Capítulo 54. No es de sabios amenazar y salir amenazada.
Luciano no pudo evitar reír. Soltó un sonido áspero, rasposo y lleno de humo.
-- Qué gusto… verte con vida – suspiró.
Luego le dijo levantando el vaso.
-- Algunos fantasmas pagan bien. Deberías sentarte si quieres recordar parte de tu pasado –
Ella no lo hizo. Caminó despacio, rodeando la mesa, observando cada detalle del lugar. Recordando como tres años atrás preparo su plan a la perfección bajo esas cuatro paredes, las misma que sostenían en ellas algunas fotografías antiguas de varias mujeres en blanco y n***o que parecían observarla, incluso juzgarla.
Ella se detuvo en una de las esquinas, donde un gramófono seguía girando, repitiendo la misma melodía gastada que todavía podía recordar.
Él la estudiaba en silencio, esper
