Mafia Legacy: Peligroso Juego

Corro por las calles del Bronx escapando de unos hombres que lo único que quieren es ponerme las manos encima y claro está, que no es con buenas intenciones hacia mi pobre persona. Lo se, no debería de haberlos ofendido de la forma en que lo hice pero es que no me gustan las injusticias y menos, sobre personas que no tienen como defenderse y que no les queda más alternativa que aceptar lo que el resto diga sobre ellos o peor aún, que hagan lo que quieran con ellos. Pues, lastima por estos mafiosos de pacotilla, por que se metieron con la persona incorrecta. Yo no soy de quedarme callada y no hacer nada, así que los enfrente aunque sabía que podía salir perdiendo, los golpeé y arranque. Si, soy algo impulsiva y estúpida cuando menos debo de serlo pero lo hecho hecho esta y no hay nada que pueda hacer para cambiar mis acciones. Mi gran familia y por sobre todo mi gran apellido, no me sirve de nada en estos momentos, ya que si estos tipos logran atraparme, lo mas probable es que ocupen mi cuerpo a su antojo y luego me asesinen sin contemplaciones lanzándose al mar para que mi familia nunca pueda encontrar mi pobre cuerpo. De seguro mi padre baja a los mismos abismos de lucifer para darme una reprimenda si eso sucede. Pero lo mejor es no pensar en aquello, lo mejor que puedo hacer es seguir corriendo por mi vida hasta que sus garras estén muy lejos de mi. - ¡Con un carajo! - suelto al viento cuando veo hacia atrás y me fijo que estos malditos todavía me persiguen. Comienzo a zigzagear por algunas calles para ver si así los pierdo, pero no, no se rinden. - ¡Ven aquí maldita zorrą! - grita el idiota al que golpeé. - ¡Nunca tan loca animal! - le grito de regreso y no se si fue tan buena idea. Yo y mi bocota, no nos podemos quedar nunca calladas y es por eso mismo que siempre estamos en problemas. Ya mi padre lo decía desde que era una niña, que sería la más rebelde y la que más dolores de cabeza le daría en esta vida y pues...no estaba tan equivocado. Soy su hija, que espera después de todo? Soy una Roig, lo llevo en la sangre. - ¡Mierda! - grito cuando tropiezo con el cuerpo de una persona. No lo veo, giro mi cabeza hacia atrás para ver si todavía me persiguen y si, efectivamente lo hacen. ¿Qué no se rinden? ¿No se cansan de correr tras mío como perros bravos? Veo que gritan en mi dirección y empujan a las personas que se les cruzan por el camino. Yo abro los ojos como platos y me desesperado, intento zafarme del agarre del hombre con el que tropecé pero no lo consigo. - ¿Me puedes soltar por favor, necesito salir se aquí o soy mujer muerta? No por ellos, por mi padre lo más probable si se entera en que ando - suelto sin verlo todavía. - Veo que necesitas ayudas - dice con una voz que me provocó un escalofrío en todo el cuerpo. Me alejo un poco de él y levanto al fin mi rostro para ver al hombre que tengo enfrente mío y santa mierda, pero que guapo. Tiene una mirada hermosa, una sonrisa que ya me hizo caer en tentación y unos hermosos labios donde me gustaría perderme. Lamentablemente no lo puedo seguir detallando como quisiera, ya que un grito a mi espalda me alerta. - ¡Mierda! ¡Me tengo que ir, debo esconderme! - suelto a viva voz y el hermoso espécimen frunce el ceño, ve a mi espalda y al parecer, logra entender lo que esta pasando. - Ven conmigo, yo te ayudaré - sin dejarme responder, me toma de la mano y comienza a correr conmigo a cuestas. No me quejo, no digo nada y solo me dejo guiar por esta belleza de dios griego. Corremos por unos segundos, ingresamos por algunas calles para perdernos hasta que ingresamos en una enorme bodega. El desconocido cierra la puerta de acceso y ambos nos quedamos en silencio y atentos a si escuchamos algo desde afuera y Maldición, lo hacemos. - Sshh, haz silencio a menos que desees que nos encuentren - dice el dios griego y yo me convierto en muda al instante. Mi corazón late desesperado, no se si por el miedo a ser encontrada o por todo lo que he corrido los últimos minutos. Nos quedamos de esa manera por no se cuento tiempo, hasta que ambos creemos que ya no hay peligro alguno y ambos, soltamos el aire retenido y una sonora carcajada. Joder, por que siempre me debo de meter en problemas? Con razón mi padre tiene cero paciencia conmigo. Paso mis manos por mi rostro y me enfoco en lo que tengo enfrente, no se ve mucho, pareciera que estamos en una pequeña sala y como soy, extremadamente curioso, me pongo a caminar por el lugar para ver que más puedo encontrar. El desconocido no dice nada, solo me ve atentamente y me sigue con la mirada. De forma traviesa, veo una parte no muy lejos de mi y con la curiosidad que siempre me gana, voy hasta ella y la abro con cuidado y... - ¡Dios mío santísimo! ¿Qué es esto? - digo a viva voz admirando el hermoso departamento que se esconde en su interior. ¿Esto a estado aquí todo el tiempo? No es primera ves que estoy por estas calles y aunque siempre me pareció ver este edificio como uno abandonado, me doy cuenta que no es así, ya que esta maravilla se esconde tras una horrible fachada. - ¿Te gusta? - pregunta el desconocido y yo asiento fascinada. Feliz viviría en un lugar así, escondido del mundo, donde me perdería por horas en mis pensamientos, libre de todo lo que me rodea. - Si, es hermoso - digo sin dejar de observar el lugar. Tiene de todo, una enorme sala de estar, una cocina full equipada, un comedor, dormitorio principal, una biblioteca, zona de juegos con Xbox, PlayStation y Nintento en ella. También veo una guitarra y un piano. Joder, aquí hay de todo. - ¡Esto es increíble! - digo sonriendo como idiota hasta que caigo en cuenta de algo...- ¡Mierda! Estamos en propiedad privada, deberíamos salir de aquí antes de que el dueño se aparezca y llame a la policía - me giro en dirección al desconocido y lo veo cómodamente sentado en uno de los sillones del lugar. El me ve atento, me analiza con la mirada por breves segundos hasta que se pone de mi y se acerca a mi. - No lo hará, no es tan idiota para echar a la calle a una mujer tan hermosa como tu - suelta haciendo que me sonroje entera. - No digas es...un momento, tu eres el dueño? - mi mandíbula se va al piso ante tal descubrimiento. El asiente a mi pregunta y yo trago grueso. - Así es y no, no llamaré a la policía por que yo mismo te traje a este lugar - suelta con una sonrisa que me remueve todas las neuronas. - Hmmm - que le digo, me dejó idiotizada que no puedo formular palabra alguna - Un gusto, soy Will y este es mi hogar donde eres más que bienvenida - suelta ofreciendo si mano en mi dirección a modo de saludo y presentación. ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Y más mierda! Tranquilidad mujer, es un hombre más de todos los que has conocido. Si, es asquerosamente guapo, sexy, con una mirada que enamora y con una sonrisa que hace mojar mis bragas y volverme loca imaginando que podrían hacerme esos labios, brazos y piernas que se gasta. Pero no, no mujer, tranquiliza rus neuronas y hormonas, no estamos para cosas sexuales. Aclaro mi garganta y estiró mi mano tomando la suya y una corriente eléctrica me atraviesa haciéndome temblar de emoción. - Un gusto Will, soy Damaris - digo con una sonrisa tímida y me imagino, que hasta sonrojada estoy. - ¿Damaris? Sólo eso, sin apellido? - pregunta el divertido. - Si, solo Damaris - le digo ya más repuesta y el solo sonríe feliz. - Muy bien solo Damaris, un gusto en conocerte y espero que este encuentro fortuito entre nosotros no sea el último...- dice y yo lo interrumpo.. - Si no que el primero de muchos - completo su oración y Will sonríe haciendo que mi corazón suspiré por el. No se si nuestro encuentro será el destino o una simple casualidad pero cualquiera sea la razón, lo agradezco ya que tengo una extraña sensación, que que conocerlo es una de más mejores cosas que me ha pasado en mucho tiempo. Solo espero no arrepentirme, ya que mi sexto sentido me dice, que el será una persona muy importante en mi vida.