Capítulo 5

2202 Words
¿Me está jodiendo? Me están diciendo que este tipo no es solo el patrocinador que según Leila necesito, sino que es el prometido de esta hermosa chica. Tiene que ser una broma, sino hubiese sucedido "Eso", me importaría poco. Y joder, puedo sentir como me mira de vez en cuando y me incomoda porque esta mofándose de mi, el cabron quiere joderme. —Pero basta de hablar con nosotros, queremos hablar de ti, Kasper. Fiorella sonríe en mi dirección, ese tipo también pero es una sonrisa para nada agradable. —Como te he dicho antes, Kasper. Fausto tiene una política muy estricta con respecto a la imagen de la empresa y no podemos arriesgarnos a bajar nuestros estándares a causa de los rumores que te rodean. ¿Qué mierda? —Podemos asegurar que Kasper ha llegado hasta aquí por sus propios méritos, está dispuesto a correr en el momento que el señor Lazzarini esté dispuesto. —vuelvo a ver a Leila, joder con correr hoy. —Ese no es el único rumor que rodea a Kasper Allangerd. —dice el tipo con un acento italiano dominante. Me desagrada. —He escuchado que duermes con tus con tus patrocinadores e incluso las esposas de tus patrocinadores. Mierda. La forma en como lo dice solo puedo pensar en lo sucedido, joder, no puedo sacarme la escena en el auto de la cabeza y es porque estarle viendo me resulta incómodo. No creí encontrarme a este tipo otra vez y no quería volver a verlo, ha sido un error. Un error gravísimo. Y joder, si me he acostado con ellas pero son mujeres... me gustan las mujeres, lo de ayer fue obra de esa pastilla o lo que sea. Nada más. —Me gustan las mujeres. —aclaró apresurado. Lazzarini arquea una ceja, las dos mujeres se ríen y se que he hecho el tonto. Por supuesto que me gustan las mujeres. —Nadie ha puesto en contradictoria tu sexualidad, ¿o si? —pregunta, joder. Se esta mofando, lo sé. —Sin embargo, acostarte con tus patrocinadores me hace pensar que lo haces para conseguir lo que quieres, una remuneración quizás por tus servicios. ¿Está insinuando que duermo con ellas por dinero? —Soy el mejor en las pistas, señor Lazzarini, mi vida intimida es un asunto aparte del que usted no debe preocuparse. —el hombre niega con una sonrisa que no me agrada. —Te equivocas, Kasper, tu vida íntima me importa. —no entiendo lo que dice, puedo sentir como una de sus piernas golpea la mía por debajo de la mesa. —Invertiré en ti, soy el dueño de tu imagen y por supuesto, no planeo perder dinero siendo tu patrocinador. "Soy tu dueño" La frase se me viene a la cabeza recordando escucharlo ayer con gesto de autoridad que no me gusto para nada, ahora estoy sobrio y sé que esas palabritas tenían algún escondido, joder, he terminado en su cama... ¡Por qué se escucha tan raro! Puedo sentir su pierna seguir rozándome y por la mirada que está dándome, seria y un tanto despectiva no estoy seguro si él lo siente o es solo un accidente. Muevo la pierna alejándola, casi doblándola para evitar el contact. Maldición. La cabeza está comenzando a martillarme otra vez. —Hemos preparado un contrato para Kasper con cláusulas explícitas pero necesitamos que firmen este acuerdo de confidencialidad primero, no planeamos hacer públicas estas cláusulas por lo que todo quedará entre nosotros y el abogado de Lazzarini Motors. ¿Un acuerdo de confidencialidad? —Señor Lazzarini, Kasper está dispuesto a cumplir con cualquier cláusula que se dé durante la colaboración. Firmaremos de cualquier manera. —frunzo el ceño. ¿Solo así? Soy el mejor corredor y ahora tengo que hacer lo que este tipo pida porque es dueño de mi imagen, y una mierda con eso. Me muevo en la silla incomodo, me abstengo de hacer una muevo cuando una punzada en la polla me molesta. Todavía me duele y el culpable está frente a mi llamándome prostituto. —Me disculpan un momento, necesito ir al baño. —me excuso poniéndome de pie. Mi mirada se cruza con él quien solo siente, joder si no estoy pidiendo permiso solo quiero ir al puto sanitario porque me duele la polla y la cabeza. Este tipo es peor de lo que hubiese imaginado, no me agrada para nada y creo que siento un ápice de aberración por él. Que te den Fausto Lazzarini. Furioso entro a los baños esperando que este por lo menos no me haga perder la dignidad y suplicándole a mi dolorida polla que se mantenga en su lugar, menudos problemas lo que me ha traído, si alguna vez pense en quejarme de mi polla nunca crei que seria por dejarse excitar por otro tipo. —Has golpeado mi dignidad amigo. —vuelvo a verme furioso. Me quedo ahí por unos segundos tratando de concentrarme y entender lo que esta sucediendo. Los hechos Kasper, tienes que pensar en los hechos. Ayer bebiste, una chica te dio la viagra o lo que sea más poderosa, tropezaste con ese tipo y no sabias quien era, dijo que es tu dueño y de alguna manera terminaste con él dándote uno de los mejores handjobs... ¡No fue el mejor! ¡No lo fue! —Solo fue el momento... —¿Hablas sobre anoche? Regreso la mirada hasta atrás y ahí esta ese tipo, cruzado de brazos recostado sobre la puerta mirándome como si fuera el señor todopoderoso, lamentablemente ese traje no le hace nada el favor, se ve bien pero ese no es el punto. Me importa poco. Soy hombre y esas cosas a mi no me van, no importa lo sucedido, no se porque desperté en su cama y no quiero saberlo. Ayer no sucedido nada, lo he decidido. —No sucedió nada anoche, señor Lazzarini. Me muestro de lo mas natural y serio. No voy a inmutarme, soy hombre. —Puedes llamarte por mi nombre. —sonríe, tiene un tono de voz grave. —Es mi patrocinador, señor Lazzarini, tengo que respetarlo. —la ironía en mis palabras no parece agradarle. —¿Te encuentras bien? —no mueve ni un solo músculo, se queda ahí pegado a la puerta mirándome No le respondo, no pienso decirle que la cabeza esta matándome. Mi orgullo esta por herirse mas pero no soy un idiota para correr en este deplorable estado, la polla me duele y no pienso decírselo. —Escucha, ayer cometí un error y bebí mucho, el alcohol no es parte de mi vida cuanto tengo una carrera. Leila ha dicho que quieres verme correr hoy para saber si valgo la pena pero no creo que sea conveniente para mi hacerlo. ¿Podríamos hacerlo mañana? —pregunto. —¿Hacerlo mañana? —arquea una ceja. Mierda. —¡Correr! Me refiero a correr. —este tipo es un pervertido. —¿Estás cansado? No creo haber sido muy duro contigo, no hubieras podido levantarte de la cama de ser así. —mierda, que rayos esta diciendo. ¡Que demonios esta diciendo! Nada ha pasado, Kasper, no pierdas la calma porque es lo que este tipo quiere. Cálmate y piensa en llevar la conversación a lo que necesitas, salir de ahi. —No sé de que estas hablando, no recuerdo y es mejor que quede de esa manera. No sé que clase de pervertido eres pero me gustan las mujeres y creo que Fiorella ha dejado claro que es tu prometida. —no dice nada, se mantiene como una roca. —Ahora, ¿dejamos la carrera para mañana? Chasquea la lengua, finalmente se mueve de la posición en la que esta caminando hasta a mi. Maldigo. Si me muevo pensara que es capaz de perturbarme o ponerme nervioso y eso no es así. Este tipo, que es hombre, no tiene ningún tipo de efecto en mi. —¿Qué me darás a cambio? —esta ha solo unos centímetros de mi. —Tiene que valer la pena si quieres que Fiorella te deje ir despues de comer. —Joder, eres el jefe, firmare los putos papeles y ya. —Cuida esa boca, niño. ¡¿Niño?! ¡Me ha dicho niño! ¡Solo parece ser unos años mayor! ¿Qué edad tiene? No, ni siquiera me importa. —Dime, ¿qué me darás a cambio? —se acerca un poco más. ¡Nada! —¿Por qué tendría que darte algo a cambio? Joder. Aléjate, pervertido. —termino perdiendo el control y le empujo. Él me toma del brazo con fuerza por lo que le empujo, algo que no creí pudiera aguantar porque no suelta. Soy fuerte, pero este tipo sí parece el Hulk italiano. —Joder, suéltame. No soy gay, mierda, es asqueroso. —me suelto de el pero vuelve a sujetarme. Empujándome con fuerza hasta el lavamanos, y su otra mano me toca la polla por encima del pantalón. Me muerdo la lengua sintiendo un no muy placentero dolor... —No soy un hombre paciente, Kasper. —mi polla se reciente sintiendo un fuerte agarre. —Mmm... no... mierda... —cierro los ojos dejando caer la cabeza. —Duele, maldita sea, ¿qué hiciste ayer? Siento que se me va a caer la puta polla. —gruño entre dientes. Él se separa de inmediato soltando, suspiro con alivio. Su mirada gris baja hasta mi entrepierna como si quisiera examinarla por encima de la ropa. Le empujo pero me agarra el brazo otra vez, joder con este tipo. Le miro molesto pero él me regresa la mirada. Sin previo aviso su mano va a parar a la hebilla de mi cinturón. —¡Qué mierda! ¡Suéltame! —Cállate o van a escucharnos. Con una mirada seria, abre mi pantalón y por mas que trato de evitarlo moviéndome y empujándolo. Me duele la polla y este tipo ya me ha bajado el pantalón. Le veo inspeccionarme sin tocarme y lo agradezco, no podría tolerar que vuelva a tocarme. —La droga que consumiste ayer se llama "Happy", es una droga estimulante que puede provocar que esto. —sus dedos rozan la punta mi polla, me aparto inmediatamente, subiéndome el pantalón otras vez y cubriéndome de este maldito pervertido. —Deje de funcionar correctamente, tuviste cerca de cinco orgasmos en menos de dos horas y aún así no podrías dejar de estar erecto. Te llevare al doctor. —Ni loco. No vuelvas a tocarme, pervertido. No importa cuantos orgasmos tuve, él lo ha dicho fue provocado por esa droga no sé qué, significa que no tengo la culpa de nada y lo mejor de todo, eso no paso porque quisiera que otro hombre me tocara. La sensación de alivio es inmensa, mi orgullo masculino parece volver a ponerse en su lugar. —Kasper necesito saber que estas bien. —esa voz de mandato otra vez. —No necesitas saber nada. No le digo nada más, salgo de los putos baños sin volver a verle, no puedo creer que me bajara el pantalón y tocara la polla. Estoy sobrio, es detestable... y no puedo aceptarlo. Regresando hasta la mesa donde Leila y Fiorella hablan plácidamente como si no sucediera nada. Por supuesto que para ellas no sucede nada. Le doy un sorbo largo a mi copa con agua, unos minutos después Fausto aparece para sentarse al lado de Fiorella quien le da un beso en la mejilla. —¿Todo bien con tu llamada? —pregunta. —No pero voy a solucionarlo. El maldito cabron le da un beso en los labios a la chica, si, el mismo tipo que acaba de ver mi polla y tocarla, esta besando a su prometida frente a mi, ignorando mi presencia. No es que me importe. Esa chica sufrirá cuando sepa que su prometido juega para ambos equipos, por supuesto no le dire nada porque yo no tengo nada que ver con él. Fiorella le dice que ya han hablado un poco más sobre el contrato, Leila ha aceptado que leeremos las cláusulas que Lazzarini ha puesto y nos reuniremos en tres días para firmar. No planeo asistir a esa reunion si este tipo esta presente. —Me gustaría ver correr a Kasper. Hoy. —levanto la cabeza para mirarle. Maldito cabron. —Leila ha dicho que no hay problema, en dos horas podremos reunirnos en el circuito y... —No, quiero verlo ahora. Llevare a Kasper personalmente al circuito, ustedes pueden concretar lo restante. —ese tono de mandato me puede. Las dos mujeres le ven extrañados, estoy por refutar pero la mano de Leila se posa en mi pierna. Le vuelvo a ver, su mirada es de "Kasper no lo arruines". Maldición. Este tipo sabe las razones por las que no puedo o quiero correr y aún así le ha importado poco, lo que menos quiero es estar encerrado en un auto con el y ahora Leila quiere obligarme a ser un imbecil sumiso con este tipo. De ninguna manera permitiré que continúe acercándose a mi de esta manera, hay limites y yo no soy gay para dejarle hacer conmigo lo que quiere.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD