Capítulo 24. Un escape lleno de gloria y pasión. La limusina no tomó la ruta conocida hacia el departamento de Paulina. Ni hacia ningún lugar que ella pudiera anticipar. Mientras su mirada se perdía por la ventanilla, notó que el auto aceleraba en dirección opuesta. Levantó una ceja, intrigada. -- ¿Diana? ¿Katia? ¿Vamos a dar una vuelta turística o me están secuestrando con estilo? -- les preguntó con ironía, pero sin perder la sonrisa de triunfo con la que salió de la iglesia. Las dos se miraron, conteniendo la risa. -- Lo que pasa es que teníamos una sorpresa para ti, te lo dijimos esta mañana -- ella asintió claro que lo recordaba, era de las pocas cosas que quería recordar. -- Querida novia abandonada pero triunfante -- le dijo Katia desde el asiento trasero. -- No eres una novia

