Al quedarnos solas, Kaory se acerca a mi lado. Yo estoy recostada al espaldar de mi cama y no dudo en perderme en sus ojos azules. Al acercarse y acortar la distancia entre nosotras, acaricio su mejilla y ella me sigue la corriente con su cara. Toma mi mano y la besa. No puedo negar que me he enamorado de esta hermosa mujer. La invito a que sus labios y los míos se besen en hermoso, tierno y apasionado beso. Mi mano se entrelaza con la suya y siento como su otra mano juega con mi cabello y me atrae hacia ella. Con mi otra mano acaricio su espalda. La temperatura en la habitación comienza a encenderse y solo existe la necesidad de estar juntas. Los labios de color rojo que pertenecen a la mujer más hermosa del planeta, se presionan sobre los míos. Con la única necesidad de fundirnos en un

