Antioquia, Colombia
Eran las dos de la tarde, el calor era apremiante pero la labor en el cultivo no se detenía. Al calor de los rayos del sol se encontraba enfundada en una camisa y pantalones amplios y una gorra para aplacar el calor Alba, una de las tantas empleadas a cargo de la cosecha de la plantación de café y banano.
Desde niña había soñado con ser maestra del colegio donde había estudiado en Antioquia pero el destino truncó sus planes cuando se vio obligada a trabajar en la plantación de banano y café para poder subsistir. De estatura mediana y buena figura, Alba no era dueña de una belleza descomunal pero su sonrisa perfecta, su cabello castaño oscuro lacio y ojos color miel la hacían más atractiva.
Hace cinco meses había conocido a Eric, un jóven alto, de tez blanca cuyos ojos azul cielo que combinaban con el tono castaño claro de su cabello corto y lacio.
De carácter afable siempre dispuesto a ayudar a los demás, Eric había decidido forjar un futuro y sabía que en el país no tendría muchas posibilidades.
Meses después de haberse recibido de ingeniero agrónomo decidió irse a España en busca de una oportunidad para progresar.
Alba lo vio aquel día en que Eric fue a visitar la zona de cultivo para un trabajo de investigación que debía realizar como parte de su formación académica y no pudo evitar sentir una atracción hacia su persona, él fue amable y respetuoso con su trabajo. Luego de aquel encuentro se sucedieron otros encuentros más hasta que ella quedó embarazada. Decidieron casarse de inmediato y convivieron en una casa simple.
Cuando Miguel, el hijo de ambos cumplió tres años, Eric decidió probar suerte en España con la promesa que en cuanto pudiera establecerse volvería a buscarlos para poder vivir todos juntos en un lugar mejor y Alba podría estudiar para cumplir su sueño como maestra de escuela.
Entonces Alba se instaló en casa de su madre Elvira, una mujer bondadosa de carácter pacífico que había estado casada hasta que su esposo murió de un cáncer de pulmón. Entonces Elvira tuvo que hacerse cargo de su hija Alba de 19 años. Un buen día conoció a Ricardo, uno de los capataces del cultivo y pidió que empleara a Alba. Él aceptó sin problemas el pedido de su mujer. Al principio la relación entre Alba y Ricardo era cordial, ella lo aceptaba como pareja de su madre. Él también la trataba con respeto cuando estaba frente a su mujer pero cuando se encontraba en el trabajo o estaban solos en la casa, Ricardo le hacía insinuaciones que no pasaban desapercibidas para Alba quien no permitía abusos de ninguna índole y sabía defenderse ante cualquier provocación.
Sin embargo, cuando Alba retornó a la casa de su madre, Ricardo le hacía cualquier escena de celos porque envidiaba la relación que ella tenía con su hijo. Si tan solo Alba pudiera ser así de cariñosa con él pero no había caso, ella solo le dirigía la palabra lo justo y necesario, esto era cuando llegaba al cultivo y al despedirse. Ella no estaba de acuerdo con la unión de su madre con Ricardo porque sentía que no estaba respetando la memoria de su padre.
Ricardo trabajaba como uno de los capataces del cultivo pero derrochado su dinero en tragos y apenas le alcanzaba para aportar para los gastos de un departamento. Siempre había vivido co. Una tía suya quien cansada de ver a su sobrino malgastar el dinero en mujeres, jugo y tragos, decidió echarlo de su casa.
Entonces un día apareció Elvira en su vida un día en que ella fue al mercado a comprar bananas y justamente él había ido a supervisar el cargamento de vananas al mercado. La vio y supo que tendría la oportunidad de conseguir un lugar donde vivir y así fue como gracias a su facilidad de palabra y persuasión consiguió conquistarla aprovechándose de su soledad.
La relación de Ricardo y Elvira había comenzado cuando ella tenía quince años y veía en Ricardo a una persona que venía a aprovecharse de su madre. Elvira había enviudado hacia tan solo siete meses y aún sentía la ausencia de su padre como si su muerte hubiese ocurrido hacía tan solo unos horas.
Con el tiempo se acostumbró a su presencia pero jamás logró tener una buena relación ya que ambos poseían carácter fuerte y no compartían las mismas ideas, es por eso que muchas veces discutían y a veces ella dejaba que Rocardo ganará la discusión para no generar más conflictos con su madre.
Ricardo nunca había logrado ser padre y Elvira ya era mayor. Su idea era tenerlo con Alba y que su madre de ésta lo críe haciéndolo pasar como hijo suyo.
Cuando Elvira le presentó a su hija y pidió que la aceptara para trabajar en el cultivo él aceptó encantado de tenerla cerca y poder aprovecharse de su inocencia para llevar a cabo su plan pero debía ser muy cuidadoso.
Sus planes se vinieron abajo cuando Alba regresó a la casa de su madre con su hijo Andrés, no pudo soportar semejante traición y decidió vengarse.
Laura y Albeiro eran una pareja que no podían tener hijos y hacua tiempo habían intentado todo tipo de tratamientos para lograrlo entonces Albeiro consultó con su amigo Ricardo si conocían alguna pareja que diera en adopción a un niño a cambio de dinero. Entonces Ricardo recordó al niño de Alba pero tenía que planear como haría para conseguir al niño a cambio de dinero. Entonces recordó a Manuela, una mujer alta elegante y manipuladora quien además de tener un salón de belleza pequeño en Bogotá aunque este trabajo solo servia de fachada para ocultar su verdadera ocupación, también trabajaba para una red de tráfico de personas. Su trabajo consistía en reclutar jovencitas deseosas de cambiar su vida.
Bajo la promesa de conseguir fama y fortuna en Europa, Manuela reclutada cada mes varias chicas quienes convencidas de lograr su sueño de convertirse en modelos se dejaban llevar por el espejismo que en realidad sería una trampa difícil de liberarse y de lograrlo, pagarían con su propia vida o la de sus familiares.
Primero se contactó con Manuela, ella estuvo de acuerdo en reclutar a Alba en cuanto vio una foto que Ricardo había logrado robar de su cartera cuando Alba estaba distraída. Después hizo lo propio con Albeiro y su mujer, ellos quedaron encantados con la foto del niño de Alba.
Al fin su sueño de ser padres se había vuelto realidad.
Ricardo estaba contento ya que iba a conseguir dinero por la venta del niño.
Al día siguiente Ricardo le comento a Alba que había pensado que tanto ella como su hijo no podían vivir lejos de Eric, marido de Alba y padre de Andre's, entonces le comentó sobre la oportunidad que una amiga de él trabajaba para una agencia de modelos y podía llevarla a trabajar a España.
En cuanto escuchó la última palabra, Alba aceptó sin problemas pero se detuvo un momento.
-Pero no puedo irme a España y dejar a mi hijo solo -reflexionó ella comenzando a dudar de su decisión tan reciente.
-El niño quedará con nosotros, lo cuidaremos muy bien. No debes preocuparte por nada. -aseguró él.
-Esta bien pero necesitaré escucharlo así que quisiera llamarlo de vez en cuando -pidió Alba a Ricardo.
-Por supuesto que podrás hablar con él cuando quieras Alba, no quisiera que estés lejos de tu hijo pero debes pensar en tu futuro en España y en todas las cosas que podrás darle a tu hijo que aquí no puedes. Además está tu esposo dijo Ricardo.
Alba aceptó la propuesta de irse a España, después de todo volvería a encontrarse con su marido.
Lo extrañaba demasiado y no veía la hora de encontrarse los tres como una verdadera familia.