bc

La esposa de la mafia

book_age18+
2.8K
FOLLOW
15.0K
READ
murder
revenge
possessive
sex
family
pregnant
first love
lies
crime
passionate
like
intro-logo
Blurb

Estar casada durante 7 años con un hombre debería haberme hecho conocerlo ¿Verdad?

Todo parecía ir perfecto entre nosotros.

Tenemos una familia.

Un montón de niños corriendo por la casa, delicioso sexo todos los días, una conexión perfecta... Hasta que la realidad explota en mi cara mostrándome lo que me temía.

Jay Gallagher no es quien yo creía.

Mi perfecto príncipe ha desaparecido mostrándome al letal asesino que se ocultaba en su interior.

Él pasó 7 años de nuestras vidas engañándome, envolviéndome en una red de mentiras que me horrorizan porque mi esposo es en realidad un jodido mafioso y yo estoy ahora dentro de ese mundo.

chap-preview
Free preview
Capítulo I
Los recuerdos son una forma de aferrarte a las cosas que amas, las cosas que eres, las cosas que no quieres perder. Anónimo Quisiera volver atrás, a lo que fuimos y más nunca seremos. Hace horas era la mujer más feliz del mundo. No creo estar exagerando sobre esto. Pensé que lo tenía todo y eso era lo que me hacía sentir mucho más insegura. La felicidad nunca dura demasiado, suelen decir. La mía duro 7 perfectos años hasta que la venda cayó de mis ojos mostrándome la verdad de este supuesto mundo tan perfecto. Debía saber que algo iba terriblemente mal. Debía haber sospechado. Pero realmente no me quedaba tiempo para sospechas neuróticas. Mi enfoque estaba en ser feliz con cierto recelo. Siempre pensé que mi vida este último tiempo se había convertido en un cuento de hadas... Supongo que este es el final de mío y lo más terrible de todo es que no queda en un felices para siempre. Esto es mucho más complicado que eso. Todas las historias tienen un comienzo y empezaré con el mío. Lecherías, 28 de noviembre de 2021. Maldije en voz baja cuando los chicos me llamaron pues un cliente solicitaba mi presencia. Lo mejor de mi trabajo es que me dejaba resguardarme de las personas porque siempre hablar con gente que no conozco me bloquea un poco. Suelo ser muy tímida al conocer nuevas personas y demasiado observadora y analítica para hacer amistades con rapidez así que lo mejor era mantenerme apartada de todos mientras podía. Pero en este tipo de casos no podía hacer demasiado más que acudir a las demandas de los clientes a pesar de que soy la dueña del lugar. Ya saben, el cliente siempre tiene la razón. Me contengo para no entornar los ojos en este momento y camino tratando de mantenerme relajada ante la espectativa de ver al cliente que tanto ha insistido por conocerme. Ni siquiera entiendo porqué ha insistido tanto. Normalmente cuando estoy ocupada haciendo un pedido le pido a los chicos que me excusen con el cliente y estos aceptan entendiendo mi punto pero esta mujer ha insistido de más así que me ha quedado de otra que rogar porque no se tarde demasiado tiempo hablándome o perderé el pastel que está en el horno. Tampoco quiero ser grosera. Cada día mi negocio está creciendo más y necesito todos los clientes que pueda para expandirme. Esto todos los días me llena de emoción así que solo pienso en lo feliz que voy a ser si consigo lo que tanto he buscando desde que me mudé de Maracaibo aquí. —Está por aquí jefa —me guió Markos a quien no había podido quitarle el jefa de la boca nunca. A veces creo que lo hace por molestarme, no me gusta que me llamen jefa, es raro pero no lo hace. Le seguí los pasos en silencio mientras todas las miradas de las personas que estaban comiendo postres en mi local me dirigían miradas curiosas ya que casi nunca salía de la cocina. De repente Markos se detuvo frente a una mesa y yo hice lo mismo pero me quedé sin respiración al ver al hombre que encontré ahí sentado en la pequeña mesa. Casi abrí la boca impresionada por su gran tamaño. Él no parecía pertenecer aquí en lo absoluto. El estilo de Sweetness era sobretodo para las chicas jóvenes de Lecherías, no para los intimidantes hombres de la ciudad. A veces venían hombres obligados por sus hijas porque se estaba volviendo un sitio de moda para las jovencitas pero jamás había visto un espécimen como él. Mucho menos que me llamara. Mi corazón comenzó a acelerarse como un loco bajo sus raros pero atrayentes ojos, uno de color azul y otro de color avellana. Todo en ese hombre quitaba la respiración con tan solo verlo. Me reprendí tratando de mantener la cordura. Probablemente él había estado buscándome para contratar nuestro cáterin que no era por alardear pero también se estaba haciendo bastante conocido. Erguí mi espalda enseguida tratando de parecer lo más profesional del mundo y lo miré con seriedad saliendo de mi vergonzoso estado de estupefacción pero casi lo pierdo cuando lo vi levantarse haciéndome enmudecer una vez más con su poderosa presencia y su tamaño enorme. Estaba comenzando a dudar de cómo había entrado por la puerta. ¿Se habría tenido que agachar? Mis ojos se dirigieron a su poderoso cuerpo intimidante. Ese hombre estaba constituido de puro músculo y debía medir un mínimo de 1,95 cm. Su cara era como la de un actor de televisión aunque tenía rasgos duros como si fuera completamente peligroso. De hecho todo él irradiaba altas docis de peligro talladas. Sus cejas estaban pobladas pero probablemente limpias. Su nariz era ligeramente ancha pero perfilada y masculina. Sus ojos estaban llenos de pestañas oscuras y rizadas, estoy segura que de tener una hija ella las heredaría y sería la envidia de las demás. Además si sacaba ese par de colores que su padre llevaba todos los chicos estarían babeando. Aparte del color hipnotizaban completamente y te daba la sensación de que no podías apartar la mirada. Tenía una barba recortada completamente sexy y de pronto al ver una vez más él rumbo de mis pensamientos me estremecí y me golpeé mentalmente. Al parecer no había pasado demasiado tiempo admirándolo pues de repente él tendió su mano fuerte y perfectamente masculina en mi dirección haciéndome contener el aliento por alguna razón. Probablemente porque iba a tocarlo. Jamás había estado en presencia de un hombre tan masculino que me llamara tanto la atención y me reprendí por pensar de esta forma de un posible cliente. Sequé mis manos un poco con mis pantalones dado que están un poco sudorosas por los guantes que había estado usando en la cocina con anterioridad y tragué saliva ante la mirada intensa que él me estabq dedicando. Nunca antes nadie me ha mirador de este modo haciendo obviamente que me ponga un poco incómoda y que mi corazón palpite más rápido de lo que normalmente lo hace. Creo que tengo mis mejillas rojas porque las siento completamente calientes. Entonces finalmente posé mi palma sobre la suya para que ambos la estrecharamos y pude sentir algo extraño recorriéndome por todo el cuerpo. Era como si una descarga eléctrica me golpeara tomándome por sorpresa y esta sensación se intensificó cuando este hombre en cuestión ladeó su boca en una sonrisa letal que me hizo contener la respiración como una adolescente. Nunca lo habría imaginado sonriendo pues su rostro me daba la impresión de que lo lo hacía con frecuencia pero... Mierda, si él lo hace así no debe ser dejar nunca de sonreír. —Un placer señorita Villalba —su voz era oscura pero tan perfecta como todo él al parecer, tenía un acento extraño a la vez que cautivador pero no pude localizar de dónde era. De repente hizo algo que no me esperé y fue que llevó mi mano hasta su boca para depositar en esta un suave beso en el que me hizo estremecer de inmediato ante lo inesperado de su gesto. Literalmente sentí como mi corazón se aceleraba de una manera anormal y un montón de mariposas se hicieron notar en mi vientre. Su boca sobre mi piel me hizo poner tensa y nerviosa. Jamás dejo acercar demasiado a los hombres en mi vida. O por lo menos a los hombres que llaman mi atención. Este hombre del cual ni siquiera sabía su nombre estaba haciéndome cuestionar mi sentido común. Él era poderoso y peligroso. Podía verlo a simple vista. Lo que me hace pensar que debo deshacerme de él cuanto antes, incluso aunque pierda un cliente por mi falta de tacto. Sin demasiada delicadeza me solté de su agarre viendo como sus ojos brillaban de una manera extraña que me hizo dar un paso atrás pero a pesar de esto traté de mantener la calma y creo que lo hice muy bien. —El placer es mío, señor —le dije pero mi tono no admitía las palabras que había dicho así que sentí que me volvía a sonrojar bajo su escrutinio. Su rostro ahora más que serio parecía sereno pero a la vez parecía como si un montón de ideas cruzaran por su cabeza. —Mi nombre es Jay Gallagher, probé una de sus tartas de queso y déjeme decirle que caí a su pies, señorita. Su tono coqueto me hizo tensar demasiado. Otras chicas ahora mismo estarían gritando de emoción porque el chico guapo estaba coqueteando, porque fácilmente puedo identificar el coqueteo. Pero yo no soy como otras chicas. De hecho no me considero muy normal que digamos. Fingí una sonrisa como si estuviera alagada por sus palabras pero enseguida di un paso atrás asustada de su recién descubierta cercanía. Y en sus ojos ví un brillo de diversión. —Es un honor que le haya gustado señor Gallagher, lamentablemente debo ir a la cocina o tendremos una emergencia con los pasteles de chocolate —intenté bromear para que no viera lo incómoda que estaba—. Espero verlo otra vez por aquí señor Gallagher, me encantaría ofrecerle un par de Brownies con helado —me obligué a decirle para no sonar completamente fría en mi despedida pero a la próxima que venga me excusaré con trabajo. Tendrá que aceptarlo e irse. ¿Pero qué estoy pensando? Un hombre como él no va a volver a buscarme después de esto. A lo mejor vendrá por los brownies gratis, pero no por nada más. Entonces cuando estuve a punto de darme la vuelta para irme él sorprendiéndome una vez más me tomó por la muñeca suavemente y me hizo girar hasta que estuvimos frente a frente y tuve que tragar saliva una vez más por su poderosa cercanía. —Soy alérgico a las avellanas, por si acaso —dijo él dejándome completamente atontada por su advertencia y recordé que le había ofrecido mis brownies con avellana, lo que quería decir que él volvería. Ante esta afirmación me estremecí por segunda vez en el día para después levantar la vista y ver el momento exacto en el que desaparecía en el pasillo dejándome el corazón arritmico.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
51.9K
bc

Bajo acuerdo

read
10.0K
bc

La esposa rechazada del ceo

read
168.9K
bc

Navidad con mi ex

read
8.9K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
86.8K
bc

Tras Mi Divorcio

read
511.5K
bc

Yo, no soy él

read
88.6K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook