El viaje

2059 Words
¿Cómo pudo ser capaz de hacerte eso? - preguntó mamá mientras daba vueltas por la sala con ambas manos en la espalda, está molesta sobra decirlo No lo sé — dije molesto y a la vez con muchas ganas de llorar Mi amor — dijo abrazándome fuerte mientras besaba mi coronilla — eres tan fuerte mi vida Hay veces que no quiero serlo — dije entre lágrimas — me iba a casar madre, con el hombre que más amaba y él — sentí el nudo en la garganta — se olvidó de todo lo que hicimos juntos y de todo lo que prometimos solo por estar con otra — lleve mis manos al rostro para llorar desconsolada mientras ella me abrazaba tratando de reconfortarme Mi amor — volvió a decir — ahora ¿Qué harás? — preguntó sería — no dejarás tu sueño ahora ¿Verdad? Pare mi llanto y levanté la mirada Por supuesto que no dejaré mi sueño — me puse de pie mirando la ventana— ahora más que nunca haré lo que me apasiona Esa es mi niña — dijo sonriendo y abriendo sus brazos para llenarme de su amor — eres tan fuerte y tan valiente que no me he equivocado en tu nombre, Estefanía Sonreí con sus palabras limpiando mis lágrimas subí a mi habitación para buscar todas las cosas que me había dado Gabriel estaba hecha una furia deseando que todo lo que aún mantenía desapareciera por arte de magia Estefanía — dijo mi madre desde la sala — tienes una llamada de larga distancia...es Latifa Enseguida bajo — exclamé emocionada Mi amiga Latifa vive en Abu Dabi, la conocí el año pasado en un intercambio que hizo mi carrera universitaria ella junto a otra chica llegaron aquí a México ** Hola — dije acercándome a ella en la universidad estaba de pie con ropa negra y su hiyab en color rosa pastel Marhaban — dijo tímida y con la cabeza baja — me llamo Latifa Estefanía — dije extendiendo mi mano a la suya — un gusto conocerte Ella levantó su mirada y logré ver sus ojos los cuales eran color miel, nariz perfilada, ceja tupida y pestañas negras y largas El gusto es mío — sonrío tímida — vengo de los Emiratos árabes de intercambio Que interesante, su cultura es asombrosa — dije mirándola— espero seamos buenas amigas en tu estadía aquí en mi patria Le imploraba Alá que conociera a una persona que no me juzgará por profesar mi religión — tomo asiento en una banca haciendo que yo me sentará a su lado— no es tan mala Yo creo que cada persona es libre de creer en lo que quiera, estás en un país laico y estoy segura de que aquí tendrás paz ** ¡Latifa! — exclamé emocionada contestando el teléfono — es un gusto saber de ti mi amiga Lo mismo digo — contestó ella que a juzgar por su voz noto felicidad y entusiasmo en ella — me he enterado de que vendrás a Emiratos Así es, estaré pronto allá para dar clases en una de las escuelas del príncipe — me quedé en silencio esperando recordar su nombre El príncipe Abdullah ll, heredero al trono — contestó como si supiera que lo había olvidado — es un hombre humilde y hace lo mejor por su pueblo y por nosotras las mujeres Es impresionante — dije enrollando mi dedo en el cable del teléfono— ¿Qué tal las cosas en Abu Dabi? — tomé asiento en el sofá esperando si respuesta Suspiró — Van de maravilla, aquí estoy próxima a casarme — dijo alegré— espero te den la respuesta en la brevedad porque anhelo tenerte aquí en mi nación No pude evitar sentir un vuelco en el pecho cuando dijo boda suspiré para desvanecer esos pensamientos de mi cabeza Yo — detuve mi lengua— espero recibir respuesta de ello en la brevedad y así asistir a tu boda ¿amas a tu esposo, o te están obligando a casar? — pregunté un poco preocupada Latifa soltó una pequeña carcajada — ¡oh, no! Yo me caso por gusto afortunadamente tengo ese pequeño privilegio, desearía que todas estas mujeres de mi nación puedan decidirlo pronto — suspiro triste Confía en Alá — dije emocionado sin saber el motivo — sé que pronto todas las mujeres de tu nación podrás decidir por sí mismas Estefanía — dijo — debo colgar, mi familia me está esperando y me mandan decir que cuando vengas aquí, te alojarás en mi casa Gracias mi estimada amiga, te pido les digas a tus padres que así será — sonreí a lo cual siento que sonrío y corto la llamada Me puse de pie dejando el teléfono en su sitio para después ir a la ventana enorme de mi casa y así mirar mi ciudad la cual comenzaba a ser tomada por la noche cuando volvió a sonar el teléfono de casa y al no reconocer el número pensé que Latifa había olvidado decirme algo Diga — dije mirándome en el espejo mientras contestaba la llamada Estefanía Gómez Landeros ¿Es usted? — preguntó la voz femenina con un acento extranjero Soy yo — dije esperando una venta o algo así pensando que de ser así colgaría la llamada de inmediato Solo para corroborar sus datos de estadía en los Emiratos árabes, su amiga Latifa nos ha proporcionado que se alojará en su casa y ahora mismo debe estarle llegando a su correo electrónico el boleto de avión el cual será de varias escalas de la Ciudad de México llegará a Madrid después a Marruecos y de ahí a nuestra ciudad Abu Dabi ¿Para cuándo será mi vuelo? — pregunté girando sobre mis talones para mirar a mi madre quien ya había servido la cena Su vuelo saldrá pasado mañana a las 3 de la tarde — escuché teclear en una computadora— todo el tiempo estaremos vigilando su viaje para evitar inconvenientes Sentí una emoción terrible en mi estómago pues hacía mucho tiempo que no me sentía de tal manera Muchas gracias — dije emocionada al borde de las lágrimas Que tenga buen día — corto la llamada Mi madre sonrío, pero aun así puedo ver cierta tristeza en sus ojos, dejo la cena en la mesa y fue directo a mí para abrazarme fuerte ¡Madre! — exclamé mientras tomaba sus manos — me iré pasado mañana Eso me da alegría mi vida — beso mi frente — cenamos y te ayudaré a preparar tu maleta Me agrada la idea — dije caminando a mi lugar para después sentarme y comenzar a comer Sé que mi madre estaba asustada y trataba de disimularlo, vi como tomo aire y lo soltó Mi amor — tomo mis manos haciendo que dejara el tenedor sobre mi plato para así tomar las suyas — prométeme que si el amor toca a tu corazón de nuevo, volverás a enamorarte Es muy pronto para eso, no voy al golfo pérsico para eso — dije mirándola— voy a educar niñas para enseñarles a ser fuertes y que sean el futuro de su país Eso lo sé — acarició mi mejilla — pero ve mi amor, eres preciosa y además de todo una mujer inteligente, prométeme que si eso pasa dejaras que tu corazón vuelva a sentir la candidez del amor No deseaba un novio y mucho menos estar de pareja con un musulmán pero ante su insistencia Lo prometo — dije mirando sus ojos verdes— prometo que si vuelvo a sentir el amor me dejaré solo sentirlo Soltó mis manos y seguimos cenando ** Juro que te haré pagar por la humillación de hoy — dijo Gabriel mientras que su amante limpiaba su mejilla roja y palpitante —¡Me duele! — gritó tomando con ambas manos los brazos de Nubia — ten más cuidado ¡Carajo! Nubia tragó saliva en seco para después rodar los ojos y seguir tratando la mejilla inflamada de Gabriel Te lo mereces — pensó ella ¡Déjame ya! — exclamó de nuevo para empujarla — debí ser más cuidadoso y que no viera cogiendo contigo en la oficina, estaba a punto de ser mi esposa y de tenerla dominada — dijo mirando su palma para posteriormente cerrarla con fuerza— ahora se marchará, pero está muy equivocada si cree que esto se quedará así — llevo ambas manos a su espalda — el que ríe al último ríe mejor ** Oh mi vida — dijo mi madre mientras me despedía en el aeropuerto — prométeme que estaremos en contacto, cuídate mucho y por favor si algo no te gusta vuelve a casa — beso mi frente para seguir llorando — eres lo más valioso que tengo Tomé sus manos y las bese para después abrazarla con fuerza, sentía que no volvería a México en mucho tiempo y eso me daba miedo Pasajeros con destino a Madrid, favor de abordar por la puerta 30 — dijo la voz en los altavoces Debo irme — dije sintiendo un nudo en la garganta — si no quieres no me voy mamá, y me quedo aquí contigo Mi madre acarició mi mejilla y beso mi frente de nuevo Ve mi amor, tu destino te aguarda — me mandó un beso mientras sus ojos se rozaban de lágrimas Me di la media vuelta haciendo rodar mis maletas, tenía miedo y mucho al escuchar las terribles historias que cuentan de dicho país musulmán Aleja ese miedo de tu mente — me dije a mi misma— Latifa me está esperando, mi gran amiga Aborde el avión y a los minutos ya estaba en el aire, de Ciudad de México a Madrid me esperaban 11 horas de viaje. Miré mi reloj eran las diez de la mañana, estaría llegando a media noche por lo que cerré mis ojos intentando dormir Amira — escuché dijeron en un sueño — cambiarás el destino de una nación, cosas grandes vendrán para ti — dijo la gitana que había visto hacía un tiempo en mi país Lo siento — dijo una voz masculina — sigue en tu sueño Abrí los ojos, para ver a un hombre de piel morena, ojos color miel perfil romano No puedo dormir ya — dije murmurando frustrada — gracias a ti Lo lamento — dijo de nuevo — me llamo Assim — sonrío — ¿Puedo saber tu nombre? Me quedé embelesada mirando sus facciones tan armoniosas, se veía alto y a mí mi me encantan los hombres altos y varoniles Me..me llamo Estefanía — dije estrechando su mano Lindo nombre, lleno de virtudes y bendiciones para tan hermosa mujer — sonrío de lado haciendo que mi corazón se estremeciera Suspiré alejando mi mano pues le había dado un beso haciendo que mi piel se erizará ¿Vas a Madrid? — preguntó Si, después volaré a Marruecos y de ahí a los Emiratos árabes — dije emocionada Un viaje tan largo para una joven sola, suena peligro…— lo interrumpí Puedo valerme por mi misma, no necesito la protección de ningún hombre — espeté molesta El joven tuvo que llevarse una mano a la nuca, sabía que no debía decir eso y mucho menos con las occidentales que son mujeres muy independientes. Había algo en ella que al joven árabe le gustaba y era su carácter Lo lamento, no debí decir eso — sonrío apenado — es solo que en mi cultura las mujeres no pueden ni deben viajar solas En tu cultura — repitió Estefanía quien ahora se había girado a la ventana deseando que pudiese llegar a Madrid lo más pronto posible, se sentía molesta con el comentario del árabe Ya quero llegar — dijo Estefanía en susurro Disculpa — dijo Assim llamando la atención de la joven — ¿Deseas algo para comer? No gracias — dijo ella volviendo a mirar la ventana — estoy bien así Su estómago había comenzado a rugir haciendo que el Joven riera Está bien — dijo ella mientras llevaba a su boca una deliciosa ensalada Assim la miró sonriendo, amaba ver qué una mujer comiera y ahora que sabía que estarían en los mismos vuelos le daba alegría El viaje será largo, así que come bien — espetó el musulmán
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