“ZAPATILLA O VIOLIN”

1235 Words
  Camino junto a él nuevamente a la plaza, en efecto no se encuentra nadie, la nieve cae cada vez más fuerte, el viento está helado, mientras me acerco a la fuente puedo reconocer el lugar donde estaba tocando el joven, no hay huellas o indicios de que estuviera alguien aquí. Me acerco cada vez más mientras sin querer siento algo en el piso, me agacho a verificar cuando al retirar la nieve puedo ver que es la liga del arco de violín, cada vez siento que si ha sido todo real. Giro mi cabeza a varias direcciones cuando logro visibilizar en la orilla de la fuente un pequeño bulto, me acerco y retiro la nieve acumulada encima de este, y en efecto, es el violín que tocaba Stefano. A pesar de ser real, para mi eres un fantasma Stefano. ¿Quién eres?   Tome el violín limpiando la nieve que casi congelaba sus finas cuerdas. Al tenerlo en mis manos regresa a mi mente aquella hermosa melodía, vuelvo a sentir su cálida mano en mi mejilla, sus labios sobre los míos y me inunda su enervante aroma. -  ¿Qué es lo que encontraste? – Lino me logra sacar de mi transe al tocarme el hombro. -  Nada… ya no pasa nada – más que una afirmación se notó completamente la decepción en mi voz – hay que volver Lino. No quiero que papá se entere – -  Ok Emily, pero ¿Qué aras con eso? – me dice señalando el violín en mis manos. -  Lo conservaré, y publicare en r************* para dar con el dueño- -  Pero si estaba aquí ¿no crees que  el dueño pueda regresar? – -  Lino, no creo que regrese el chico – le respondo completamente firme. -  ¿Por qué estás segura de que el dueño es hombre y que no volverá? – pregunta curioso por mi afirmación mirándome de una manera picara. -  Solo lo presiento, el clima esta horrible, pasa de  media noche y no ha habido personas más allá de tu y yo aquí, tan solo mira a tu alrededor no hay si quiera pisadas en la nieve, y porque solamente un hombre podría aguantar estar tocando un violín con todas estas condiciones – señalo mirando a todos lados intentando sonar algo graciosa. -  ¿Pero si lo públicas no piensas que cualquiera puede “resultar ser el dueño”? – intenta convencerme con un tono burlón y sarcástico. -  También puede resultar en eso, pero si no lo hacemos y lo dejamos aquí la nieve lo arruinara, ¡ Es hermoso!, tengo una idea de cómo saber quién es el dueño– -  Entonces decide que piensas hacer, porque si lo publicas puede que lo vea el señor Ricci y sabrá que estuviste aquí-  me dice en tono serio. -  Lo llevaré para publicarlo, pensare como hacer la publicación y mientras diré que lo compre pensando en aprender a tocar violín, por si no aparece el dueño así al menos le daré gusto a Nonno y a papá de volver a la música ¿no? jaja– le digo a Lino con tono gracioso para no preocuparlo y romper un poco con el ambiente tenso. -  Supongo que sí, ha insistido tanto en que regreses a tocar el piano y será una sorpresa que quieras aprender a tocar cuerdas jaja – termina Lino mientras ambos caminamos hacia el auto riéndonos.   No lo quise preocupar, le pedí me llevará a mi departamento, regresamos a Florencia casi al amanecer, Lino sabía que no estaba bien pero como siempre me dio mi espacio. Durante el camino permanecimos en silencio, al llegar en la recepción del pequeño edificio residencia exclusiva de estudiantes, donde lo primero que veías era un frondoso árbol de navidad adornado con todo tipo de accesorios, listones, flores y regalos. Al fondo se encontraba la recepción donde atendía una joven muy bien vestida y amable a la cual le solicité mi correspondencia; tenía días de no volver al departamento pues terminaron las clases y volví a la casa de papá hasta esta noche pues me pondría al día con los preparativos para regresar a la universidad luego de los descansos por las fechas decembrinas.   La chica me entrego un par de sobres y junto a Lino quien llevaba mi equipaje subimos a mi departamento le pedí que se retirará y volviera que no le contará a nadie como cada año de mi escapada a Roma que como cada año el me llevaba, en especial por el ataque de pánico que tuve.   Encendí las luces y acomode mi correspondencia sin prestarle atención junto al violín y la bufanda, Lino se despidió de mi dejando mis maletas en el pequeño recibidor.   Al quedarme sola prendí la calefacción, y me tire en la cama, estaba exhausta, toda la noche fue una locura. ¿Qué te pasa Emily? ya hace años que no actúas así, me levanté y me decidí tomar una ducha, preparé mi ropa de dormir y entre a la tina de baño, necesitaba relajarme así que puse un poco de música, un poco de Chopin ayudará.   Entre en la pequeña tina hundida en mis pensamientos dejándome llevar por la música. Todo ha ayudado a despejar mi mente y me dispongo a dormir. Salgo del baño al estar secando mi cabello puedo ver atreves del espejo la bufanda y el violín tras de mí. "Fue real…"  escucho una voz en mi cabeza. Me niego a escuchar mis pensamientos, tomo el violín y la bufanda decidida a tirarlos por la ventana, al abrirla estando a punto de arrojarlos algo me detiene, el dueño de estos me puede responder todas mis preguntas y ese dueño ha desaparecido ¿O no?. "Puedes encontrarlo aún…".   Me enfurece todo esto, me siento impotente. Vuelvo a cerrar la venta, observo el violín, tomo mi teléfono móvil y comienzo a tomarle fotos, sé que es temprano pero alguien lo verá. Intento acomodarlo junto a su arco para que llame la atención, el juego de las luces, que no tenga reflejo y se vea completamente elegante, he de decir que me ha ayudado el ser la hija del mayor empresario de medios de comunicación, prensa y publicidad de Italia, se cómo vender productos de manera nata.   Selecciono la mejor de las fotos, subo la foto en todas mis redes dejando en modo público la fotografía describiendo que lo he encontrado anoche. No puedo poner que fue en la plaza España porque papá no se puede enterar, y solo el verdadero dueño sabrá en qué lugar lo perdió. Me siento como si estuviera dentro del cuento de Cenicienta en versión varonil. Pensando esto me causa demasiado gracia, en lugar de que al desaparecer dejara la zapatilla de cristal, ha dejado un violín, es ridículo si lo piensas así, pero es lo mejor por ahora.   Dejo todo sobre el escritorio y me dirigí a mi cama a dormir, es alrededor de las 6 am, me acuesto abrazando la pequeña almohada color rojo de tela de peluche, recuerdo aquella melodía, comienza a impregnar mi mente, es tan tranquila. ¿Stefano, quien eres y dónde estás?... caí en un sueño profundo solo escucho el violín en mi mente. “Quien de verdad te ama… Te amara toda la vida…” me susurra de nuevo esa voz. ¿Stefano, eres tú?...
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD