Emely.
Dos semanas después, había llegado el día del evento de gala de la revista Flower. No era solo una celebración; era mi debut formal como modelo principal en la alta sociedad, un momento de gran exposición para mí y para el equipo de Stefan. Me encontraba lista: mi cabello y maquillaje perfectos, y mi atuendo, una obra de arte de Henry, me hacía sentir invencible. Stefan había sido un ángel guardián, encargándose de contratar a los mejores profesionales para asistirnos en cada detalle. De verdad, lo apreciaba muchísimo.
Hace apenas unos minutos, me despedí de mis chicos por videollamada. Los extraño tanto que temo no soportar otras dos semanas sin ellos. Necesito su presencia; anhelo sus caricias, sus besos reconfortantes, el sonido de sus voces cerca de mi oído, sus manos firmes s
