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La Novia del Dios del Mar

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intro-logo
Blurb

Nyra Phoenix princesa del norte siempre ha sentido una extraña fijación por el mar, sin embargo, sus padres le han evitado toda su vida visitar aquel lugar, obsesionados con proteger a su hija, los reyes han de prohibir que el agua se apodere de ella pues el malcriado Dios del Mar la reclamo como novia antes de su nacimiento, con el temor de que sea robada han recluido a su única hija dentro de las murallas de su reino, no obstante nada de esto podrá detener la determinación de un caprichoso Dios.

“—, mi marca vivirá en ella por siempre, abandonare incluso mi dominio para ir a su encuentro si la intentan detener de venir por su cuenta.”

Continuación de “La Maldición de la Flor de Hielo”

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Buscamos jugar segun las reglas, pero nos dimos cuenta que eso es para tontos
El cielo reclamaba lo suyo, gritaba y esos gritos eran expuestos en fuertes truenos que resonaban en todos los reinos, la balanza se había roto, la sangre derramada y una poderosa declaración de guerra había iniciado todo el conflicto, la rueda no giraba más, en el fondo se escuchaba el llanto de un padre y una risa desde la punta de la montaña, aun así…ellos jamás soltaron sus manos. ¿Cómo habíamos llegado a esto?   VARIOS AÑOS ATRAS   La dulce princesa Nyra ordeno llevar dentro al pobre hombre que se había desmayado ante la perdida de sangre, la alarma fue inmediatamente enviada a los reyes que fueron al encuentro con su hija que yacía de pie junto a la cama donde el hombre era revisado por unos sanadores, no les sorprendía la actitud caritativa de su adorada hija, era algo muy común en ella, había incluso días en que se la pasaba en la clínica del pueblo atendiendo enfermos o curando heridas. El alma de Keith cayo de golpe al suelo cuando vio al hombre postrado, en especial por el color de su cabello, instintivamente su mirada fue con su esposa que lo observo con la misma preocupación al tiempo en que su mano apretaba con fuerza la ajena ¿Qué podían hacer? No podían sacarlo sin una buena razón, su hija jamás lo permitiría, así que tenían que ser inteligentes, si tenían suerte tal vez todo eso se trataba de una gran coincidencia, aunque el cabello bicolor no era nada común, pocas criaturas lo poseían a esa magnitud, su primogénito apenas tenia un mechón blanco al frente, este ser en el lecho tenia varias hebras grises y blancas, no podía ser una simple curiosidad por mas que lo pensaran. —    ¿Qué fue lo que ocurrió, hija? — pregunto Keith acercándose por fin a su hija. —    Estaba con Jasmine en el jardín, después lo vimos salir del bosque, lo hirieron con una flecha en el abdomen — respondió mientras ponía un paño húmedo en la frente de él. —    Ya veo ¿Hay algún indicio que revele su origen? — se asomaba buscando una señal de que fuera el Dios. —    Solo el collar con la perla en su cuello, asumo que viene de las costas, tal vez era un viajero y fue asaltado, últimamente los bosques han sido asediados por bandidos — explicaba Nyra—, voy a cuidar de él, en cuanto despierte podremos preguntar sobre su origen. —    Deberíamos mandarlo a la clínica del pueblo — ofreció Elarimil—, ahí lo atenderían bien. —    No, madre — renegó ella de inmediato—, lo cuidare yo misma, esta malherido, el viaje podría lastimarlo más — observo a sus padres con preocupación. —    Mi cielo, ya tienes muchas ocupaciones — Keith trataba de hacerla cambiar de opinión —    Insisto, padre, no pasara nada si dejo mis actividades unos días.   La pareja se veía claramente derrotada, cuando una idea de encarnaba en su hija era completamente imposible sacarla de ahí, no tendrían más opción que aceptar sus términos, aunque eso no impedía que tuvieran los ojos encima de ese sujeto, no podían simplemente hacer ojos ciegos ante la posibilidad de que pudiera ser el Dios, años atrás antes del nacimiento de la princesa los había amenazado y esas amenazas se extendieron a los sueños de los monarcas que no paraban de recibir la misma advertencia. —    Esta bien, hija, no llegues tarde a la cena — pidieron. —    Claro que sí, padre, por cierto ¿Puedo pedirte algo? — el lobo afirmo —, no hagas que Einar se siente con esa hada, no quiero que se sienta incomodo. —    No te preocupes, cariño — aseguro Keith—, lo pondré al otro extremo contigo y tus hermanos. —    Gracias padre.   La pareja se retiro y una vez salieron de la habitación se detuvieron a mitad del pasillo para observarse primero en silencio, sus ojos reflejaban ese temor que los había dominado por tantos años, la primera en hablar fue Elarimil. —    Cumplió su palabra — aseguro. —    No sabemos si es él, tal vez solo sea parecido — quiso creer—, lo tendré vigilado, no te preocupes, mi amor, no dejare que se lleve a nuestra hija. —    Sabíamos que iba a pasar tarde o temprano — sus manos sujetaron las de su esposo—, los Dioses no son las mejores criaturas, he leído tanto relatos sobre lo que pueden hacer. —    Y por eso mismo no vamos a permitir que se lleve a Nyra, te lo prometo. —    Ten vigilado a Einar también — pidió. —    Si, lo haré, iré a buscarlo al campo, debe estar entrenando como loco.   Dentro de la habitación, la princesa se quedo a solas con el herido que seguía dormido, los sanadores le dejaron los ungüentos para la herida y mientras el otro despertaba, se dedico a cuidar de su temperatura así como a cubrirlo bien con las mantas, al terminar se acerco para sentarse a su lado observando a detalle la perla que adornaba su cuello, era bastante curiosa, solo tenia una perla pero brillaba de manera no usual, acerco sus dedos a la misma cuando fue descubierta por un par de ojos azules que la observaban en silencio. —    Lo siento no quise despertarte — se excusó apartando la mano. —    ¿Dónde estoy? — pregunto el hombre —    En el palacio de los Phoenix, cruzaste a mi jardín y te rescate ¿Lo recuerdas? — contaba sin quitarle los ojos de encima—, debes estar muy débil aún, te daré algo para el dolor, debe dolerte mucho. —    Si, duele — respondió él—, te debo mi vida. —    No, claro que no, los Dioses te enviaron conmigo para curarte, a ellos debes tu vida— al mencionar eso, el desconocido casi pareció sonreír— ¿Cuál es tu nombre? —    Zehres — respondió él — ¿El tuyo? — al notar la corona en su cabeza fue que cambio de inmediato el orden de sus palabras—, perdóneme, no note que es usted de la familia real, perdone mi atrevimiento al hablarle, princesa. —    No te preocupes, puedes hablarme de manera mas casual — ella le regalo una sonrisa que fascino al hombre—, soy Nyra Phoenix, disculpa mi atrevimiento pero ¿Vienes de la costa? Lo pregunto por la perla en tu cuello. —    Si…Sí, su majestad — toco la perla y luego se quito el collar con dificultad—, acéptelo como una muestra de mi gratitud, lo suplico. —    Pero, es tuya — a pesar de sus palabras tomo la perla—, es tan hermosa — declaro. —    Yo mismo hice el collar, encontré la perla hace unos años, yo creo que es de buena suerte, aunque claramente a mi no me dio buena suerte — bromeo—, estoy seguro de que a usted se la otorgara. —    Te prometo cuidarla bien — exclamo muy feliz, aunque después observo la hora —, debo retirarme por ahora, mi familia me espera, pediré que te traigan comida, debes alimentarte. —    No deseo comer por hoy, princesa, aun persiste el dolor, mañana seguramente me será más fácil. —    Bien, entonces descansa, vendré antes de irme a mi habitación, si deseas cualquier cosa no dudes en pedirla, un guardia se quedará afuera — se puso en pie para colocarse el collar—, descansa, nos veremos en un rato. —    Que tenga una agradable cena, princesa, muchas gracias por salvarme, estaré en deuda con usted eternamente.   La chica no pudo evitar sonrojarse un poco por las palabras tan dulces del hombre, luego se retiró de la habitación dejándolo solo, una vez fuera, aquel misterioso sujeto se puso de pie para caminar al espejo, observo su apariencia y emitió una risa baja. —    Debí ser actor de teatro, se me da muy bien esto — se dijo a si mismo para luego mirar a la ventana—, bueno, antes que cualquier cosa debo hacer una pequeña visita. Salió por la ventana, los Dioses podían dejarse ver o no si así lo deseaban así que cruzar por los balcones era algo fácil, nadie lo pudo ver, no hasta que entro a los aposentos de los monarcas que se encontraban casi por salir, mas se detuvieron al percatarse de la presencia en el marco de la puerta al balcón. —    Mis queridos suegros — dijo el Dios cruzado de brazos y esbozando una burlona sonrisa. —    ¡Tú! — Keith casi se le lanzo, pero fue parado por su esposa— sabia que eras tú, Dios tramposo. —    Deberías ser mas gentil conmigo, soy un pobre hombre herido — se toco aquella herida falsa aguantando la risa—, les advertí muchas veces y no quisieron escucharme, no me dejaron otra opción. —    No vamos a permitir que dañes a nuestra hija — advirtió Elarimil. —    Jamás me atrevería a dañarla, pero a ustedes no lo aseguraría — alzo los hombros con desinterés—, deberían dejar su agresividad por un momento, vengo con toda la intención de negociar con ustedes. —    Cualquier palabra que salga de tu boca será una mentira — Keith estaba cada vez más impaciente por atacarlo. —    Me encanta tu osadía para retarme, debo confesar — se condujo a uno de los sofás tomando asiento ya en su verdadera forma—, por favor, tomen asiento, insisto.   No muy convencidos, los padres de Nyra se sentaron de frente al Dios, el hombre cruzo sus piernas observándolos un momento en silencio, la sonrisa no abandonaba sus labios y los brillantes ojos estudiaban cada movimiento que la pareja pudiera hacer, claramente estaba adentrándose en sus mas profundos pensamientos, pero toda la escena no hacía nada más que provocarle diversión. —    Para que vean que soy un Dios bueno y sumamente agradable, voy a permanecer aquí un tiempo — el lobo estuvo a punto de argumentar en contra, pero el Dios le gano—, quiero que Nyra se enamore sinceramente de mi — eso los hizo sorprenderse—, aunque no crean en mí, no está en mis planes herirla o causarle el daño que otros Dioses han provocado en mujeres, quiero poseer su amor, no voy a mostrarle mi identidad real, prefiero ser amado como a otra criatura, si en el lapso de una luna ella no se enamora de mí, les prometo que me desistiré de mis deseos dejando a esta familia en paz. —    ¿Cómo sabemos que no mientes? —    Ten — hizo aparecer en sus manos una brillante daga de hoja oscura—, si miento podrás matarme con esto, es una daga hecha con las lagrimas de la Diosa Luna, su poder es capaz de asesinar a un Dios, si yo miento, te dejare clavarla en mi pecho. —    No podemos confiar fácilmente en ti — aseguro la reina. —    Lo sé, por ello les he dado el arma para acabar conmigo si es que falto a mi palabra, ningún Dios se arriesgaría a tanto. —    Te mantendré vigilado — amenazo Keith. —    No esperaba menos. Se puso de pie para conducirse a la ventana de nuevo, aunque antes de salir se volvió nuevamente a la pareja que estaba sumida en sus pensamientos con la daga en sus manos, por un momento el Dios llego a pensar que iban a apuñalarlo ahí mismo, se arriesgó muchísimo con eso, por suerte no ocurrió, aunque no podía bajar la guardia para nada luego de entregar la valiosa arma. —    No se atrevan a quitarle la perla que le he regalado, la protegerá, su hija es una joya valiosa para mas de uno — sus palabras inquietaron a la pareja—, aunque ella aun no lo sepa. Con aquello finalizo saliendo por la ventana, la pareja no se dijo nada, quisieron no pensar demasiado y confiar un poco en lo que el otro les acababa de decir y justo como fue, al llegar al gran comedor notaron la perla que adornaba el cuello de su hija que se encontraba felizmente charlando con sus hermanos y sus primos, todos se pusieron de pie al ingresar los monarcas. —    Pueden tomar asiento — les dijo Elarimil—, esperamos que disfruten de la cena, fue preparada especialmente para todos ustedes — sonrió a los presentes. —    Me gustaría solicitar una audiencia privada con su majestad el príncipe Einar después de la cena— pidió la princesa Carlin, el mencionado en vez de observar a la mujer que le sonreía prefirió mirar a sus padres. —    Por supuesto — contesto Keith—, mi hijo estará más que honrado. —    Joder…—murmuro Einar rodando los ojos tomando asiento después—, si, si que mas da — respondió a la princesa.   La reina Aredhel no se sintió feliz con la respuesta que le dio Einar a su hija, no esperaba ese tipo de comportamiento de parte de quien seria su futuro yerno, conocía bien los gustos del príncipe y había moldeado a su hija para que representara todo aquello, mas no estaba funcionando, era bien sabido que al futuro rey le gustaba la compañía de las damas de la nobleza, lo que desconocía era que a él no le gustaba ninguna especie de compromiso y que había rechazado múltiples ofertas de matrimonio, aunque esta parecía ser una de la que le costaría huir, su enojo se vio multiplicado cuando observo como los ojos del varón siguieron el movimiento de una de sus hadas, una que mantenía su rostro oculto la mayor parte del tiempo bajo sus rizos dorados, chasqueo la lengua, tendría que ocuparse de ese problema mas tarde. —    Escuche que uno de los pasatiempos de su majestad son los combates a caballo — Aredhel inicio una conversación con Einar— ¿Es bueno en ello? —    Soy tolerable, el bueno es Aelon — señalo con la cabeza a su hermano que estaba junto a su hermana—, últimamente prefiero pasar mi tiempo en otras actividades. —    ¿Cómo cuáles? — insistió la dragona. —    La invocación, el tío Hydra me ha enseñado bien — clavo sus ojos en la dragona—, también es un gran pasatiempo visitar la calle de las mariposas, son tan…hábiles —dicho comentario molesto tanto a la mujer como a la hija de la misma. —    No esperaba tal respuesta, príncipe — dijo entre dientes, Aredhel. —    Soy sincero — llevo sus ojos entonces a su prometida—, si deseas una noche satisfactoria, puedes acompañarme — dicho esto bebió de golpe el contenido de su copa de vino. —    Mi hermano es muy gracioso ¿No lo creen? — argumento de inmediato, Aelon—, siempre bromeando. —    Sin duda — contesto la princesa Carlin— —    El tío Hydra me instruyo bien — continuo Einar—, es todo un sabio en el campo. —    Princesa Nyra — Aredhel prefirió cortar con aquella conversación— ¿Ya tiene algún prospecto de matrimonio? —    No, aun no, prefiero esperar un poco mas antes de comenzar a buscar un buen prospecto — respondió ella con amabilidad— ¿Tiene usted hijo varones? —    Si, son resultado de mi primer matrimonio, espero tenga el placer de conocerlos pronto, ellos habitan en las altas montañas de nieve. —    Oh si, madre nos hablo de ellos — observo a sus hermanos—, las flores de hielo ¿No es así? —    Exactamente, algunas veces bajan de su gélido hogar, pretenden asistir a la boda de su hermana. Al mencionar el matrimonio como un hecho, el príncipe Einar se echo a reír antes de pedir mas vino, estaba bebiendo más rápido de lo que comía, algo que alerto tanto a sus hermanos como a sus padres, cuando el joven se sentía molesto solía beber con mucha rapidez, en el ultimo año la bebida se había vuelto también una de sus actividades favoritas, pero aquello lo convertía en un hombre imprudente la mayoría de veces, así que Nyra puso la mano en el hombro de su hermano acercándose a su oído.   —    Bebe mas despacio — le susurro—, toma esto, te hará sentirte mal y te salvará de la cita con ella. Fue entonces que paso su mano del hombro a debajo de la mesa para pasarle un pequeño dulce hechizado a su hermano que le agradeció con la mirada a la peliblanca, así como con una tenue caricia en la mano de su hermana, después comió de forma discreta aquel dulce encantado, Nyra le dio una mirada a su tío Dorian que aguantaba la risa lo mejor que podía al igual que su prima Jasmine. —    ¿Cuándo llegara el abuelo Isaak? — pregunto Nyra para distraer a todos mientras su hermano comía el dulce. —    Me parece que llegaran mañana por la tarde — contesto Elarimil—, recibimos un cuervo que decía que se vieron retrasados por las tormentas. —    Ha estado lloviendo mucho — confirmo Dorian—, beneficiara los cultivos, pero podría causar algún derrumbe. —    Mañana mismo iremos a inspeccionar las zonas vulnerables — aseguro Keith a su cuñado—, servirá que nuestros nuevos guardias aprendan a hacer las rondas — dijo hacia su hijo Aelon y sus sobrinos mayores. —    Me parece perfecto.   No tardo mucho en hacer efecto aquel hechizo en el cuerpo de Einar, que empezó a toser y a verse pálido, sus padres alertados pidieron que lo llevaran de vuelta a sus aposentos para que un sanador lo revisara, así fue hecho lo que provocó la decepción de la princesa Carlin que se levanto cuando los guardias se llevaron a su prometido. —    Iré a cuidar de él — estuvo a punto de retirarse cuando Nyra le gano. —    Oh no, no se preocupe princesa, yo me hare cargo de mi hermano mayor, le avisare sobre su estado, quédese tranquila. —    Pero soy su prometida… —    Y yo su hermana, ya tendrá tiempo de poder visitarlo. Tal momento incomodo a los presentes, pero Dorian no pudo mas y dejo salir un poco de su risa, estaba demasiado entretenido por el acontecimiento que recibió una patada de parte de su hermana que se encontraba a su lado lo que lo hizo callar de inmediato, Aredhel por su parte no fue capaz de ocultar bien su molestia, termino retirándose de la cena, lo que alerto al esposo de la dragona que fue tras ella. —    Amo estas cenas — declaro Dorian mirando a su hermana. —    Siempre es un placer cenar en familia — lo acompaño Keith. —    ¿No es hermoso el amor joven? — pregunto con burla Noah.   Los adultos prefirieron hablar entre si como en años anteriores, la princesa fue con su hermano que estaba en cama sufriendo por el efecto del dulce, entonces fue que ella le acerco un frasquito con un liquido azul en su interior. —    Ten es el antídoto — el príncipe lo tomo de inmediato—, no puedo hechizarte en cada cena, así que empieza a ser más inteligente. —    Pero no quiero hablar con ella, no me gusta, siento que es un intento desesperado por englobar mis gustos y es desagradable. —    No podemos hacer enojar a las hadas, nuestros padres han esperado muchos años esa alianza. —    Aelon puede casarse con ella. —    Le faltan dos lunas para alcanzar la madurez — recordó a su hermano—, duerme, mañana buscaremos juntos una solución. —    Esta bien…traba mi puerta así no intenta entrar — pidió. —    No seas infantil.   Entre risas la chica se puso de pie para marcharse, al salir paso por la habitación del chico de la costa, solo entro un momento para verificar que dormía, sintiéndose calmada fue que se retiro a sus aposentos, ya era tarde y quería descansar.   Cuando sintió que la princesa se retiraba, el Dios se puso de pie para nuevamente abandonar su cómoda habitación, cruzo por los enormes jardines hasta el bosque, cuando la lluvia toco su cuerpo fue que revelo su verdadera identidad. —    Ya para la lluvia — dijo estando bajo la penumbra de los arboles —    Me gusta que llueva — obtuvo como respuesta. —    Están preocupados por derrumbes, hazla detener al menos un rato — se cruzó de brazos. —    ¿Te preocupan? Que bello de tu parte.   De la copa de un árbol bajo una deidad, similar al Dios del Mar, pero con el cabello oscuro, portaba una gran corona hecha de oro simulando rayos, le cubría la mitad del rostro por lo que el color de sus ojos no era visible, tan solo sus labios podían verse formar una macabra sonrisa, su cuerpo se encontraba ataviado con una larga túnica negra que tan solo dejaba una parte de su pecho descubierto, mismo que estaba decorado con cadenas de oro iguales a las de Zehres. —    Cuéntame sobre ellos, hermano — pidió con su tenebrosa voz el Dios de las tormentas— ¿Cómo son? ¿Puedo jugar con ellos?   Una risa abandono sus labios mientras se acercaba a la otra deidad, la curiosidad recorría su persona, solo por esa razón había ayudado a Zehres a acercarse a ellos. 

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