Capitulo 3

1149 Words
Si las normas es algo que debemos cumplir, ¿Por qué los profesores no las sigues? Los alumnos elegimos estar aquí, eso según los profesores, pero ellos también lo elegían, ya que tenían muchas opciones de trabajo por lo que si había normas de vestimenta que según ellos eran para protegernos a las mujeres de los peligros, para evitar que nos pasara nada y controlar un poco a los chicos, ellos también deberían seguir esas normas, pero ellos hacían lo que les daba la gana, no daban el ejemplo claro sobre lo que debíamos hacer sino que ellos hacían lo que les daba la gana y luego esperaban que nosotros fuéramos el ejemplo perfecto de madurez y de seguir las normas. Se enseñaba con el ejemplo, no con el castigo. El profesor no paraba de hablar, repetir las normas del colegio y quejarse de las cosas que según él todos hacíamos mal, según pude entender el señor que nos estaba dando este enorme discurso, era el orientador del colegio, un señor que llevaba varios años en el colegio dando clases y ayudando a los estudiantes a saber que querían hacer con sus vidas, no sé si eso era lo que hacía o simplemente estaba por ahí simplemente con un título, en mi anterior colegio, la orientadora del colegio era una mujer que basaba su vida en torturar alumnos, desmotivar a las personas en ocasiones incluso haciendo que muchos alumnos dejaran los estudios, e incluso provoco que muchos estudiantes dejaran los estudios por lo que esa persona, no era alguien de quien creía que me pudiera fiar. —¿Alguna duda?—pregunto el hombre. —¿Se puede respirar sin pedir permiso?—pregunto el chico de antes. Mi hermana me miro de reojo, las dos estábamos demasiado sorprendidas por lo que estaba pasando así que pienso que no había muchas cosas que pudiéramos decir, pero que ese chico era el ejemplo perfecto de una persona que podría terminar atrayéndonos a mi hermana y a mí, a ella pro su carácter y a mí por alguna razón que no sé cuál puede ser, pero no puedo evitar sentirme atraída a él. —No te pases Antony—comento el profesor mirando al chico que está sentado en la parte de atrás de el aula como si estuviera en el sofá de su casa. —Es para que las nuevas alumnas se enteren de como funciona el colegio—comento el chico, que ahora sabía que se llamaba Antony Black, si me lo preguntaran hubiera apostado mucho a que era italiano o de algún país europeo, no por su acento, sino por su apariencia. —No pienso que ese sea tu trabajo—comento el profesor—Con que se lean el reglamento, les llega—dijo demasiado tranquilo, le mire demasiado impresionada, era verdad que en lo poco que había hablado, se había llevado la contraría en casi todo, comento que la puntualidad era lo más importante, pero nos explicó que hacer si llegábamos tarde, que era solo entrar en clase y no molestar, ya que siempre había alguien en los pasillos desde personas de seguridad a profesores, pero también nos dijo que hacer cuando los profesores llegaban tarde, o cosas como que hacer cuando pasaba algo que supuestamente iba contra las normas, pero luego, no dejaba de mencionar el gran sistema que tenía y lo eficaces que eran. Mi hermana miró al chico molesta y con eso supe que nos iba a ser imposible tener un perfil bajo, si no que mi hermana se iba a meter en todos los problemas que pudiera y si le daban la oportunidad de meterse en muchos más problemas de lo que se debía, se iba a meter en todos. —No debes preocuparte por nosotras—le dejo claro mi hermana. —No me preocupo por vosotras—dijo el chico tranquilo. —No estás demostrando eso—le dijo mi hermana tranquila. —Lexa, ya—le dejé claro. No tenía ganas de meternos en problemas, de empezar el primer día de clases de una forma mala, sé que es complicado empezar las clases, un nuevo curso, una nueva etapa de clases nunca es sencilla, no es una cosa que se pueda controlar, es más bien algo complicado y lleno de problemas, nunca vas a empezar bien, siempre va a hacer un problema que complique todas las cosas, se va a complicar todo, las cosas eran demasiado complicadas como para poder llevarse bien con todo el mundo, pero las cosas aunque no se pudieran controlar, lo mejor era actuar de la mejor forma posible, para que la gente no te moleste. —Eli, cállate—me ordeno mi hermana. Me apoyé en la mesa en silencio, me molestaba demasiado que mi hermana me estuviera hablando así, no creo que esa fuera la solución, el hablarme mal no iba a hacer que las cosas mejorar, que volviéramos a la vida que teníamos antes, que dejáramos de pasar todo lo que estábamos pasando, no lo iba a dejar, no lo iba a parar hablándome mal. —Pienso que este comportamiento no es necesario—comento el profesor. —Disculpe—dije bastante avergonzada. Mi hermana me miro en silencio, estaba claro que estaba molesta porque me disculpará, pero para mí era más importante tener una buena relación con los profesores que eran los que realmente te podían amargar la vida, la existencia si se atrevían, y eso no me importaba lo que mi hermana pudiera sentir si conseguía que los profesores no me destruyeran la vida, o al menos la poca que me quedaba entre estudiar y las demás cosas. El profesor sé que iba a decir algo, pero el timbre sonó haciendo que el profesor nos mirara. —Solo porque es verano, os quedaréis aquí y nos iremos cambiando nosotros—nos avisó el profesor recogiendo sus cosas, ninguno de los casi quince alumnos que éramos respondió, dejaron que el profesor se fuera en silencio, no sabía como las personas podían tener esa actitud, simplemente les importaba poco lo que pasara o sintiera nadie que no fueran ellos, estaban en clase, pero estaban haciendo lo que les daba la gana. Antony se acercó a nosotras y nos miró. —Vuestros nombres—nos ordenó. Le miré demasiado impresionada. No tenía tan buena persona como guapo era. —No te importa—le dijo mi hermana. La miré demasiado sorprendida, pero para ser sincera de las dos quien mejor entendía el mundo de las relaciones con el resto de humanos era mi hermana, quien era la persona más social de las dos, no es que fuera una antisocial, me gustaba tener relaciones humanas, pero de la misma forma eran algo que me agobiaba demasiado, me daba demasiado miedo que me hicieran daño por lo que evitaba tener relaciones con todo el mundo.
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