Lo siento — dije separándome de él para después ponerme de pie — no me gustaría que pensarás que soy una mujer que se besa con cualquiera No podría pensar eso, porque yo fui el que te lo pidió — sonrío de lado— ahora sé que tus labios son como una suave flor que podría besar todo el tiempo Es muy pronto para que puedas decir eso — conteste— solo tengo dos días de conocerte Estaba nerviosa ante sus palabras, sentía unas pequeñas cosas en mi estómago ¿mariposas? Sigamos nuestro camino, deseo llevarte a conocer algo de gastronomía madrileña — tomo mi mano Llegamos a un pequeño restaurante a las afueras de Madrid, los meseros nos atendían como si fuéramos clientes frecuentes Eres cliente frecuente — dije mirando como nos traían lo pedido — este pescado se ve delicioso — dije probando un

