Capítulo 2 — Un regalo para mí…

1328 Words
Maileen. —¿Leen, por qué mami y papi nos golpean tanto? —Mi corazón se encoge cuando escucho su pequeña voz murmurarme esas palabras. ¿Cómo responderle? ¡Ni siquiera yo sé la razón de todo esto! Abrazo fuertemente a mi hermana y le beso el cabello. —No lo sé, pequeña. —Admito mientras suelto un pequeño suspiro— Pero te prometo que eso no durará mucho tiempo más, solo resiste un poco más. Ella levanta su cabeza y me penetra con sus hermosos ojos verdes. —¿Dejaremos a mami y papi? —A pesar de la oscuridad, sé perfectamente que está a punto de echarse a llorar. A pesar de todo, ella quiere mucho a nuestros padres— Yo quiero estar con mami y papi, no me importan los golpes. —Lo sé, pero no podemos, Maddie. —Me pongo firme— Algún día ellos pagarán por todo lo que hacen y entonces querrán separarnos. Y no pienso dejar que nos separen. Ella tiembla un poco y sin decir nada más se acurruca a mi lado. Ni de chiste hemos salido de la habitación, y por obra divina, ninguno de nuestros padres ha irrumpido en la habitación. Nos hemos salvado, al menos esta noche. Paso mis manos por el cuerpo de mi hermana, intentando darle algo de calor y justo cuando llego a sus piernas ella gime de dolor. Me levanto y rápidamente enciendo la luz. Visualizo a mi hermana y me sorprendo al ver varios hematomas en sus piernas, además de sus brazos y alrededor de su cuello. ¡Estos no estaban ayer! —¿Maddie, papá estuvo aquí hoy? Ella baja la mirada y no responde. Eso es todo lo que necesito para reaccionar. —¡Te dije que no dejaras entrar a nadie, Maddie! —La regaño— ¿Por qué lo hiciste? Ella comienza a llorar y mi corazón se encoge un poco, pero vuelvo a ponerme firme. —Papá dijo que tenía un regalo para mí. —Solloza fuertemente y por un momento, tengo miedo de que la escuchen— Papi entró con una soga en las manos y me golpeó muy fuerte… Dolió mucho, Leen. Dijo que debía preparar la comida y yo no supe que hacer… No pude hacerlo, y él… Mi pequeña hermana comienza a llorar en mis brazos y yo tengo que tragarme las enormes ganas de ir y matar con mis propias manos a esos horribles seres. Me importa un bledo que sean mis padres, no creo que existan seres más asquerosos que ellos. ¡Maddie solo tiene seis! —Está bien, todo va a estar bien, hermana. —Le digo mientras la abrazo y termino tragando mis lágrimas. Nada está bien y la verdad no sé qué voy a hacer para poder ayudar a mí hermana. Denuncia a tus padres y déjala con el departamento de familia… ¡No! Ignoro aquella vocecita en mi cabeza. Nunca dejaría a mi hermana y mucho menos con el departamento de familia. He oído cosas de ese lugar, sé que hay muchos más como ella y que pasarán años para que me aprueben como persona apta para cuidarla, eso si no la adoptan primero. Definitivamente, nunca la dejaré allí. Vuelvo a apagar las luces de la habitación y le susurro a mi hermana que es hora de dormir y que mañana será un mejor día. Sé que es una enorme mentira, pero eso me ayuda a tranquilizarla. Cierro los ojos e intento creerme mis propias palabras, las cosas están empeorando a medida que pasa el tiempo y debo tomar cartas en el asunto, más que todo por ella. Yo haría todo por ella. […] Al pasar los días, logro dejar a Maddie con la madre de Casey, esto no pasa muy a menudo, ya que la señora Lina Harley se encuentra dándole la pelea al cáncer y debe descansar mucho, pero también soy consciente de lo mucho que quiere a mi hermana. Así que le dejo a Maddie solo por unas pocas horas, así también mi mente puede descansar de todos los pensamientos horribles, que incluyen a mi hermana y todas esas horrorosas personas. Casey y yo, somos estudiantes del tercer año de comunicación social. De verdad amo mi carrera y es gracias a mi amiga que la estoy estudiando, yo no quería dejar sola a Maddie, pero Casey me hizo entender que si quería un mejor futuro para mi hermana y para mí, debía tener un título universitario. Eso se lo agradezco desde lo más profundo de mi alma, no todos tenemos la suerte de encontrarnos con personas así. —¡Maileen! —Escucho que gritan— ¡Maileen! Me giro y veo la mata de cabello rubio corriendo con una enorme sonrisa en los labios. —¿Qué pasa? —Le pregunto desconcertada. Estaba a punto de tomar algo de comida de la cafetería para la cena de mi hermana… —¡Ganaste! ¿Eh? ¿Cómo dijo? —¿Qué? —Parpadeo una vez, aún más confundida. —¡El concurso! ¡Ganaste! —Afirma ella, dando saltitos rápidamente. Tomo varios segundos en reaccionar con aquella noticia. Acabo de ganar 15.000 $, el dinero que necesito para sacar a mi hermana de aquel mundo, mi pequeña Maddie no va a recibir más golpes por parte de ninguna persona en su vida. ¡Se ha salvado, nos hemos salvado! —¿Gané? —Pregunto perpleja— ¿Mi idea fue aceptada? Ella asiente más emocionada que yo. Aun no asimilo la noticia. —No solo fue aceptada, fue por mucho la mejor idea y la van a llevar a cabo inmediatamente. Quieren que tú seas la que ayude con todo lo que sea necesario, ya que fuiste la creadora. Abro mis ojos sorprendida y francamente asustada. Yo no puedo hacer eso. —Eso no formaba parte del concurso. —Sí, eso es cierto, pero es una gran oportunidad, Maileen. Podrías usarlo como parte de la tesis universitaria, te beneficia muchísimo. —A todo esto… ¿Cómo sabes toda esa información? —De verdad siento curiosidad por todo lo que sabe. Ella se ve apenada por un momento, pero al final se encoje de hombros y me sonríe. —Dejaste tu correo abierto en mi teléfono y me llegó la notificación, lo siento. —No. —La detengo— Está bien, no te preocupes. Me acerco a ella y la abrazo, lágrimas se acumulan en mis ojos y trato de esconder mi rostro en el cabello de mi amiga. Ella, como casi siempre lo hace, siente mi respiración agitada y pasa su mano de arriba abajo por mi espalda. —Tranquila, amiga. —Murmura suavemente— Sacaremos a Maddie de ese lugar y todo mejorará para ustedes de ahora en adelante, mamá y yo las ayudaremos a encontrar un nuevo lugar. Sollozo suavemente. —Oh, Casey. ¿Qué haría yo sin ti o Lina? —Nunca las dejaremos. Ahora, seca esas lágrimas, debemos irnos. —Nos separamos y mientras ella limpia mis lágrimas de la cara, le regalo una pequeña sonrisa sincera. —¿A dónde? —Tal vez olvidé mencionar que debes reunirte con Colton Hemsley dentro de dos horas. Abro los ojos con mucho temor y ella solo se encoge de hombros y me sonríe con ternura. ¡Oh, no! Esta vez no te va a funcionar esa cara, Casey. —No tengo nada que ponerme, Casey. ¿Cómo…? ¿Por qué no me avisaste? —Coloco mis manos en la cabeza, el antiguo tema de la comida olvidado— ¿Qué voy a hacer? Ella vuelve a sonreírme, pero esta vez es su típica sonrisa de “tengo un plan”. Por lo general la usaba para que aceptara la comida que me obsequiaba, citas o notas para los exámenes. —No te preocupes, tengo un plan. —Ella toma mi brazo y me lleva casi a rastras fuera de la universidad.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD