Tal como lo prometió el señor Anderson, tengo días de reposo y no interfiere. Solo he cuidado a Sofia que no para de hacerme sentir bien, y estoy en este momento buscándola en su colegio. Al pasar todos se fijan en mi, me miran asombrados y claro que mi autoestima se sube a lo alto. Puedo ver a Sofia con un grupo de niñas; pero conozco eso, la están molestando pero ella dice algo y todas vienen hacia mi; cruzo mis brazos y Sofia se coloca aun lado de mi. Con su rostro orgulloso y las niñas mirándome sin creer lo que están viendo. — Ella es mi mama, Helena — Dice y la miro con una ceja alzada, se lo que pasa por su mente y se muy bien quienes son estas insolentes. — Así que ustedes son las que siempre molestan a mi hija... ¿Debería molestarlas a ustedes? — Digo colocándome a su altura co

