Capítulo 63. Nunca se dará por vencido.
Antonio pensó que no lo había visto. Pero cuando la puerta de la suite se volvió a abrir y Sebastian apareció en ella, sus miradas se encontraron por un segundo, y el ambiente se tensó como una cuerda estirada al límite.
-- ¿Qué demonios haces aquí? – le preguntó Sebastián, con la voz grave pero controlada.
Antonio no respondió. Dio un paso al frente, y Sebastián salió al pasillo, cerrando la puerta detrás de él con suavidad para que Paulina no se despertara. El silencio entre ambos se volvió espeso.
No hubo insultos ni empujones. Los dos sabían que un escándalo en ese lugar solo podría llamar la atención de la seguridad en segundos. Sebastián señaló el ascensor con un movimiento seco de cabeza y Antonio lo siguió.
El viaje hacia el lobby fue i
