2

1758 Words
 -Creí que jamás volvería a saber de ti, idiota, ¿por qué te fuiste sin despedirte?... Has cambiado mucho. - Exclamé mientras lo abrazaba.  -¿Me extrañaste?. - Responde sonriente correspondiendo a mi abrazo.  -Ya fue mucho. - Lo solté e intenté alejarme, pero me abrazó mas fuerte para no dejarme ir. -¡Suéltame idiota! ¿quieres morir?.  -Como se nota que no has cambiado nada, señorita de hierro. - Me suelta y hace una media sonrisa acariciando mi cabello rizado.  -¿Y por qué debería?.  -No estoy diciendo que deberías, eres sexy incluso cuando estas enojada, me encanta tu personalidad, amo cada expresión de tu rostro, eres peculiar, en todo este tiempo que estuve por fuera no he podido sacarte de mi men... -Detente por favor, ya se por donde vienes...  -¡Que chica tan fría!  -Eso no es nada nuevo para ti. - Exclamé obstinada.  -Realmente, siempre me rechazas.  -Deberías mentalizarte de una vez que solo te veo como un amigo.  -Estoy seguro que eso no será por mucho.  Comienza a sonar mi celular, llamada de mamá. - Y disculpa de verdad, me tengo que ir... -¡Oyee!...  Salí corriendo preocupada sin si quiera fijarme en el rostro de Evans, me dispuse a atender la llamada pero ya había cortado. -¡Maldición! Estoy en más problemas. -Marcó a mamá hasta que contesta.  -¡Joyce! Mira la hora que es ¿por qué no contestas mis llamadas? ¿donde andas metida? ¿acaso te estas prostituyendo? -Te lo explicaré cuando vuelva a casa, ya voy en cami... -No quiero escuchar otro de tus cuentos, te quiero aquí en 5 minutos, cuando vuelvas te daré una lección.- Fue lo último que dijo y cortó la llamada. Suspiré, no quería llegar a casa, pero si no volvía, cuando regresara sería peor. De pronto comenzó a llover como si el universo estuviera conspirando contra mi, el universo se empeñaba en hacer todo lo posible por volver mi vida más miserable de lo que ya era; así que guardé mi celular, me coloqué la capucha del suéter que por suerte cargaba y eché a correr.  Estaba relativamente lejos de casa, por lo tanto corrí hasta llegar a el techo del frente de una farmacia cercana a esperar que escampara un poco. Me había mojado por lo que me quité el suéter, de inmediato comencé a temblar del frío. Estaba tan mal que no pude contener las lágrimas y prorrumpí en llanto, me senté en el escalón de entrada hacia la farmacia cruzando mis brazos encima de mis rodillas para recostar mi cabeza y llorar. Pasaban muchos pensamientos negativos por mi cabeza, recordar cada momento en el que mis padres me mal trataban y humillaban, ver como mi madre no me creía que mi padre intentaba abusar sexualmente de mi, además de los golpes y el trabajo psicológico que me hacían; dicen que esta es la mejor etapa de la vida, pero lo que menos es eso, tal vez en mi destino no está escrita la palabra felicidad...Que ironía, y pensar que mi nombre es Alegría "Joyce", eso debe ser hasta una maldición.  Estaba relativamente lejos de casa, por lo tanto corrí hasta llegar a el techo del frente de una farmacia cercana a esperar que escampara un poco. Me había mojado por lo que me quité el suéter, de inmediato comencé a temblar del frío. Estaba tan mal que no pude contener las lágrimas y prorrumpí en llanto, me senté en el escalón de entrada hacia la farmacia cruzando mis brazos encima de mis rodillas para recostar mi cabeza y llorar. Al cabo de unos minutos sentí que me cubrieron la espalda por lo que me sobresalté, alce la mirada y era un menesteroso que me colocó una manta. -¿Por qué llora una señorita tan linda como usted por aquí a estas horas? Lo que sea que le esté sucediendo ya verá como acabará pronto, no todos los momentos malos son para siempre ¡ánimo! -¿Por que usted me dice eso? Además no me conoce ni sabe nada sobre mi y el nivel de mis problemas, y si eso fuera cierto ¿por que usted esta en esa situación y desamparado? -El karma recompensa a las personas según sus actos, estoy en esta situación porque actué muy mal, fuí una mala persona en mi juventud, destruí mi propia familia, quedé completamente solo y hoy día estoy profundamente arrepentido, si pudiera retroceder el tiempo lo haría para arreglar las cosas.  -Lamento mucho escuchar eso señor, gracias por ese consuelo, espero que "el Karma" pueda perdonarlo pronto. -No lo creo, pero gracias; usted apenas es una jovencita ahora es que vendrán cosas buenas para su vida. -Espero que así sea, gracias por eso y por la manta.  -No se preocupe señorita. -Bueno ya escampó un poco debo irme, tome su manta. -Quédesela, es suya ahora. -No tiene porque molestarse, le pertenece a usted. -No por favor, no insista, usted la necesita, yo ya estoy viejo acostumbrado a vivir en las calles con frío o con calor, en cualquier momento parto de esta tierra y nada de eso me voy a llevar a la otra vida. -¿Que triste no? Vivir para morir, es absurdo, la vida no tiene sentido. -Vivir para morir, así lo decidieron la perfecta divinidad de los dioses; pero no es tan solo eso, se vive justo en el momento en el que te formas en el vientre de tu madre; pero la existencia de cada ser humano es con un propósito, vives realmente cuando estás con quienes amas y realizas lo que te apasiona hacer. Se puede estar vivo pero muerto por dentro así como yo, así que jovencita comience a vivir de ahora en adelante. -Que pena con usted y gracias por eso de verdad. -De nada. -Ahora si debo irme ¡adiós! ¡Buenas noches! -¡Buenas noches jovencita! ¡Adiós! Salí corriendo cubierta con la manta, me pareció tan extraño ese señor, me asustó mucho, pero a la vez me agradó, emitía un aura agradable, quedé meditando en las palabras que me había dicho. De pronto me atemoricé por llegar a casa había perdido mucho tiempo esperando a que escampara, no quería imaginar lo que sería de mi al llegar. Después de tanto correr llegué, todo el frente estaba en completa tinieblas como cuando salí, abrí la puerta y entré, habían objetos tirados en el suelo por doquier. -Estoy en ca... -Bonita la hora a la que estás llegando a casa, pedazo de porquería. Me lanzó un vaso metálico en la cabeza siendo el último hecho que recuerdo de ese día. De pronto todo se torna silencioso y tranquilo, mi habitación se sentía enorme a pesar de no ser tan grande, me levanté de la cama aún somnolienta colocándome de pie frente a mi espejo, en eso comencé a desvestirme mientras observaba con lágrimas en los ojos cada moretón, cicatriz y cada herida que cargaba en cada parte de mi cuerpo. -Y eso que las internas no son visibles.- Dije con voz quebradiza agachándome cabizbaja. -De ahora en adelante no sufrirás más, estaré para protegerte y amarte siempre.- Exclama cubriendo mi desnudez con un paño mientras me da la vuelta para abrazarme. La luz solar que entraba por la ventana se reflejaba en su rostro, estábamos tan cerca que sentí nervios, mi cara se calienta con rapidez a nivel de los latidos acelerados del corazón, mis manos comenzaban a sudar, mi cuerpo estaba pasando por un caos interno, él levanta mi rostro secando mis lágrimas para finalmente unir nuestros labios en un tierno beso. De pronto nos sorprendió un gran ruido que provenía de la puerta, entró mi padre embriagado con un puñal en la mano enterrándoselo al chico; su cuerpo con el puñal enterrado cayó encima de mi, me dió un ataque de nervios por lo que comencé a gritar. -¡Joyce! ¡gatita!... ¡Joyce! ¡gatita por favor despierta! Me desperté gritando de miedo. -Joyce ¿que sucede? ¿por qué gritas? -¡Ash! Solo fue una pesadilla, solo eso. -Tranquila gatita, es solo una de tus tantas pesadillas, lo importante es que estás bien, me tenías preocupada. -¿Gatita? Charlie ¿me estaba muriendo? Cuando me llamas así es porque estoy al borde de la muerte o algo muy mal me sucede además de lo usual. -Anoche te caíste ebria y ahora es que vienes a despertar con un gran chichón en la cabeza. Fué lo que me dijo tu mamá antes de irse a trabajar, pero estoy segura que eso no fue así, tu no te embriagas en frente de las personas, lo haces muy poco conmigo o sola, estoy más que segura que fué uno de ellos quienes te lanzaron algún objeto pesado en la cabeza. ¿Recuerdas algo de lo que sucedió anoche? -¡Ash! Me duele mucho la cabeza, no recuerdo casi nada... -Tranquila gatita, descansa un poco, no te fuerces. -Lo último que recuerdo fue que llegué a casa empapada por la lluvia, envuelta con una manta que me dió...¡ah! Me duele. -Tranquila, tomate esta pastilla para que se te pase el dolor, después si recuerdas algo más me cuentas. Se levantó Charlie para apagar la luz, cerrar la ventana y acostarse a mi lado. De pronto todo se torna oscuro más de lo normal, como si el sol además de las luces se hubieran apagado repentinamente, me levanté y Charlie no estaba; un frío inhóspito se apoderó de mí, en eso entra un chico, no podía ver su rostro debido a la oscuridad, solo sé que era un chico por la silueta de su cuerpo. -¡Joyce, ten cuidado!. -Me gritó aquel misterioso chico. Me levanté presurosa justo en el momento que entró un señor a mi habitación. El señor tomó al chico por el cuello mientras nos amenazaba. Quedé inmóvil, no sabía que hacer, los nervios se apoderaban de mi por lo que no pensaba con claridad, por lo que solo pude gritar con desesperación. -¡Déjenos en paz!  -¡Mateme a mi, pero no le haga daño a ella!.- Exclama el chico firme en su decisión. -A los dos los voy a matar.- Susurra el señor. Una pequeña luz proveniente de la ventana refleja al agresor presionando el gatillo lentamente, al percatarme cerré los ojos atemorizada permaneciendo de pie en el mismo lugar, pudiendo escuchar el fuerte ruido que emitió el arma.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD