Todo se tornó oscuro en una ráfaga corta de tiempo. Siento como si llevara una vida caminando, me siento perdida y desolada. Me dejo invadir por la desesperación, ¿Quién soy? Esa pregunta se repite, una y otra vez como si fuera un eco infinito en mi mente. Mi primera marca se ilumina, con un rojo vivo que me llena de una extraña y confiable calidez desde mi interior que penetra cada uno de mis sentidos. El silencio es roto por una extraña voz.
─Ignaelis.
─ ¿Quién es? ─ grito preguntado y mirando hacia todos lados. ─ ¿dónde estás?
─Soy el principio y el fin. Soy tú, y tú eres yo.
Un golpe de luz atraviesa y rompe esa oscuridad en la que estaba atrapada. Ante mí, imponente y majestuoso aparece un gigante fénix rodeado con llamas intensas de color rojo y azul. Esa misma aura me rodea y mi primera marca comienza a brillar.
─ ¿Quién eres? ─ vuelvo a preguntarle.
─Soy tú guardián y protector desde el día en que llegaste al mundo. Desde hace milenios este hecho estuvo destinado a ser. Antes no me lograbas escuchar porque estabas ciega y no conocías a tu verdadero ser. ─ La gigante figura se acerca a mí. ─ ¿Estás segura que estas pronunciando la pregunta correcta?.
Con mucha determinación, y son quitar la vista de sus ojos que me miran con tanta intensidad y fijamente me dirijo a el de nuevo.
─Entonces, creo que la pregunta correcta seria, ¿Quién soy yo?
─Veo que eres inteligente. No todo está perdido. La respuesta está en tu interior, ten confianza en tus instintos ellos te llevaran muy lejos, eres mucho más fuerte de lo que crees. Recuerda que soy tu, y tú eres yo.
Nuestra conversación es interrumpida por una aparición de color azul brillante e intensa. La misma que había visto antes diciendo las mismas palabras. “Kaori Chinami”. Soy despertada por la alarma de mi celular. Estoy en mi habitación y no recuerdo como llegue allí. Lo último que viene a mi mente es la extraña figura, la luna y la playa. Observo el cuarto y a la izquierda de mi cama esta la caja. Llevo mis ojos a mi brazo ahí está la segunda marca, la primera aún tiene un poco de brillo.
─Así que no fue un sueño. ─ Me rio y llevo mi mano a mi cabeza. ─ por lo menos no estoy loca.
Me levanto voy al baño, y procedo a asearme. Noto algo inusual en mis ojos, su color original no ha regresado, aún están de un color rojo intenso. Luego de unos minutos me cambio y escucho el sonido de la puerta. Es Nohi quien viene a asegurarse de que he despertado, me pregunta si voy a bajar a desayunar. Un poco cabizbaja le digo que me siento indispuesta, y que si no es mucha molestia podría traer la comida a mi habitación. Responde afirmativamente, y después de unos minutos acomoda todo en el balcón. Abro la caja y saco de ella la fotografía y la carta. Un segundo llamado a la puerta de mi habitación me interrumpe.
─Kalama, Nohi me comunico que ya estas despierta. ¿Pudo pasar? Reconozco al instante la voz de mi tío.
─Pasa Tío. ─ abro la puerta para que entre. ─ Estoy bien, no tienes nada de porque estar preocupado.
─Solo quería estar seguro. ─ Camina un poco y ve la caja abierta. ─Entiendo porque no quisiste bajar a desayunar con la familia. ─ se dirige a la puerta para salir. ─ Cuando estés lista para hablar te estaremos esperando. Te daremos el espacio que necesitas. Solo quiero que recuerdes que eres parte de nuestra familia y no estás sola.
─Gracias tío. Yo lo sé, de eso puedes estar seguro. Pase lo que pase somos Ohana; y eso, nada ni nadie lo va a cambiar. ─ Lo abrazo fuertemente. Cierro la puerta de mi habitación tras su salida y me dirijo al balcón para proseguir en lo que estaba.
Presto atención a las personas que están en la foto, físicamente tengo un parecido muy notorio a la joven y el color de mis ojos es idéntico al del caballero. La única deducción que llega a mi mente es que sean mis padres. Poso mis ojos en la carta con marcas de dedos en ella color marrón. Al examinarla llego a la conclusión de que es sangre seca; sin perder más el tiempo la desdoblo y la leo.
Princesa Ignaelis.
Dejo esta carta por si no llego a sobrevivir a este viaje, pero debo dejarle algún indicio aun después de mi muerte sobre lo que le depara el futuro. Pudo ser salvada tras la muerte de todos los ciudadanos del planeta Ignael, nuestro hogar. Desde hace muchos años, llevamos una guerra invisible para los humanos del planeta tierra, en contra de los Etigcatorianos. Ellos provienen de una galaxia lejana, son conquistadores perversos y sanguinarios, que solo piensan en destrucción y muerte. Su gobernante es el “Líder Supremo Etiogmas”, cuando se enteró del gran poder y riqueza que albergaba nuestro pequeño sistema solar, su avaricia de poder lo llevo a tomar la destrucción de todo lo que significábamos.
Nuestro sistema solar recibía el nombre de Elementun y estaba conformado por 4 planetas, Terra, Caeli, Pelagus e Ignael. En el libro que está en la caja podrás encontrar algo de información detalla sobre lo que representaba, encontraras la historia principal de Ignael, de su linaje real y de algunas técnicas de combate. Cada planeta está básicamente representado por un elemento, el nuestro es el fuego. Había un consejo formado por los reyes de los cuatro planetas. Hace 2 años una profecía fue hallada y llevada a manos del consejo, ahí muy claramente decía que un mal inminente iba a llevar a la destrucción total de todos nuestros mundos, pero que ante la llegada de la oscuridad 4 luces se levantaran y la apagaran, y nuevamente la vida brotara.
Después de tanto indagar y ante la llegada inminente de la invasión Etigcatoriana, los reyes llegaron a la conclusión de que esas 4 luces serían sus hijos. Sin tiempo de reacción los planetas fueron a atacados al mismo tiempo a excepción de Terra, el cual tiene un hechizo protector. El líder del consejo el “Rey Ignael III”, su padre decidio el envió de un grupo de fuerzas de nuestros guerreros a ambos planetas. Su misión salvar a la familia real y enviarlos a Terra. En los planetas Caelis y Pelagus se lograron salvar a ambas familias reales con sus hijos, pero los planetas fueron destruidos.
En nuestro planeta la lucha fue distinta, querían hacernos esclavos a todos por ser una r**a guerrera. Su madre la Reina Elaenis, descendiente real del planeta Pelagus, entro en trabajo de parto en el momento de la invasión, por lo que su extracción del planeta no se pudo hacer. Al nacer la princesa, la habitación real fue invadida con nuestras ultimas fuerzas su guardián, el rey y yo defendimos a su madre y Ud. Pero creyeron que todos habían muerto. Me levante y justo en el momento en que la iban a matar asesine al Egticatos. Con mi último aliento nos embarque a la nave y partimos del planeta. Solo puedo pedirle disculpas princesa. Lo siento princesa, solo espero que Ud. haya sobrevivido según la voluntad de sus padres. Ellos fueron grande gobernantes, espero y rezo a los dioses que su valentía y corazón estén vivos en su interior.
Apoyo mi espalda en la silla, no puedo dejar de pensar en el nombre de mis padres, en la información que estoy leyendo. Si hubiera leído esto sin saber nada pensaría que es una historia fantasiosa, pero no lo es. Las marcas de sus dedos ensangrentados en el papel, son evidencia de todo el sacrificio de cada persona para que yo sobreviviera. Eso tiene un gran significado para mí. No puedo evitar sentir como se forma un nudo en mi garganta, haciendo mi respiración lenta. Trato de calmarme, hago unos pequeños ejercicio de relajación, y prosigo con mi lectura.
Tiene que saber que al momento de nacer la hija de los reyes del planeta Pelagus, fue pronosticado que cada hijo iba a nacer con diferencia de tiempo hasta nacer el descendiente de Ignael. Al tener este conocimiento en sus manos, el consejo al nacer los primeros 3 y su madre estar embarazada lanzaron un encantamiento de protección a la Tierra destinando que cada luz iba a crecer ahí preparándose hasta el momento de cumplir la mayoría de edad, cuando serán enfrentados a su destino. Espero que esta carta llegue a su manos antes de esto y pueda prepararse si no lo ha hecho antes.
Debe buscar a la familia real Pelagus, su destino y su linaje está ligado a ellos desde muchos años atrás y su vínculo es mucho más fuerte. Eso está detallado en el colgante que se le ha heredado por sus padres. No conozco la ubicación exacta de donde podrían haberse instalado, pero tiene que ser un lugar con mucha fuente de agua.
Tengo esperanzas es que se convertirá en lo que está destinada a ser. Se hará fuerte y poderosa como su padre, leal y honorable como su madre, y con el instinto de lucha que prevalecía en cada Ignaelista. De las cenizas, renaceremos más vivos que nunca, como resurge el Fénix. En Ud. esta el principio y el fin de nuestra r**a.
Le deseo larga vida y éxito en su camino Princesa.
Guardiana Ember.
No puedo evitar derramar lágrimas. Aunque no conocí a mis padres, aunque no conocí a esta persona que dio hasta el último aliento por asegurarse de que me salvaran, pese a que no conocí a ningún habitante del planeta Ignael o de los otros planetas. Este dolor no se va. Lo siento ardiendo en mi interior y daré cada una de mis fuerzas por honrar cada uno de sus sacrificios. Por un instante me concentro y llamo a mi voz interior. La marca del fénix de mi brazo se ilumina y aparece ante mí su figura.
─Ya conozco parte de mi historia; pero sigo sin entender muchas cosas, tengo muchas preguntas. ─ le digo al fénix tratando de buscar respuestas.
─Yo no soy quien tiene las respuestas. Debes buscar a la princesa del planeta Pelagus. O tal vez, ya vino a ti y no te has dado cuenta. ─ Al terminar de decir esto desaparece.
─Kaori Chinami. ─ me digo a mi misma. Empezare por ahí.
Tomo mi laptop y busco en el navegador web su nombre. Comienzo a revisar las imágenes, después de un tiempo veo a una joven practicante de artes marciales en j***n con unas llamativas marcas en su brazo derecho, muy similares a las mías. Entro al sitio de la imagen y doy con una importante información. No dejo de sentirme un poco abrumada y emocionada a la vez. Hay tantas cosas que quiero saber, tantas preguntas que piden respuestas en mi cabeza. Solo tengo en mi mente lo que me dijo el fénix y lo que dice en la carta de la guardiana; buscar a la familia real del planeta Pelagus. Y el único indicio que tengo por el momento es el nombre de esta chica. No sé si sea ella pero tengo que por lo menos intentar descubrirlo.
Observo impactada que dentro de tres días se celebrara un importante torneo de artes marciales en Hokkaido, con la suerte de que se pueden inscribir extranjeros, y en el que la chica participara siendo la principal oponente a vencer. Procedo a inscribirme en representación del dojo del clan Makani y soy aceptada. Me dispongo a salir de mi habitación cuando me encuentro con Nohi. Me informa de que mi abuelo y mi tío me esperan en el dojo del clan. Al entrar saludo y me siento con ellos.
─Kalama, ¿te sientes mejor? ─ Me pregunta mi abuelo pasándome una taza de té.
─Me siento un poco abrumada, por todo lo que ha sucedido. ─Hago una pausa para tomar del té. ─Soy una especie de princesa guerrera del fuego, mi guardián protector es el Ave fénix, la persona que se suponía debía enseñarme todo murió al salvarme el día de mi nacimiento. Dentro de dos años una gran amenaza vendrá a la Tierra a matarme a mí, y a otros 3 príncipes y desatar caos y destrucción a su paso. Y solo sé que debo prepararme para eso y encontrar a la familia real de un planeta que no había escuchado.
─Descuida, no estas sola. ─ Mi tío posa su mano en mi hombro. ─ Cuentas con nosotros, y durante estos años te hemos preparado con lo básico para tu destino.
─ Si tío eso lo sé, lo agradezco, pero no sé si será suficiente. ─ trato de calmarme, y me pierdo por un momento en mis pensamientos.
─ ¿hay algo más, Kalama? ─ Me interroga mi abuelo intuyendo algo en mi mirada.
─ayer antes de desmayarme. Vi la figura de una chica y me dijo un nombre. Kaori Chinami. Después de leer la carta, investigue sobre ella buscando algunas similitudes. Encontré a una chica en j***n, que tiene unas marcas parecidas a las mías. Casualmente dentro de 3 días se celebrara un torneo en el que ella participara. Me inscribí en el torneo.
─Pero Kalama, ¿Tienes alguna seguridad de que pueda ser una aliada?, no creo que sea seguro.
─Tío es la única pista con la que cuento por el momento. ─ me levanto y camino un poco. ─ tengo que investigar algo sobre ella. ─ me arrodillo frente a mi abuelo. ─ Gran Ekekiela, pido autorización para representar al Clan Makani en este torneo de lucha, y buscar mi destino. No te defraudare.
Mi tío ve impactado la escena. Es evidente mi determinación en esto. Mi abuelo esta sin habla, por un momento el silencio es incómodo.
─Te bendigo, estas destinada a ser la próxima líder del Clan, trae la victoria y cumple con tu destino. ─ Mi abuelo asiente a mi petición haciendo una reverencia para bendecir mi camino. ─ Pero hay una condición, tu guardián el gran guerrero Keahi será tu acompañante.
Ambos asentimos a su condición. Estoy feliz de que mi tío me acompañe, toda la vida me ha entrenado y todo lo que se de artes marciales me ha sido enseñado por él. Se ha decidido que partimos en dos días por la mañana, por lo que dispongo de lo que resta del día y de mañana para entrenar. Mi tío me informa que después del almuerzo empezaremos con nuestro duro ciclo de entrenamiento.
Durante la comida mi abuelo informa a todos sobre los acontecimientos de los próximos días. Ocurre una discusión muy acalorada con mis padres, los cuales se oponen a toda esta locura, ya que soy menor de edad ante la ley y que no me van a dar su consentimiento para poder asistir o siquiera montarme en un avión con rumbo al otro lado del mundo.
─Falsifique sus firmas, para poder participar, yo fui quien tuvo la idea de todo, el abuelo solo está apoyando esa decisión. Los amo con todo mi corazón, y no saben cómo les agradezco todos estos años de amor y apoyo incondicional. Pero tienen que entender que debo hacer esto. No solo se trata de algo de lo que nos estamos enterando recién, esto va más allá de cualquiera de nosotros, es por la supervivencia del mundo, tienen que entender eso.
─De verdad no me equivoque, cuando te elegí como la persona que me suceda en el liderato del clan. ─ asiente a mis palabras mi abuelo
─Sabias palabras Kalama, tienes el apoyo total del clan. ─ prosigue mi tío.
Dirijo la mirada en busca de la aprobación que tanto anhelo escuchar de mis padres pero ellos, no entienden lo que está sucediendo. Les he roto el corazón, están desechos. Solo pido a Dios que algún día puedan perdonarme y entender que esto también lo hago por ellos. Para protegerlos. Me levanto y me dirijo al dojo donde comenzaran los preparativos con miras en el torneo en j***n.
Soy sometida al entrenamiento más rudo de mi vida. Llevan cada una de mis capacidades físicas y mentales al límite. Ejercicios, duras batallas con miembros del clan, carreras en la arena, concentración y cata. No cuento con mucho tiempo la verdad, tengo que resistir lo más que pueda. Al oscurecer estoy agotada, cada musculo de mi cuerpo ha sido exigido durante la tarde. Termino desplomándome en el dojo. Cuando abro los ojos estoy acostada en mi habitación.
─Bienvenida de vuelta Kalama. ─ dice con grandes ánimos mi tío, levantándose de mi cama. ─Ya has despertado, ¿Cómo te sientes?
─La verdad, no me siento agotada. ─ Me siento en mi cama, y miro en mi brazo, la marca del fénix esta brillando. ─ Ya creo que estoy empezando a entender un poco todo esto. El Fénix se regenera de las cenizas, ¿no es así tío?
─Si así es. ─ asiente de manera afirmativa ante mi pregunta.
─El Fénix en mi interior me dijo que era mi guardián, que él era yo, y que yo era él. Y cada vez que me siento sin energías, la marca en forma de fénix brilla y vuelvo a estar al 100%. Creo que él me llena de energía.
Es la única respuesta que encuentro a todo esto. Es demasiado extraño, mi tío me lo confirma, ningún m*****o del clan ha podido resistir ni la cuarta parte del entrenamiento que yo pude llevar a cabo hoy. Me dijo que de verdad era extraordinaria y que me preparara que mañana iba a ser mucho peor. Sale de mi habitación para dejarme descansar. Tengo que aprovechar el poco tiempo que me queda antes que tenga que enfrentarme a los hechos terribles que deparan mi destino.
A la mañana siguiente la intensidad no disminuye, para nada, el entrenamiento es mucho más duro e intenso. Incluso llegue a pensar que esto no estaba diseñado para un ser humano norma. Aunque yo no lo sea, de verdad que a duras penas puedo completarlo. Al final de la jornada vuelvo a quedar totalmente sin energías y me desplomo nuevamente. La marca del fénix en mi brazo comienza brillar, me relajo y siento como la energía comienza a fluir desde mi interior a cada uno de mis músculos.
Y como si no hubiera pasado nada me pongo nuevamente de pie. Mi abuelo y mi tío quedan totalmente asombrados por el estado de recuperación tan rápido que tengo. Me dirijo a mi cuarto a bañarme y alistarme para el viaje. Al terminar bajo al comedor principal para la cena familiar que se dará en mi honor por la partida al torneo como representante del clan. Estamos reunidos los miembros de la familia principal, pero hay dos espacios vacíos en la mesa.
─Abuelo, ¿Dónde están? ─le pregunto por mis padres.
─Lo siento Kalama, no te han dado su aprobación y están totalmente en contra de todo esto. ─ agacha la cabeza. ─ Esta mañana mientras tú entrenabas tomaron sus cosas, se me ha informado que regresaron a California en un vuelo que tomaron al mediodía.
─No puedo hacer nada abuelo. ─ Procedo a sentarme a su lado. ─ Debo cumplir con mi destino, espero que cuando lo entienda puedan perdonarme.
La cena prosigue sin ningún inconveniente. Siempre he gozado de contar con la aprobación de los miembros principales del clan. Ellos ven en mí el espíritu de un Makani, desde que era una niña me lo han comunicado y así lo he sentido. Al terminar me marcho a mi habitación, la adrenalina del momento no me deja dormir. Pienso en la situación de mis padres, he tratado de llamarlos, les he dejado infinidad de mensajes, pero no me contestan, deben de estar bien decepcionados de mí para ni siquiera querer escuchar mi voz.
Miro la pantalla de mi celular y veo la foto de Kaori Chinami. Es una chica bonita, tiene la piel blanca, su cabello es largo y de un color castaño no muy oscuro; pero lo que más llama y cautiva de ella es su mirada, tiene una profundidad en su mirada, en azul que te hace sentir en lo más profundo del océano. Al percatarme de esto, corro al baño al mirarme en el espejo. El color de mis ojos aún sigue siendo rojo. Decido calmarme y pensar en una solución lógica a esto. Mañana antes de tomar el vuelo comprare un par de lentes de contacto con el color que anteriormente poseían mis ojos.
Con estos pensamientos sin lograr irse de mi cabeza, comienzo a tratar de relajarme. Empiezo a ser respiraciones profundas y tratar de conciliar un poco el sueño, necesito descansar. Ya que no sé qué es lo que me espera en mi nuevo destino. Por lo pronto quiero con todas mis fuerzas ganar esa competencia en j***n.