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1575 Words
-Charlie Johnson, 17 años, estudiante último año del Instituto Friedman, padres: Christina Morgan y Oliver Johnson, amiga de Joyce Holmes; me presento soy el representante de una organización muy importante y encubierta el cual se toma la molestia de llamarle para plantearle una propuesta muy benefiosa para todos, simplemente usted y su amiga trabajarán para nosotros como modelos, el tiempo que se requerirá de su presencia será aproximadamente de una hora y su pago será un total de quinientos mil dólares mensual, será realmente placentero lo aseguro, si está en desacuerdo con esta oferta la única manera de rechazarla es dar a cambio la vida de uno de sus padres o la de su amiga, ¿qué le parece la señora Christina?, tal vez el señor Oliver o ¿que tal su querida amiga Joyce?. - Soltó una risa siniestra. - ¡Ah! Y si la policía se entera de esto me temo que le costará su vida así de fácil, la decisión es suya. Charlie estalló en llantos, yo llena de impotencia le arrebaté el teléfono para reprocharle. -¡Mire enfermo mental, cochino, descarado, depravado, cobarde!, y sí cobarde porque ni tiene el valor de mostrar su verdadera voz, tiene que distorcionarla para poder amenazar a jóvenes para que se acuesten con usted, ni en esta vida ni en la que viene aceptaremos su asquerosa propuesta y si está en desacuerdo entonces se atendrá a las consecuencias. Corté la llamada y abracé a Charlie mientras los demás pacientes nos miraban anonadados. > De pronto llegó la enfermera para avisarme que ya podía irme. -¿Que ocurre?. - Preguntó la enfermera extraña por nuestros rostros. -Nos acaban de extorsionar ¿qué debemos hacer?. - Respondí nerviosa. > -Llamen al FBI. - Sugerió la enfermera. -Pero amenazaron que si llamábamos a las autoridades su vida sería el pago de ello. -Esos deben ser unos vagabundos sin oficio, no crean eso, una vez me hicieron lo mismo y nada pasó, es sólo para asustarlas, de igual manera informen a la policía, ellos van a respaldarlas y te recomiendo que cambies de número. -Exacto Charlie cambia de número. -Pero me conocen. - Añadió con voz quebradiza. -Ellos no te harán daño dulcito, tendrás el respaldo de la policía y el mío, si te llegan a hacer algo ellos se la verán peor, aunque no creo que hagan nada. -¡Ay rizitos! No sé que haría sin ti, admiro tu valentía, quisiera ser como tú. > -No permitiré que te hagan daño. -Me encantaría poder decirte lo mismo pero soy muy cobarde y débil. - Añadió cabizbaja. -No digas eso, todo está en la mente tu decides ser fuerte o débil, como tu creas que eres así eres. -Hasta tienes sabiduría para expresarte tan bien en cada momento. -Ya no me halagues sabes que me intimido. - Respondí riendo. -Eres perfecta. -¡Ya Charlie!. - Manifesté riendo. - En fin, vayamonos. -De acuerdo. Me levanté de la camilla y salí del hospital con Charlie para dirigirnos a la parada a esperar un autobús. -Joyce tengo miedo, espero que esa extorsión solo sea una broma de gente sin oficio. -Tranquila Dulcito no pienses más en eso ¿sí? Que solo te atormentas, yo llamaré al FBI y le explicaré la situación. -No puedo creer que seas la menor, actúas como si fueras la mayor siempre. -Tu hermana menor te protejerá. -No es justo, soy yo la que debe decir eso. - Comentó en puchero. -Pero lo digo yo. - Recalqué riendo. -Eso cambiará algún día. -¡Uy!. En eso llegó un autobús y subimos. -Rizitos, le di la nota que me diste en otro idioma a mi madre. -¿Y que tal? ¿la entendió?. -Aún no la ha leído, solo se la dí y la guardó, dijo que más tarde me diría. -¡Ash! ¡que intriga!, bueno seguiré esperando. -¿Pero que tanto te interesa saber lo que diga ahí? Es solo una vieja nota. -Sí pero estaba dentro de una misteriosa muñeca de trapo, es lo que más me llama la atención, presiento que puede haber algo más que solo una vieja nota. -Bueno... Después de haber llegado a nuestro destino bajamos del autobús y nos encaminamos a casa. -Charlie, anoche pasé la vergüenza de mi vida, no quiero verle la cara nadie, por eso traje las gafas y el cubrebocas. -Ya sé que tienes resaca. -¿Y por qué tu no tienes resaca?. -Un poco, pero no tanto como tú, bebí mucho líquido y eso me ayudó. -Y no me dijiste nada malvada. -¿Tus padres no se dieron cuenta?. -Supongo que no... Pero deja y te cuento la verguenza que pasé justo con Evans. -¿Con mi hermano? ¡Ay no puede ser! ¡Dime que hiciste!. - Exclamó riendo. -¡Pero baja la voz!... Anoche cuando salí de tu casa iba irreconociblemente ebria, tanto así que apenas recuerdo algunas cosas pero muy vergonzosas, recuerdo que lo estaba halagando y tengo miedo creo que lo besé, no estoy segura, ¡Ash maldición! !¿por qué hice eso?!. -¡No! ¡¿enserio?! ¡Ay por fin! Pasó lo que tenía que pasar. - Manifestó Charlie dando pequeños saltos de emoción. -¡¿Estás loca?! ¡Estaba ebria que vergüenza!, además ya te dije que Evans solo es un amigo. Charlie me quitó el cubrebocas y las gafas. -¿Y por qué estás sonrojada?. -¡Tonta es por el sol! Además me incandila devuélveme las gafas. -Pero el alcohol sólo estimula lo que uno ya desea hacer. - Añadió con cara picarona. -¡Charlie ya basta! Te pones pesada, adiós, hablamos luego. - Repliqué arrebatándole las gafas de la mano para colocarmelas. -¡No te enojes rizitos sólo bromeo!. -¡No me gustan tus bromas!. -Tranquila. -Oye, pero lo que no entiendo es cómo llegue luego a casa en esa condición, no recuerdo que más sucedió, temo que Evans me haya llevado y lo hayan visto, aunque no creo porque si no mi padre ya nos fuera matado. -Es extraño, ¿y si le preguntas a Evans?. -Estás loca, no quiero hablar con él, muero de vergüenza. -Algún día tendrás que hablar con él. -Ay no sé. -¡Pero que emoción! Mi hermano debe estar feliz, voy a hablar con él. -¡Charlie ya! No le menciones nada de lo que te dije. -Obviamente no, hablaré con él normalmente. -Entonces yo me voy, hablamos luego. - Concluí. -Me llamas cuando llegues a casa. Me encaminé hacia la casa, miré la hora y eran la 1:00 pm, el hambre ya me estaba abrumando, así que me apresuré para llegar preparando algo de comer, en el camino saqué mi teléfono para escribirle a la FBI sobre la extorsión, había memorizado su número por lo tanto lo registré en mis contactos y quise llamar, pero pensé que sería mucho mejor decirlo en persona por si aquellos extorsionistas interferían en mi teléfono, así que solo envié un mensaje. -"Buenas tardes, soy Joyce la chica que ayudó a raptar a los fugitivos más buscados en años, tengo un problema pero me gustaría plantearlo personalmente por seguridad, ¿cuando podría exactamente? Espero respuesta urgentemente." Luego de haber enviado el mensaje seguí caminando con pocos ánimos, estaba exhausta y más aún porque no había almorzado. Después una caminata relativamente cerca pero aparentemente lejos finalmente llegué a casa, al entrar todo estaba en un misterioso silencio, mi padre no estaba en la sala, en el sofá habían unos zarcillos brillantes que nunca antes había visto. > Seguí hacia la cocina como si no fuese visto nada, preparé mi almuerzo, luego de haber comido entré a mi habitación para descansar, en eso vibró mi teléfono así que lo tomé y era respuesta del FBI. -"Buenas tardes, puede venir a nuestro centro esta tarde a las 5:00 pm aproximadamente y le será atentida." > Dejé de lado mi teléfono y tomé el libro Un corazón de luto para seguir leyendo; al cabo de varios minutos de lectura volvió a vibrar mi teléfono, lo tomé y era un mensaje de un número desconocido. > -"Joyce ¿estás bien? Me dijo Charlie que te habías desmayado, ¿puedo ir a verte?." > -"Estoy bien, no te preocupes." -"Me alegra que estés mejor, ¿cuando podemos vernos?." > -"El lunes en clases." Me dió una fuerte jaqueca repentina así que solté el teléfono para descansar, pero inoportunamente escuché la voz de mi padre llamarme por lo que bajé presurosa hacia la sala. -¡Joyce Holmes! ¡Tenemos que hablar!. - Manifestó enojado. -¿Sí?. Miré casualmente la ventana desde la sala y el corazón se me iba a salir de lugar con aquel suceso inesperado.
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