Capítulo 61. Los conflictos no acaban, menos para los Montes. Mark se detuvo en seco al escucharla. No se dio la vuelta, pero algo en esa voz le recorrió la espalda como un zarpazo helado. “Ese todavía no.” No sabía si era una amenaza o una promesa, o tal vez ambas... pero no lo iba a permitir. Salió del pasillo sin mirar atrás. El eco de sus pasos se fundió con el silencio del hotel, y por primera vez en mucho tiempo, sintió que había perdido el control de algo que ni siquiera comprendía del todo. Apretó los puños hasta que los nudillos le dolieron. Tenía demasiadas preguntas y ninguna respuesta ¿Quién era realmente esa mujer? ¿Por qué lo había drogado aquella noche? Y ¿Qué buscaba ahora, además de destruir a Camille? Ya en el auto respiró hondo, podía ver las luces de la ciudad

