gravedad del asunto desesperado le dio primeros auxilios sin obtener algún logro, la desesperación del joven provocó que este pidiera a su padre que no lo dejara en un colapsó de llanto incontenible que llamó la atención de los vecinos curiosos hasta que fue detenido por Namir quien seguidamente pidió a Kamil que llamara a alguien que los ayude. Horas más tarde; uno de los doctores salió de la habitación para decir la terrible noticia al joven corregidor mientras este aún continuaba afligido por los acontecimientos manteniendo bajo control sus emociones que intentaban hacerse fuga en una que otra lagrima que salía sin control, una vez que el doctor se retiró se llevó al ahora difunto entre las miradas curiosas de los alrededores y al fondo de este el hombre que triste se despedía del que alguna vez fue su querido padre, los hombres salían con mucho cuidado por el edificio tratando de llevarse consigo el cuerpo con una sábana blanca sobre su cuerpo en una camilla de madera, el joven corregidor saliendo presuroso por el lugar pidió que se detuvieran para ver una última vez el rostro de su padre antes de que fuese a la morgue, al levantar la sabana un poco vio en el difunto una expresión de alegría que aún se mantenía en su ahora frio rostro provocando un ligero alivio en el corazón del joven Líes. Los jóvenes se tranquilizaron de lo sucedido por un momento en lo que el corregidor recibía toda clase de consuelo y el pésame de varios inquilinos que habitaban allí, pasadas las horas la gente se fue disipando al igual que cada quien fue a su departamento para resguardarse del atardecer que llegaba a cobijar a todos con su puesta de sol de rojos incandescentes, de nuevo se encontraban solos en aquel pasillo silencioso hasta que decidieron ir al departamento de Sky, al ingresar al lugar pasearon por allí para ver una gran cantidad de imágenes de Víctor, de su padre, al igual que miles de recortes y en el centro de todo ello un mapa de todo el continente con varios lugares tachonados como si ella estuviese buscando algo. —    Así que nunca te rendiste Sky —se acercó al mapa y estiro su mano para tocar las cruces cerca del distrito 11— seguiste buscando el lugar sin descanso a pesar de todo. —    Según el mapa de tu padre— dijo Namir mientras revisaba el diario— ella se acercó bastante ¿Cómo es que nunca llegó a divisarlo a pesar de eso? —cuestionó—. —    Lo averiguaremos en el camino —salió de la habitación no sin antes mencionar—no estamos muy lejos del distrito 11, pero aun así debemos ir a caballo si queremos llegar pronto. Los caballos galopaban a toda velocidad llevando a los jóvenes por el sendero hacia el lugar predicho por el padre de Víctor, habían pasado casi toda la noche cruzando por el camino y esquivando cada cierto tiempo a los corregidores que patrullaban el lugar, pero pronto el camino comenzó a tornarse sinuoso junto con una espesa vegetación a los alrededores haciendo que fuera difícil seguir sin perderse en la engañosa flora, aunque el sol se alzaba de nuevo imponente en el cielo indicando el inicio del nuevo día el camino era oscurecido por la gran cantidad de ramas que dejaban ingresar pequeños rayos de luz en la calzada, según las instrucciones del diario y el mapa de Sky debían adentrarse aún más al punto de dejar los caballos para avanzar a pie hasta llegar a un punto sin retorno, parecía que los jóvenes se habían topado con un callejón sin salida hasta que Kamil logro distinguir un pequeño brillo entre unas ramas. Víctor trato de remover las ramas mientras trataba de ingresar, hasta que cayó sorpresivamente por un túnel profundo que terminaba en un claro en el que posaba la capilla que estaba buscando; rodeada por un campo sin fin de rosas de todos los colores a su alrededor. Detrás de la vieja estructura, el terreno se tornaba sombrío y triste adornado por varias lapidas antiguas cuyos grabados se desvanecían por las inclemencias del tiempo. Los tres jóvenes continuaron la exploración ingresando en las ruinas y fijándose las paredes con ligeros grabados sobre una mujer con un bebe en brazos, cada muro a duras penas en pie mostraba figuras, pero, lo que llamaba más atención era que en el altar una rosa de color azul se abría paso brotando entre las grietas, el joven Líes se acercó para divisar mejor aquella hermosa flor mientras inspeccionaba las grietas que continuaban su camino a una puerta de madera en el piso, al abrirla se encontraban unas escaleras que los transportaba por un túnel hasta un campo lleno de rosas de color azul, el jardín parecía brillar como cristales iluminados por los rayos solares que se filtraban del techo. El hermoso campo se extendía a lo lejos empezando desde la pared al fondo, donde una pequeña vertiente de agua que corría a través de unas raíces del techo hasta cubrir unos pequeños surcos que alimentaban el campo, atravesando aquel rosal parecía verse un grabado en piedra junto con una serie de botellas y libros empolvados.  Lentamente los jóvenes comenzaron a caminar tratando de evitar pisarlas por las peligrosas espinas que protegían las flores, avanzaban por el lugar poco a poco hasta que un sorpresivo ataque impactó la cabeza de Namir, el golpe desplomó al joven en medio de las rosas y pronto estas se tornaron de un color rojo intenso.
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