¡Sorpresa!

1604 Words
Danna.... Ahora mismo me siento victoriosa, enamorada, tan feliz, Fer les dejo claro que somos novios, tenía miedo que él supiera sobre qué yo había dicho que éramos algo, pero parecía no importarle, él solo se dedicó a besarme y decirme que vendría por mí más tarde, él es adorable, un hombre maravilloso, siento que tuve mucha suerte al encontrarlo en mi vida, no por su dinero, si no por la maravillosa persona que él es... Lo amo, bueno no lo sé, pero estos sentimientos yo jamás los había sentido por nadie más, él ha venido a mostrarme cosas que no había experimentado jamás. Entro a clases, no deja de verme Victoria tan molesta, inconforme seguramente porque no logro su cometido, humillarme frente a los demás, yo me concentro y entrego algunos trabajos. - Todos deberían tomar como ejemplo a Danna, jóvenes estamos a pocos meses de cerrar el ciclo, que pasa con ustedes, que sucede que no veo que se pongan activos con mi clase... - Que me tome como referencia para mí es increíble, pues a pesar de no tener los medios, muchas de las cosas básicas, logro sacar adelante mis estudios. Casi es hora de salir, llamo a Fer, le digo que en 10 minutos termino, él me dice que llega en 5, me hace sonreír. Camino fuera del salón de clases y voy hacia el aparcamiento, escucho que alguien me llama. - Danna!! Al girarme veo a un chico de mi clase, Rubio, alto, ojos verdes, lleva un auto moderno, parece ser de una buena familia, jamás me había hablado, así que es extraño. - Hola, ¿cómo estás? - ¿Me hablas a mí? Le pregunto. - Si, por supuesto, eres la única Danna que conozco, quería pedirte un favor. - Si, claro, que necesitas. - Mira es que la clase anterior estoy un poco fuera de lugar, me ayudarías a estudiar, asesorías y claro te pagaría... Yo no sé que decir, pues por las mañanas tengo mi empleo, y por las tardes escuela. - Me gustaría, pero en el día no tengo tiempo, sino de estudiar y trabajar, quizá el fin de semana, el domingo si quieres.. Él sonríe y acepta. - Claro, este es mi número. Toma mi móvil y se marca para que guardemos nuestros números. - Bien, te enviaré la dirección y nos ponemos de a cuerdo. - ¿Todo bien? Pregunta Fer al llegar a mi lado, sí que se apresuró. - Si, mi compañero me pedía ayuda con asesorías en una de las clases... - Justin Harris... Dice mi compañero que apenas sé cómo se llama. - Fernand Garzon. Dice Fer sin mucho ánimo de charlar - Nos vamos hermosa.. Me dice tomando mi cintura. - Sí, vamos. - Adiós Danna, hasta el domingo... - Si, adiós. Le digo, cuando entramos en el auto Fer me observa y pregunta. - ¿Saldrás con él? Asombrada contesto. - ¿Qué? No, por supuesto que no, solo necesita asesoría con una de las clases, ira a casa para estudiar el domingo, pues es el único día que tengo libre, lo sabes, eres mi jefe... Pero Fer va serio en el camino, él me dice que esta bien, pero sé que no lo esta, quizá le incomoda, y ahora que lo pienso tal vez tiene razón, estaré a solas con un joven al que poco conozco. - Puedes venir también, en realidad no lo conozco muy bien, me vendría bien tener a alguien que me proteja. Él sonríe aliviado y acepta. - Por supuesto que si, ahí estaré.. En el camino charlamos, él me dice que quiere llevarme al cielo, no comprendo a que se refiere, pero vamos arriba de una de las montañas que subes para ir a la siguiente ciudad en auto. Las vistas son hermosa, increíble como el cielo parece tan cerca aquí, paramos en un mirador, esta oscuro, pero hay luces solares que iluminan el lugar, yo me siento tan cómoda ahora mismo, pues él esta junto a mí. - Quería llevarte como siempre lo he sentido muy cerquita del cielo... Caminamos hacia la orilla del risco, hay una cerca de madera que impide el paso más allá, pues si caes es bastante profundo y podría ocurrir una desgracia. - Desde aquí se puede ver la ciudad completa. - ¿Es increíble no? Que cada luz es básicamente un hogar, una familia, un mundo, y nosotros estamos aquí, observando cada una de ellas, me encanta venir aquí, sobre todo cuando tengo recuerdos de mi madre, son muy pocos, pero son tormentos, es como si una parte de mí estuviera destinada a ser malvado como lo fue ella y mi padre biológico, pero la parte de los Garzon, mis padres a quienes amo y que me criaron, esa parte no deja salir a la mala. Siempre he tenido ese miedo, que algo de maldad fuese heredado, mi padre dice que eso no sucederá, que solo son malos sueños por las experiencias traumáticas, no lo sé. Acaricio su rostro y beso sus labios. - No lo creo, en ti no hay una sola pizca de maldad, hay bondad, amor por las personas queridas para ti, jamás dudes de quien eres, tú eres Fernand Garzon Rinaldi, eso es todo, te criaron buenas personas que te aman, que jamás te dejaron solo, cuando tengas esos malos pensamientos piensa en esto... Le digo besando sus labios y entrelazando mis dedos en su cabello, él me sujeta de la cintura acercándome más a él. Nos separamos y él no lo desea, pues profundiza más el beso, siento como el calor se apodera de mi cuerpo, él juega con mi lengua, haciendo que mis pensamientos se apoderen de mí, de las sensaciones que ahora tengo, mi cuerpo reacciona al suyo, siento como las cosas suceden dentro de mí, como el deseo se apodera de mí, ¿Lo amo? En este momento no lo sé, creo que si, solo sé que por nadie jamás había sentido esto. - Te deseo, jamás pensé decirlo, pero lo hago, te deseo como jamás lo imagine... Yo siento como mi estómago se contrae, pues jamás he tenido una experiencia con algún hombre, tengo miedo, mis manos comienzan a sudar y él lo nota de inmediato.. Me abraza con fuerza contra su pecho y besa mi cabeza. - Lo siento, no debo perder el control, lo lamento mucho... Pero pronto recuperamos la respiración, ambos nos tranquilizamos y charlamos tranquilamente. - Me gusta pasar tiempo contigo... Le digo feliz al sentir su abrazo. - Casi lo olvido, te he traído algo. Él va al auto y del asiento trasero saca unas bebidas, y bolso de papel. Compre unos bollos, y café, no debe estar muy caliente pero.... Dice con una sonrisa, veo esos adorables hoyuelos que se le forman en las mejillas. - Creo que cuando eras pequeño debiste ser el niño más lindo del mundo, adorable.. Él parece un poco apenado... -Tus mejillas se enrojecen... Le digo graciosa. Él toma el móvil y envía un audio. - Madre podrías enviarme una fotografía de cuando era pequeño. Enseguida su móvil suena y me la muestra, esta sentado en las piernas de su madre, algunos 3 años tendrá, ella al igual que su padre felices junto a Fer, él se parece a su madre, es increíble pues es adoptado, pero de verdad tienen un parecido, nadie dudaría que es su hijo. - Eras el niño más lindo... Fer me observa y me dice indignado. - ¿Entonces ahora soy feo? Pero me niego de inmediato, aun que sé que bromea. - No, pero ya no eres un niño, ahora eres el hombre más apuesto del mundo.. - Touché.. Me dice por salvar la situación. - Creo que deberíamos irnos, debes dormir. Me dice acariciando mi mano. - Si, ya es algo tarde. Vamos en camino, pero no hacia mi hogar, me pregunto ¿A dónde vamos? - Este no es el camino a mi piso, ¿A donde vamos? Él me observa y dice que es una sorpresa. Llegamos a un edificio, él me dice que pase. - Pero.. ¿Qué hacemos aquí? - Es una sorpresa.. Caminamos hacia el ascensor y subimos al 8vo piso. Me pregunto quien vive aquí, o que hacemos en este lugar, ¿Será a caso de él? Abre con un número que teclea en la puerta, al entrar veo paredes blancas, con finos detalles gris claro, el lugar es hermoso, desde que entras se siente lo amplío que es. - Bienvenida a tu nuevo hogar. Me dice entregándome una tarjeta con unos dígitos. - ¿Pero cómo? ¿Por qué lo dices? Él me observa y besa mis labios..... - No permitiré que sigas viviendo en un lugar tan retirado de la Universidad, tendrás un conductor esperándote abajo y en los horarios que le asignes, cuando yo pueda ir a buscarte lo haré, pero no voy a arriesgarte más, es una ciudad bastante movilizada, hay muchos hombres por doquier, así que no permitiré que lo que sucedió pase de nuevo, tus cosas están en la habitación, hice que trajeran todo aquí, nada quedo allá excepto los muebles... Pero me quedo congelada, no sé que decir, yo no podría pagar un lugar así, no puedo permitir que él gaste su dinero en mí de esa manera, no tiene obligaciones para conmigo. Le entrego la tarjeta y me niego. - Te lo agradezco, pero no puedo... Él parece asombrado, desilusionado quizá, lo siento mucho, pero no puedo dejar que gaste su dinero en mí, no es necesario que lo haga, no puedo permitirlo....
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