Capítulo 16. Recuerdos de un par de llantos... nada es por casualidad. Esa misma noche Mark se despidió de su abuelo. -- Muchacho, esos bebés son como mis bisnietos. No pierdas la oportunidad de convertirte en papá, ya no tienes edad para seguir yendo por la vida... – -- Abuelo – Adrien no pudo continuar. Abrazó a su nieto y lo dejó partir. El avión despegó bajo una lluvia ligera. Las gotas golpeaban el vidrio como un reloj de arena invertido, midiendo el tiempo que tardaría en olvidar lo que había vivido ese día. Pero Mark Leclerc sabía que no iba a poder hacerlo. Había intentado concentrarse, revisar los informes que su asistente le había enviado al correo, leer los números y los contratos que esperaban su aprobación. Pero nada, nada conseguía que olvide lo que había pasado. La

