Capítulo 67. Bajo el peso de la verdad. Nada se oculta para siempre. El silencio que siguió a sus palabras fue tan denso que Paulina sintió que podía tocarlo. El rostro de Sebastián permaneció inmóvil, como si no hubiera entendido… o como si estuviera procesando aquella frase una y otra vez. “Estoy embarazada” -- ¿Qué… qué dijiste? – le preguntó al fin, con un hilo de voz que parecía contenerlo todo... incredulidad, esperanza, ilusión y un miedo que él no recordaba haber sentido nunca, ni siquiera cuando estaba luchando en un campo de batalla. Paulina tragó saliva. No apartó la vista de sus ojos. -- Que estoy embarazada -- Sebastián dejó caer la nota de Antonio sobre la alfombra, como si de repente pesara demasiado para sus manos. Las palabras de Paulina habían conseguido acelerarle

