Madrid

2043 Words
Las piernas de Estefanía dolían mucho y que decir de sus nalgas, estaban adormecidas y cuando anunciaron que habían llegado a Madrid respiró aliviada, había platicado con el musulmán y no le desagradaba la idea de viajar juntos hasta Abu Dabi ¿Dónde te Hospedaras hoy?, ya es de noche y… — Fue interrumpido por la castaña Pensé que llegaríamos más temprano, pues la verdad no sé — dijo ella nerviosa — buscaré dónde hacerlo Assim respiro profundo y la miró Puedes quedarte conmigo si lo deseas, mi departamento no está retirado de aquí — dijo ¿Qué?, no, no gracias por tu ofrecimiento, pero así estoy bien — exhaló sonrojada — buscaré un hotel con mi aplicación Insisto — dijo haciendo que Estefanía respirase agitada — mi Penthouse tiene varias recámaras, no te haré daño soy todo un caballero y a decir verdad — hecho un vistazo rápido— pasa de la media noche y no es bueno que estés sola por las calles de un país que no conoces, no tienes otra opción — sonrío Narra Estefanía A decir verdad no me queda de otra más que aceptar ir a su departamento, tengo miedo esa es la realidad, pero no puedo hacer mucho, quizá mañana pueda buscar otro lugar donde quedarme Acepto su oferta, siempre y cuando usted respete mi intimidad — dije extendiendo mi mano para estrechar la suya El árabe que a decir verdad le calculo 1.90 de estatura me miró con una sonrisa dejando ver su dentadura perfecta, tomo mi mano Trato hecho — beso mi mano— será un honor tener a tan bella dama en mi casa Sentí el color subir a prisa por mis mejillas, desvíe la mirada a otro lugar implorando que Assim no me viera roja Subamos a mi coche — dijo mientras miraba como un lujoso Mercedes Benz último modelo se paraba fuera del aeropuerto Wow — dije mirando el interior — es preciso Sí, soy un amante de los coches — acomodó su saco para después mirarme — ¿Te molesta el lujo? A decir verdad — suspiré— no me gusta ostentar, vengo de una familia de clase media en México así que el lujo no es algo a lo que esté acostumbrada, no me molesta, pero tampoco no es que me gustaría vivir así Pude notar cierta aprobación en la mirada ámbar del árabe, tomo un trago de whisky Eso habla bien de una mujer, ya que si ella no es deslumbrada por las riquezas de otro podrá luchar por lo que le gusta sin que ningún hombre venga a deslumbrarla, es una lástima que una mujer tan bella e inteligente como tú no esté casada Froté mi brazo izquierdo con la palma, sí seré inteligente, pero eso no impidió que un maldito se burlara de mí — pensé mirando la ventana— no estoy casada y tampoco me interesa casarme, ya no creo en el amor Te has topado con niños no con hombres — dijo sin apartar su mirada de mí — quizá encuentres el amor en este viaje Lo miré sonriendo— No es algo que vengo buscando Señor Assim, vengo a cambiar Eso a él le llamo la atención haciendo que en su cabeza se reproducieran esas palabras que le dijo hace unos años una mujer bereber El amor vendrá a ti de la manera menos esperada, una mujer extranjera vendrá a ti * ¿será ella? — se preguntó el joven al mirarla con detenimiento nunca se había fijado en una mujer occidental y mucho menos hispana * ¿Señor Assim? — pregunté mirándolo a los ojos parecía que se había perdido — ¿Se encuentra bien? Eso creo — dijo mirándome mientras movía la cabeza de un lado a otro— me siento muy cansado han sido varias horas de viaje y lo que más deseo es llegar a mi casa — recargo su cabeza en el respaldo— si te parece bien podremos irnos juntos a Marruecos me gustaría mostrarte un lugar que sé que te gustará Lo miré un tanto extrañada, ya que ningún extraño te ofrece algo si no está interesado en algo tuyo, seguro son ideas mías y él solo está siendo amable Le agradezco mucho, pero no estoy de viaje por vacaciones — dije mirándole segura de mí — por ahora me interesa llegar a descansar pues ya lo dijo usted es un viaje muy largo y solo deseo descansar Claro — dijo sonriendo mientras se acercaba a mí — pero no me digas señor, solo Assim no estoy tan grande como crees tan solo tengo 30 y tu seguro tienes 23 años no es tanta la diferencia ¿Cómo sabe mi edad? — pregunté mientras tenía una mano en la puerta estaba preparada para saltar si era necesario Bueno digamos que — se acercó a mi rostro— tu lindo rostro no es el de una mujer de más de veinticinco años, eres joven y sumamente hermosa Gracias — dije sintiendo el corazón salirme del pecho — es agradable que un desconocido me vea bonita — acomode un mechón de mi cabello nerviosamente detrás de mi oreja Ya no soy un desconocido más, de ahora en adelante quiero ser algo más que eso Lo dudo mucho — dije alejando mi rostro de su cercanía — solo amigos, Assim El castaño sonrío haciendo una mueca de lado Hemos llegado — aviso el chófer — ¿Le ayudo con sus maletas Señorita? Gracias por su ofrecimiento, yo puedo sola no son tantas cosas — dije mientras abría la puerta del Mercedes para quedar estupefacta ante la gran casa Wow — dije mirando el acabado minimalista y sumamente lujoso de la parte externa — que hermosa casa Es mi casa de verano, tengo más casas en todo el mundo — contestó el árabe notándose cierta pretensión en sus palabras — eres bienvenida cuando gustes Gracias — contesté caminando hacia la entrada para detenerme y girar estando a punto de abrir la puerta — No eres ningún mafioso ¿Verdad? Assim camino hacia mí, su paso era veloz y desafiante y al llegar a mi bajo su mirada para mirarme de nuevo Tal vez — sonrío mirando como me tenía a su lado pues seguro noto que temblé y a juzgar por mi expresión de miedo buscando una salida puso ambas manos a los lados de mí para evitar que saliera corriendo Tawaqaf hunak firisti alsaghira (Alto ahí, mi pequeña presa) —bajo sus labios quedando cerca de los míos cerré los ojos esperando me besara — No soy un mafioso, soy multimillonario — se alejó de mí para abrir la puerta — adelante Abrí los ojos sintiendo una terrible decepción dejé caer mis hombros y entre al Penthouse que a mí parecer es una mansión Tu habitación será esta — abrió una puerta y al entrar la habitación era dos veces más grande que mi habitación en México, sábanas blancas y cortinas adornadas de ornamentos dorados resaltaban Gracias por traerme — roce su mano haciendo que él la volviera a tomar y besarla El placer es mío, descansa — salió cerrando la habitación Fui a la cama y me dejé caer en el sueño más profundo, estaba cansada del viaje y quizá de todo A la mañana siguiente Buenos días — dijo una mujer de mediana edad abriendo las cortinas haciendo que el sol entrara directo en mi rostro Buenos días — contesté sentándome en la cama — me llamo Estefanía Un placer conocer la señorita, tomé un baño que el joven la espera en el comedor Entre al baño y casi me caigo de la impresión, piso de mármol, paredes de granito fino y una bella tina banca Esto es increíble — dije tapando mi boca de la emoción — juro que lo voy a disfrutar Quité mi ropa y me fui directo a dar un baño al salir busque un vestido simple de algodón con estampados en colores y unas sandalias peine mi cabello y puse algo de maquillaje, no tanto pues el clima aquí en España es distinto Buenos días — dije llegando al comedor — lamento llegar tarde ¿Lograste descansar? — preguntó dejando su jugo sobre la mesa de caoba Descanse de maravilla, caí rendida — contesté mirándolo para después mirar mi plato, había de todo en esa mesa — es demasiado para comer No te preocupes, quedará mucha comida la cual será llevada a los sirvientes y posteriormente a la gente menos favorecida de Madrid — dijo sin parar de comer Yo empecé a comer algunas cosas, la verdad estando tan emocionada no podía comer más He terminado — dije dejando el plato— gracias por dejarme descansar en tu casa — me puse de pie — buscaré dónde quedarme No es necesario — dijo Assim poniéndose de pie y caminando a mi— a mí no me molesta tenerte aquí Le pido que no insista — dije mirándole — quiero conocer Madrid por mi misma Me di la media vuelta cuando esté hombre se me acercó y me tomo del brazo haciendo que girará quedando a centímetros de sus labios Insisto que usted debe estar bajo mi cuidado, la llevaré a conocer cuanto quiera en esta ciudad — su aliento había inundado mis rosas nasales Que hombre — pensé Ante su insistencia no pude evitar asentir con la cabeza no había problema en quedarme más tiempo aquí, es un hombre agradable y algo me dice que no corro peligro a su lado ** Estábamos fuera de la plaza mayor Este lugar — dijo hablando mientras miraba el adoquín — estaba situado fuera de una villa medieval, aquí en antaño se llevaban a cabo ejecuciones se llamaba Plaza del arrabal …— interrumpí su plática Arrabal por qué seguramente aquí concurría mucha gente por lo general pobre o plebeya — camine un poco sintiendo los rayos del sol en mi rostro Eres una mujer muy inteligente, y eso está bien aún sabiendo mucho de ti siento que — tomo mi mano haciendo que yo sintiera una pequeña descarga eléctrica Por ahora síganos nuestro andar, señor — me aleje lo más que pude de el mirando las inscripciones que había de la plaza Te llevaré a otro lugar, como sabrás aquí en antaño fue conquistado por árabes en la edad media y quiero que conozcas parte de ello Claro — dije emocionada — me gustaría conocer que más existe aquí que sea árabe Llegamos a una enorme basílica que a mí parecer no se parecía en nada a las iglesias de mi país, está era de un estilo diferente ¿Qué es aquí? — pregunté mirando el campanario de ambas torres cuya cúpula estaba de azul y en la cima coronaba la cruz cristiana Aquí yace la última muralla árabe — dijo con nostalgia señalando frente a la catedral una muralla en pedazos o bueno lo que quedaba de ella — dentro de la basílica encontrarás una cripta neorrománico de la cual no se sabe su procedencia Se escucha interesante — dije tapando mi vista del sol— me gustaría gozar de la sombra de un edificio — dije sintiendo como las fuerzas me dejaban de a poco sentía desfallecer, me gire para verlo y fue ahí cuando todo se tornó negro Abrí los ojos, aún me sentía mareada ¿Cómo te encuentras? — dijo el árabe mirándome preocupado mientras tocaba mi frente con su palma Imagino que es golpe de calor — dije sentándome — ya me siento un poco mejor El clima en Marruecos no es nada amistoso y ya ni hablar de Abu Dabi — dijo mirándome preocupado— supongo que sí no te acostumbras tendrás que volver a tu país ¿Qué?, no, no — me puse de pie sintiendo un mareo terrible y así caí en sus brazos Assim hizo de lado mi cabello para mirarme con esos ojos ámbares, acercó mi mentón a su rostro No puedo seguir así — dijo ¿Así cómo? — pregunté desviando la mirada estaba muy nerviosa Sin probar tus labios — sin más se acercó a mí para darme un beso el cual sin duda respondí llevando mis manos detrás de su cuello
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD