Capítulo 3.

1209 Words
(...) Han pasado tres meses más, Sophie recibía una orden de embargo, había pedido un préstamo al banco para pagar, y aunque lo había logrado, lo que no había conseguido era pagarle al banco, estaba demasiado nerviosa. Si no pagaba en 15 días, debía desalojar. No siquiera tenía a las enfermeras con ella, después de que el pago hacía ellas se cancelara, unos días después de pagarle al señor Patterson. A quien por cierto, no sabía su nombre, solo su apellido. Estaba molesta consigo misma, y le quedaba una opción, ir a la empresa fuentes de ahorro a pedir un préstamo. Está vez era todo o nada, pero necesitaba salir de esta hasta que empezará a recibir su primer pago en la pizzería en la que comenzaría a trabajar en unos días. Se colocó unos jeans negros, converse negras, blusa blanca semi transparente y una chaqueta de cuero negra. Sabía que no se veía para nada formal para ir a pedir un préstamo, pero su ropa formal la había vendido para comprar cómoda los últimos meses. Tomo un bus hasta la zona donde se encontraba la empresa y camino un par de cuadras desde donde la había dejado el bus, estaba nerviosa, la recepcionista la atendió de manera amable y la guío hasta la oficina de prestamistas. — El Sr. Kilmart la atenderá, Srita Evans — dijo la recepcionista con una sonrisa. — Gracias — me sonrió de vuelta. Espero al rededor de una hora cuando su nombre fue mencionado para entrar en la oficina, el chico de unos veintitantos años la invito a sentarse y contarle el problema. Estaba feliz de poder ayudarla pero había un solo inconveniente, la cantidad de dinero que pedía, solo podía dársela el jefe. Y el se encontraba en una reunión, debía esperarla hasta las 4;30pm Miro la hora, apenas eran las 10, aún así quiso esperarlo. La subieron al último piso y se quedó ahí sentada esperando al jefe, se quedó dormida quizás por un rato pues el reloj que estaba a su frente marcaba las 11:05am y de pronto las 11:44am. Maldición quizás todos la miraban, pensó un poco avergonzada. No sé levantó ningun momento, solo hasta 5min antes de que llegara el jefe que su vejiga optó por no aguantar más. Se dirigió al baño con preguntas para saber a dónde ir y estuvo no más de 3 min, al volver, el jefe venía llegando. Pero santos cielos, no podía disimular su sorpresa cuando lo vio, el Sr. Patterson, rayos recordaba que era el CEO de una empresa, pero no recordaba cuál, y tampoco se imagino que sería la del préstamo. Se sentó de golpe en la silla golpeándose la frente, hace tiempo que no veía a este hombre y era claro que él la odiaba. Una vez que él la observo la miro confundido pero sin dejar de caminar y sin mostrarlo en su rostro la confusión. — Entra — le dijo una vez que paso por su lado y abrió la puerta para ella. — Amm, si claro — dijo Sophie nerviosa. — ¿Que demonios haces aquí? — dijo una vez que cerró la puerta. — Lo siento, yo solo venía por un préstamo, y el sr. Kilmart, me dijo que debía venía a hablar con el jefe por la cantidad tan grande, yo en serio no te estoy siguiendo ni nada, solo que pedí un préstamo al banco, para pagarte claro, creí que conseguiría trabajo rápido y no fue así, entonces ahora el banco quiere quitarme la casa, mi padre aún está delicado del corazón y mi mamá aún le falta una cirugía para mejorar a totalidad, pero resulta que a quien debo pedir el dinero es a ti y Yo... Estuvo hablando si parar moviéndose de un lado a otro hasta que él la tomo por los hombros y la calmo. — ¿De cuánto es el préstamo? — pregunto mirando sus ojos esmeralda. — 350 millones — dijo nerviosa. — Maldición, que demonios — la soltó sorprendido. — Srita Evans, eso es el triple de lo que invertí en usted, si no un poco más — se rasco la cabeza. — ¿Así? — entonces por qué la empresa me había dicho que debía pagar esa cantidad. — Si, recibí de usted la cantidad exacta que pague, incluso me dijo que cancelara el servicio de enfermera, puesto que ya no era necesario, a pesar de que había dicho que lo había pagado por dos años — Sophie se sorprendió. Eso quiero decir, que se había endeudado de más, y estaba por perder su casa todo por culpa de Gloria, la mujer que le había abierto las puertas de su empresa y tratado bien. Siempre fue una buena empleada, y creyó que estaba con la gente correcta, cuando no era así. El Sr. Patterson había pedido que les llevarán café y té puesto que la Srita Evans, se había colocado tan blanca como un papel, cuando su secretaria se lo dió, salió de inmediato no sin antes echarle un ojo a Sophie. — Otra a la que le rompe el corazón — dijo en susurros después de salir de la oficina. Ambos se miraron confundidos por la confesión, él no entendía por qué le habían cobrado tanto, cuando había dicho que era un regalo, después de que le llegó el dinero dijeron que la Srita Evans, había pedido entregarlo por una cuestión de moral. El lo acepto, pero no esperaba conseguirse meses después a la misma chica con una deuda tan grande en el banco. Por desgracia aunque quisiera ayudarla no podría, sabía a la perfección que ella no podría pagarlos en el plazo que su empresa ofrece de dos años máximo. Dos años, justo cuando se le ocurrió una idea, esperaba que no lo rechazara puesto que está era su última salvación. — Srita Evans — hablo mientras ella tomaba un poco de Té — Debo ser sincero y decirle que se que no podrá pagar ese préstamo — ella dejó la taza de lado un poco preocupada por lo que iba a decir. — Por ende no puedo darle el dinero — — Mire, yo le pro... — Espere, aún no termino — le interrumpió — le voy a proponer algo — ella lo miró con esperanza en sus ojos — Cásese conmigo — ella abrió la boca tapándola con su mano de una vez — Dos años, le doy el dinero, y ese será mi pago por su servicio — ella lo miró confundida — Srita Evans, cómo le digo, se que no podrá pagar, y será más fácil ayudarla como mi “Esposa" — dijo haciendo las comillas con los dedos. — a darle el dinero como una cliente de la emp... — Acepto — dijo con rapidez levantando la vista. Dentro de ella muchas emociones decían presente, los nervios, las ganas de llorar el desespero por la deuda, pero al mismo tiempo la alegría y emoción de que ella podría pagarlos, estaba fuera de si Pero al mismo tiempo se sentía cuerda, si no aceptaba de una vez por todas, quizás no aceptaría nunca y algo realmente malo podría suceder a ella o a su familia si no pagaban pronto.
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