Amira

Es un día de mucho sol en México, estamos a mitad de verano y hace un calor insoportable en mi ciudad, soy Maestra de educación básica en un colegio llamado "Sagrado corazón", las clases han terminado Maestra — dijo Enrique haciendo que me diera la vuelta dejando el pizarrón a medio borrar Dime ¿Qué sucede? — lo miré inclinándome hacia delante - Ya es tarde ¿pasarán tus padres pronto? — pregunté colocando mi palma derecha sobre su cabeza Miró hacia todos lados y luego me miró a mi Puedo platicarle un secreto — a este punto bajo la voz a tal grado que tuve que inclinarme para escucharle mejor Claro, sabes que puedes contar conmigo — tomé asiento en uno de los bancos y le invite para hacer lo mismo Suspiró y bajo el rostro Mi padre amenazó a mi mamá, le dijo que la matará — dijo apenas audible bajando la cabeza Mi respiración se detuvo, y solo atiné en darle un fuerte abrazo al que en ese momento era el mejor de la clase, pero hacía un tiempo que habían bajado de la nada sus calificaciones, y eso me preocupaba a pesar de haber hablado con el director él decía que sus padres trabajaban tanto que no tenían tiempo de ir a la reunión escolares y ahora logró entender el porqué de su comportamiento ¿Estás seguro de lo que escuchaste? — pregunté levantando su barbilla con mis dedos mientras que con la otra mano acariciaba su cabello Sus ojos estaban cristalinos mientras que el intento tragar saliva comenzó a llorar para después arrojarse a mis brazos, parecía que había aguantado tanto para tan solo tener diez años que lograba sentir su dolor y desesperación Mi madre descubrió que mi padre tiene otra familia, le pidió el divorcio junto con la patria potestad para que mi hermana y yo nos quedemos con ella — acaricié su cabello sin dejar de abrazarlo con la mano derecha — él le dijo que si ella lo hacía entonces la mataría con la pistola que guarda en su cajón — me miró temblando — yo no quiero que mi mamá sea un caso más de todas las que salen en las noticias sé que mi papá si será capaz de hacerle daño yo lo conozco — comenzó llorar con más desesperación Jamás había sentido tanto pesar e impotencia con una situación, pero está sobrepasaba mis límites y yo sé que no puedo hacer nada, ya que solo soy la maestra de Enrique. Suspiré para después incorporarme de la banca yo movía ansiosa mis manos caminando hacia mi escritorio mientras resonaban mis zapatos de tacón en el azulejo unos débiles pasos me seguían por atrás Haremos algo mi amor — tomé una nota y escribí un número junto con el nombre de a quien se debía marcar — llamaras a este número, buscarás a Leonera Hinojosa ella te ayudará a ti y a tu mamá, te doy mi palabra que si ella no hace algo yo lo haré — bese su frente y después le di un abrazo fuerte — ahora debes irte mi niño, si no se hará más tarde — tomé su carita con ambas manos mientras sentía como el corazón se me partía en pedazos — debes ser fuerte y valiente Él guardo el número en la bolsa de su pantalón, tomo su mochila y antes de salir me dijo gracias para posteriormente salir corriendo, perdí sus pasos en la lejanía y así me dispuse a seguir borrando mi pizarrón. Pensaba en lo difícil que sería vivir tal situación dónde los hijos están de por medio en una lucha por igualdad, afortunadamente no viví eso, ya que mi madre nunca tuvo a mi padre hasta donde sé él está casado. Al terminar busco salir para retirarme a casa, las clases han terminado y en unos días terminará el ciclo escolar Señorita - dijo el director Marco- debemos hablar sobre su establecimiento en el colegio — acomodó sus lentes mirándome— venga por favor Señor - dije mirándole- por ahora debo irme estoy preparando mi boda y no puedo faltar, usted comprende ¿cierto? ¿Le parece si hablamos de esto el viernes que termina el ciclo escolar? - dijo quedándose a medio pasillo Claro que sí -contesté- lo hablaremos sin falta Caminé a la salida esperando ver un taxi, hace mucho calor a pesar de traer ropa fresca no veo el momento en que empiece a llover, suspiré mirando la hora son dos y media, espero Gabriel no olvide que hoy debemos ver qué ya todo este casi listo, ya en semana y media estaremos siendo marido y mujer Bueno -dije contestando una llamada en mi celular ¿Se encuentra la señorita Estefanía Gómez Lozano? -dijo un hombre con acento árabe Dígame, soy yo ¿en qué puedo servirle? Hace unos meses nos llegó un correo electrónico sobre usted, hablamos de parte de La organización de las naciones unidas para la educación, la ciencia y la cultura nos gustaría saber si aún está interesada en venir a dar clases a varias escuelas para niñas en medio oriente Sí - contesté con la emoción a flor de piel- sigo más que interesada Bien en unos días recibirá nuestra llamada, sin más por el momento que tenga buen día Estaba emocionada de esta oportunidad, desde hace años he querido ir a medio oriente para ayudar a las niñas que no tienen la oportunidad de estudiar por la guerra, por qué sus padres las han querido vender, o porque ya no tienen a sus padres y se han quedado en el completo desamparo, sé que en Abu Dabi existe un refugio para estas niñas que han sufrido violencia de todo tipo desde pequeñas solo por ser mujeres, la familia real mantiene el establecimiento dando hogar a más de 1000 niñas buscando la manera de que se superen Estefanía - escuché- sube que debemos revisar que todo esté bien Salí de mis pensamientos, era Gabriel mirándome desde el coche, subí aprisa Hola mi amor - le di un abrazo y después un beso largo - estoy muy feliz Sí, lo veo, pero ¿Qué te tiene tan feliz? Me hablaron de la UNESCO, parece ser que fui aceptada para ser voluntaria en medio oriente y -fui interrumpida Ya hemos hablado de esto, yo no estoy de acuerdo que te vayas a un lugar donde están en completa guerra, no quiero eso y no te lo permito, serás mi esposa y no te seguiré a un país lejano y antiguo, toma la decisión o soy yo o es tu pasión por salvar niñas que ya no puedes ayudar Lo miré confundida y desilusionada Te amo - tomé su mano- pero no me hagas elegir, quiero ambas cosas a ti como mi esposo y ayudar a niñas que no tienen la misma oportunidad que tenemos nosotras las mujeres de occidente Decide ahora Estefanía - soltó mi mano- no voy a permitir que te vayas y te lo repito no te voy a seguir en esta locura, ¿quieres ayudar niños?, aquí en tu país existen mujeres indígenas que no tienen las mismas oportunidades, aquí no corres riesgos estás la salvó - tomó mi cara con ambas manos- aquí no vas a morir ¿De qué hablas Gabriel?, seguro que ¿no voy a morir?, olvidas el narcotráfico que se vive en nuestro país, los feminicidios la violencia que se vive día a día en mi país y en toda Latinoamérica, esa que dices que no me va a matar, el día de mañana que yo acuda a un lugar donde hay indígenas como la sierra Tarahumara esos que los quieren ignorantes me van a matar, me van a desaparecer y van a decir que lo busqué por ser mujer y por andar sola en un lugar "peligroso"- hice comillas con los dedos índice y medio de ambas manos- no me vengas con esas cosas Gabriel Perfecto -dijo cruzándose de brazos- aquí dejamos la boda para que tú acudas a un continente machista, islámico y de dónde no sabes siquiera el idioma Tienes razón- dije - aquí la dejamos no pienso seguir a lado de un cabrón que solo piensa en si y no en lo que quiere su próxima esposa, no quiero esto en mi vida Tomé mi bolso y salí del coche, tomé un taxi directo a casa, al verme mi madre de regreso tan pronto me dijo Estefanía, ¿ya tan rápido en casa?, aún faltan cosas y tú estás ya aquí tan relajada Mamá - la miré arrojando mi bolsa contra el sofá, respiré hondo- no me voy a casar con Gabriel, ya todo quedará cancelado hoy Mamá me miró asombrada Pero ¿Qué ocurrió? - tomo asiento frente a mi Madre, me han marcado de la UNESCO y me han aceptado como voluntaria, quiero ir para ayudar a todas esas chicas que hasta ahora no tienen un lugar donde educarse, tú sabes que medio oriente está bajo la guerra y hay Miles de niñas que están desamparadas - tomé sus manos- Gabriel no me apoya me pidió, bueno me intento manipular eligiendo entre mi boda o la educación, tú sabes que para mí es igual de importante una cosa como la otra Luisa miró a su hija mientras hablaba y veía que ya no era la niña inquieta y desobediente que hablaba, ya era una mujer rebelde y con ganas de comerse al mundo, pensando que lo mejor que podría hacer es educar para que el mañana sea más próspero Claro mi vida - beso las manos de su hija- yo entiendo, sabes que siempre estaré apoyándote, me aterra que estés en un lugar donde las mujeres no somos bien recibidas El timbre sonó y ambas se levantaron de la sala, Estefanía miro por el ventanal de cristal cortado que decoraba su entrada y vislumbró a Gabriel, tomo aire y abrió la puerta quedando parada en el marco de madera ¿Se te olvidó algo? Preguntó Estefanía sin afán Por favor Estefanía - tomo la mano izquierda donde ella sostenía el anillo de compromiso- yo no quiero perderte, estamos a nada de casarnos, eres importante para mí hablemos de tu voluntariado después del matrimonio ¿te parece? - beso la misma mano Estefanía lo miró y suspiró, no quedaban rastros del hombre que ella amaba, se había transformado en otro, se sentía desilusionada, Gabriel había empezado como un afanador en la empresa y años después termino siendo el copropietario, claro había sido su esfuerzo y dedicación, pero ya saben lo que dicen detrás de cada hombre exitoso... Estefanía nunca dejo de impulsarlo a creer en el mismo para ir tras su sueño, esperaba ella lo mismo y tal parece que a él se le olvidó que el apoyo es mutuo Está bien -dijo mirándolo Pasaré por ti más tarde, debo atender unos asuntos en la oficina, te amo - me tomo entre sus brazos y me besó Lo despedí con la mano al ver que subió al coche y me metí a casa de nuevo, mamá había preparado la comida y tenía demasiada hambre ¿Qué quería? - dijo acomodando los platos en la mesa- ya volvieron, hija si él no te hace feliz es mejor que lo dejes, pero, por el contrario, si él es todo lo que tú quieres yo te apoyaré incondicional como siempre Mamá, eres una mujer maravillosa y excepcional aún no logro entender como fue que mi padre decidido irse con otra mujer cuando tú siempre estuviste apoyándolo Mamá suspiró tomo asiento y me invitó a hacer lo mismo, quedé frente a ella y comenzó a hablar Mi vida- tomo mi mano derecha- yo era muy joven cuando quede embarazada de ti, es más apenas había terminado el bachiller cuando tu padre ya estaba a punto de terminar la carrera universitaria, mi madre no quería que yo estuviera con el pues yo tenía 17 y tu padre 22, bueno accedí a estar con él y no me cuide, pensé que no ocurría nada, ya que fui casi toda mi vida irregular, entonces imagina mi cara cuando me enteré de que estaba embarazada, fue una sorpresa tremenda, ese mismo día se lo dije, y aunque tu padre tenía miedo accedió a hacerse cargo no sin antes decirme que fue mi culpa y que no era posible pues ya estaba por terminar la carrera, hablamos con tus abuelas quienes estuvieron de acuerdo con casarnos - suspiro y desvió la vista- fui feliz los primeros años hija, amaba a tu padre como no tienes idea, pero al final vi que no me amaba como decía, cuando tenías 4 años estabas en kínder en la mañana y fui por ti, yo estaba estudiando la carrera con ayuda de tu abuela, así que iba por ti y te dejaba en casa y salía para irme a la universidad... Mamá, admiro tu sacrificio - besé su mano- eres una gran mujer Ese día - prosiguió- me dijiste ya en la noche que tu padre había traído una mujer a la casa y que habían estado juntos en la recámara y que a ti te dijo que no debías nada, si no te iba a castigar, cuando lo cuestioné él me dijo que todo lo habías inventado, y aunque al principio no te creí después vi que era cierto por qué había cosas de ella en mi mesita de noche, confronté a tu padre, me dijo que no me amaba y que nunca lo hizo que solo había sido su diversión en lo que encontraba a la mujer que él quería, se fue y se olvidó de ti también Mira, admito que sí me hizo mucha falta, pero aprendí a vivir sin él Por eso no quiero que sufras como yo, si Gabriel se cree con el derecho de decirte lo que puedes y no hacer es mejor que no estés en su vida ni él en la tuya, mi vida yo sé que tu pasión es ser maestra y ayudar, yo no te voy a impedir que salgas de tu país, me preocupa mucho la situación que vive en medio oriente, pero sé y confío en que tú sabrás que hacer al respecto - acaricio mis mejillas Sin más que decir comenzamos a comer platicando de un hombre que la pretende en su trabajo, mi madre termino la licenciatura en administración a los 25, cuando se separó de mi padre ella no podía estudiar pues todos los gastos se le vinieron a los hombros tampoco tuvo tiempo de conocer a alguien más pues a diferencia de mi padre del cual no sé nada desde hace 20 años quien ya tiene hijos seguramente, este hombre sé que la hará feliz y me quedo tranquila con eso, Gabriel no pasaba así que decidí ir a buscarlo a su oficina, estaba desolado el lugar así que al mirar la hora vi que ya habían salido todos de la oficina, cosa extraña pues él seguía en su lugar de trabajo, no había nadie en verdad, cuando abrí la puerta me sorprendí al verlo tener relaciones sexuales con su secretaria en escritorio, todo estaba desacomodado, ropa en el suelo y todo por ningún lado, se me revolvió el estómago quería ir hacia ellos y despedazarlos con mis propias manos, no se habían percatado de mi presencia pues él estaba de espaldas mientras que ella tenía las piernas sobre los hombros de mí "prometido" ¡Eres un desgraciado! - dije saliendo de la oficina Gabriel se giró y subió aprisa sus pantalones, salió corriendo de la oficina y tomo del brazo a Estefanía No es lo que parece - dijo - es una reunión de mi trabajo, ella se me insinuó y tú sabes que el hombre es débil No puedo creer lo que dices - dije molesto asestándole una bofetada - no quiero saber más de ti olvídate que existo la boda se cancela Gabriel apretó con fuerza el brazo de Estefanía haciendo que ella soltará un chillido de dolor ¿Qué esperabas? - dijo arqueando la ceja - no me iba a quedar contigo para siempre, aún soy joven y puedo disfrutar la vida, por qué mientras tú te quedarás en casa haciendo las labores del hogar yo estaría disfrutando la vida con cuánta mujer me plazca - recibió otra bofetada ¡Ya basta, estupida! - gritó apretando con fuerza los brazos ambos brazos de Estefanía - es la última vez que me vuelves a golpear, ahora me casaré contigo te estoy haciendo un favor por qué de maestra te morirás de hambre No soy violenta, pero al decirme esas palabras sentí un hormigueo espantoso por todo mi cuerpo como si fuera una descarga eléctrica la cual hizo me dio la fuerza suficiente para hacer que me soltara y en cuanto lo hizo le di un puñetazo tan fuerte que perdió el equilibrio y cayó al piso de nalgas ¡En tu vida me vuelvas a buscar! - grité colérica- verás que seré exitosa y volverás a buscarme arrepentido y te tragaras esas palabras que acabas de decir Di la media vuelta y salí escuché que gritó a lo lejos ¡No te vas a librar tan fácil de mi Estefanía, te buscaré y pagarás esta humillación! Mi nombre es Estefanía Gómez Lozano, tengo 25 años, mido 1.65, piel morena clara, cabello castaño claro, ojos color miel con tintes verdes, nariz pequeña y labios carnosos, hace algunos años una gitana detuvo mi caminar en las calles del centro de mi Ciudad Leo tu fortuna a cambio de las monedas que llevas en el bolsillo derecho — señaló con su huesudo dedo índice La miré quedándome quieta ¿Cómo sabía que yo tengo monedas en ese bolsillo? Puedo leer que piensas que soy una farsante — se acercó a mí mientras colocaba sus manos en la cintura, daba un aroma almizcle y romero — confía en mí Tomó mi mano izquierda para comenzar a decir una oración ininteligible mientras pasaba su dedo índice por la palma de mi mano, abrió los ojos y sonrío Tú crees que vas a casarte con un hombre conocido y será feliz, pero él no te ama y solo te usará —me quedé en silencio asimilando sus palabras — el amor no está aquí en Latinoamérica hermosa, está en otro lugar muy lejano serás la portadora de muchas alegrías y muchas tragedias — cerró mi mano y la llevo a mi pecho — es todo lo que veo Sin decir nada saqué las monedas que tenía en mi bolsillo y se las di Gracias — dijo dándome la espalda y alejándose mientras cantaba en húngaro— ¡Buena fortuna para ti! Lo iba pensando mientras volvía a casa con el corazón hecho trizas, pidiendo un abrazo de mi madre Pero sabrás quien soy — musite quitando las lágrimas de mi rostro