Su cabeza lentamente fue bajando hasta que sus labios rozaron los míos, ¡Me iba a besar!, Si, por favor bésame, no te arrepientas y solo hazlo. «Suplica escuchada», pensé cuando sus labios se pegaron a los míos y comenzó con un jugoso beso haciendo me gemir suavemente, pero es que besaba muy. Sus manos fueron bajando por mí espalda lentamente, mientras nos devorábamos con la boca, mis manos se posaron en su pelo y lo jale un poco, escuché un gruñido de su parte, en ese momento de un movimiento muy ágil me levanto hasta que llegue a su altura, enrolle mis piernas en su cadera. El comenzó a caminar mientras sus manos estaban posadas en mi trasero, no pensaba por nada del mundo comentar algo impropio, porque no me lo perdonaría por nada del mundo. Escuché como la puerta detrás de nosotros

