Capitulo 11

1423 Words
Theo  No pude dormir bien, pasé la noche entera pensando en Adriana, en la forma en que se había comportado conmigo en la oficina. Sabía que era una mujer increíble, pero no recordaba que tanto lo era... pase años de mi vida intentando convencerme de que ella era una mala persona, pero la verdad era que solo yo era una mierda de persona. Porque a pesar de todo lo que le dije, a pesar del daño que le cause hace años, ella estaba ahí, dispuesta a ayudarme con todos mis problemas. Desconocía porque motivos lo hacía, pero que ella intentara ayudarme era increíble, pero no por eso, voy a dejar que el pasado vuelva de golpe. Había amado a Adriana con locura, pero eso ya no sería posible, no porque hubiera dejado de hacerlo, sino porque estaba empezando a comprender que yo no era lo que ella necesitaba, yo no era lo que Adriana merecía . Hace años nos distanciamos de la peor manera, confié en las personas equivocadas y no le di oportunidad de explicarse, entonces ¿Porque revivir el pasado de nuevo? ¿Porque darme ilusiones de que ella siente algo por mí? Lo nuestro ya no era sencillo, había heridas muy grandes entre nosotros, yo no confiaba en las personas, no confiaba en ella ni en nadie que me rodea, lo único que podía hacer era poner todo claro, para que ni ella ni yo salgamos lastimados en esta situación. Por ese motivo redacte el contrato, por el coloque cada cláusula exacta que nos ayudaría a guardar apariencias ya cuidarnos de lo que pudiera surgir en estos meses. Lo que no espera era arrepentirme de inmediato de ese contrato. Porque desde que fui a buscarla para que firmara, me había preparado para todo, menos para verla de esa manera. En un bata con su maquillaje hecho y su cabello aun en proceso de ser arreglado, sus piernas quedaron a la vista y no era que nunca las hubiera visto, pero el simple hecho de imaginarla sin esa bata hacía que todo mi cuerpo reaccionará. Intente no mirarla demasiado, intente mantener todo mi autocontrol al límite, pero era imposible, ella siempre me había parecido la mujer más sensual que había conocido, era la única que despertaba ese lado primitivo de querer tenerla cercas, de que no se alejara ni un poco. Por eso cuando ella decidió ir a terminar de arreglarse, yo intente recordar lo que ella me había hecho años atrás, debía mantener el odio vivo, debía recordar que tal vez era un idiota y que por no haberla valorado en su momento ahora ya era tarde para mí. Pero no pude hacerlo, porque en cuanto ella regreso con ese vestido azul puesto, ese peinado y el maquillaje tan sofisticado hizo que mi m*****o reaccionará al instante. Era hermosa, siempre lo supe, pero verla así de hermosa y a punto de ser mi esposa, saltaron todas mis alertas, yo no podía sentir esto, no podía enamorarme de ella de nuevo. Por eso durante el camino a la gala nos mantuvimos en silencio, hace mucho que no compartíamos un auto y ahora el espacio tan reducido hacía que se sintiera toda la tensión que había entre ambos. Al llegar las personas rápidamente comenzaron a hablar de nosotros, no era nada nuevo, sabía que hablarían, más que nada por el hecho de que hasta hace unas horas, Isabella seguía siendo mi prometida. Note a Adriana tensarse a mi lado y no dude en llevarla lo más lejos que pude de las personas. —¿Porque no te importa lo que dice la gente? — preguntó ignorando mis palabras de hace rato, me senté en uno de los bancos que estaban cercas y tome su cintura para acomodarla entre mis piernas haciendo que ella se tensara de nuevo. —La verdadera pregunta es ¿Porque te incomoda que te toque o que esté cercas de ti? — pregunté y ella suspiró —¿Te parece poco lo que paso entre nosotros? Además, el contrato…No puedes tocarme así — se quedó en silencio y yo suspire —Hay que guardar apariencias, serás mi esposa, supongo que deberíamos inventar una historia de amor— mencioné fingiendo indiferencia —A nadie le va a importar eso Theo, ahora lo único que les importa es saber porque no está Isabella contigo, tal vez esto fue un error— murmuró y yo suspiré —Bien... si eso es lo que quieres entonces ve a terminar tu gala, deja de prestarle atención a los demás, no voy a volver a tocarte, pero tenemos un contrato y tienes que seguir las cláusulas, debes fingir que estas enamorada de mí— aseguré soltando su cuerpo y ella dio un paso atrás —Ya... Como si eso fuera sencillo — rodó los ojos y se alejó entre la multitud Me quedé ahí mirando como ella se mezclaba entre las personas de la alta sociedad, hablaba con clientes, sonreía a los invitados y arreglaba detalles que podían surgir. Pedí una copa de vino y me quedé conversando con unos socios hasta que sus esposas los llamaron para ir con los demás invitados, bebí un poco más de mi vino y suspiré —No esperaba verte por aquí – mencionó una voz familia haciendo que levantará mi mirada hacía él hombre que se había parado frente a mí. —Si, supongo que yo tampoco esperaba pasar mi viernes en la noche aquí, pero que se le puede hacer, siempre es un gusto verlo señor Ferrer — mencioné con cordialidad —Me gustaría decir lo mismo Theo, pero creo que ya no compartimos ese sentimiento, hace años que dejaste se ser bienvenido a mi familia— mencionó y yo asentí —No es para menos, estoy seguro de que todos ustedes me odian y sobre todo porque ahora todo se complica más— tome otra copa de uno de los meseros que iban pasando frente a nosotros —No entiendo porque regresaste a la vida de mi hija Theo, creí que habías dejado claro hace años que no la querías cercas— asentí y fingí que sus palabras no me afectaran —Y así fue, pero el destino es muy terco y mírame aquí, intentando entender cómo es que ella acepto casarse conmigo después de todo— admití dándole un poco de sinceridad a mi nuevo suegro. —No es algo que debas entender, con el tiempo que duraste conociéndonos y pasando tiempo en mi casa, debió quedarte claro que nosotros no somos como siempre has querido vernos— asentí y él suspiró — En fin, no vengo a reclamarte nada, la verdad es que no tiene sentido hacerlo cuando ambos han llegado a un acuerdo, pero si quiero advertirte que no voy a permitir que lastimes de nuevo a mi hija — aseguró y yo evadí su mirada —Esos nunca han sido mis planes Fernando— aseguré —No importa si son tus planes o no Theo, hace años vi a mi hija derrumbarse por un hombre que no supo valorarla, no me importa si no la amas, no vengo a pedirte que te enamores de ella, pero si te voy a exigir que no la ilusiones, porque esta vez Theo, no voy a permitir que la vuelvan a lastimar— aseguró y yo suspiré —No voy a lastimarla Fernando, esto es un acuerdo, uno donde los dos salimos beneficiados, no hay nada más— aseguré y él asintió —Bien, sigue creyendo eso, pero cuando tengas la mente más clara, respóndete a ti mismo esta pregunta, ¿Que va a necesitar mi hija de ti? ¿Ella que gana con esto?, cuando tengas esas respuestas, entenderás que todos estos años estuviste equivocado— suspiró — Supongo que te veré en casa más seguido, espero jugar ajedrez de nuevo, esta vez sí tengo que ganarte— mencionó en voz alta mientras se alejaba y yo sonreí —Buena suerte con eso señor Ferrer — mencioné atrayendo las miradas curiosas de las personas, pero no me importo Mire a mi alrededor en busca de Adriana, pero no estaba por ningún lado, así que no dude en ir a buscarla, hasta que la encontré en uno de los almacenes y no estaba sola, Gerardo estaba con ella mientras la tenía acorralada contra la pared y juro que todo el odio que sentía por ambos volvió, pero ahora no dejaría que ese idiota se quedara con la mujer que sería mi esposa, eso nunca pasaría.
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