5.

3439 Words
Días más tarde ¿Novio? Sonará increíble pensar en que conseguí un novio a tan sólo unas tres semanas de haber ingresado a la escuela, hecho que jamás había pasado por mi cabeza y menos por la forma tan bizarra en que ocurrió todo. Todo empezó una mañana, unos quince días después de haber ingresado a la escuela. Las cosas se habían vuelto… extrañas, al menos para mí, con relación a mi profesor, Igor. Se acercaba cada mañana, así sea que no tuviera clases con él y me miraba. No sé por qué me regañaba tanto, era algo que tomó la costumbre de hacer. Me regañaba cuando me ponía más de dos aretes, me regañaba si me veía con un suéter sobre la camiseta del uniforme, porque pensaba que ocultaba los moretones de este modo. Me regañaba si me veía llegar tarde o si me dormía en alguna clase, de nuevo. Lo que él no sabía es que si llegaba tarde es porque tardaba una hora y media en llegar manejando sin parar por toda la ciudad y si me dormía en clase, es porque me desvelaba estudiando las asignaturas de la escuela y los deberes que él me dejaba a diario, porque no quería decepcionarlo. Lo veía todos los días después de clases. Por un lado, notaba que era muy buen profesor, le entendía muy rápido y al menos en ese sentido, no tenía inconvenientes con él, porque siempre estudiaba y cumplía con lo que me mandaba a hacer. No me atrevería a hacer lo contrario por miedo a que me acribillara. El vikingo era aterrador cuando regaña. Por otro lado, he notado que su personalidad es muy extraña. No logro comprenderlo. Tengo certeza en este momento al menos de dos cosas: la primera, es que es una buena persona, porque se preocupa genuinamente por mí y mi bienestar, pero por la otra, es que Igor es total y completamente dominante. Le gusta que lo obedezcan o al menos no sé si sea así sólo conmigo. Siempre me da órdenes y le gusta que las cosas se hagan a su modo, en cada momento, tampoco es que lo contradiga. Aparte, sé que es respetuoso, tal vez demasiado. Se sienta con más distancia de la necesaria cuando está sólo conmigo en la biblioteca y jamás, lo he visto mirarme de más o… es que ni siquiera me mira con afecto o algo similar. Me desconcierta que me mire en cada momento de una forma tan intimidante. Su mirada es penetrante, fuerte, aterradora. He notado que todos mis compañeros lo respetan mucho, tal vez sea por su carácter fuerte o tal vez los intimide su mirada también, porque he notado que nadie lo mira a los ojos. Les habla poco o nada a mis compañeros, creo que sólo conmigo habla un poco de más y es porque paso las dos horas extras diarias con él en tutorías, pero no me habla sobre su vida, no sé nada de él aparte de que es noruego, que tiene un doctorado en educación, que tiene veintinueve años, es precioso y que podría ser un excelente tirano. Usualmente, las tutorías duran unos noventa minutos, porque finaliza la clase siempre a las 14:30h y la otra media hora, siempre, pero siempre, me pregunta cosas sobre mi vida. No sé por qué lo hace. Tampoco es que pregunte cosas íntimas ni mucho menos. He llegado a la conclusión de que quiere simplemente saber por lo que he pasado. Supongo este tipo de problemas, la vida que he tenido, son cosa que sólo se ve en el tercer mundo y no de donde el viene. La verdad, no me importa mucho contarle las cosas que me han sucedido. Puede decirse que sí, confío en él, en pocos días he aprendido a hacerlo, es que no tendría por qué no hacerlo y si quiere escucharme, pues dejaré que lo haga. Tampoco es que me pueda chantajear ni mucho menos, porque sabe que no tengo dinero y, además, lo mataría cinco veces antes de que intentara hacerlo. Entonces le he contado sobre mi vida en la calle, que he hecho cosas malas como robar, que tengo problemas de ira, los ataques y problemas de ansiedad, sabe sobre mi madre, que fue puta y que viví con sus amigas gran parte de mi vida. Hace dos días después de tanto insistir en saber el origen de mis golpes, fue que le dije cómo me gano la vida. Se enteró sobre las peleas clandestinas y no sé si fue mejor no decirle, porque me incendió con la mirada y tuve que taparme los ojos. Vio esto como algo horrible y más, porque peleo es contra chicos. Un hecho desconcertante para cualquiera, es que sea la única mujer en participar en las peleas o bueno, “niña”, aunque odiaba que me dijeran así y pateaba a cualquiera que me llamara de esa manera. Igor me dijo que podía llevarme a uno de esos hogares de paso, en que llevan a los niños, pero me negué por completo, porque si entro a uno de esos lugares, estudiaría ahí y viviría ahí, lo que significaría que no volvería a ver a Igor y no, no es lo que quiero. Quiero seguirlo viendo. Verlo hoy, esta semana, el año que viene y por siempre. Qué estúpida soy. Sabía que sentía una absurda atracción hacia un imposible y que debía de alguna forma, erradicarla, porque puedo ser plebe e ignorante en muchas cosas, pero sabía que, si sigo mirando al vikingo como lo miro en cada tutoría o en sus clases grupales, terminaría queriéndolo y eso no es algo que pueda suceder. Era lógico que esto pasaría, porque él era la única persona que se preocupaba genuinamente por mí, sin ningún interés oculto, y además, Igor era absurdamente bello, interesante y muy, muy inteligente. Cualquiera en sus cinco sentidos, en menos de diez minutos, habría caído rendido a sus pies. Tal vez tardé demasiado, probablemente. Si fuese una atracción hacia uno de los chicos de la pandilla estaría bien, porque existiría la posibilidad de que salga conmigo, podría intentarlo, pero, ¿Igor? A veces creo que lo que me intimida de él es que sea tan perfecto, es imposible mirarlo y no percatarme de esto, no pensarlo en cada momento. Siendo superficial, puedo decir que él es superior a cualquier persona que haya visto, porque jamás vi una belleza similar a la que él tiene. Siento que supera a cualquiera, nadie se le asemeja y lo peor de este hecho, es que no sólo yo lo sé. Noto como se pierden mis compañeras al verlo también, las profesoras o incluso, también los chicos de la escuela lo ven, creo que cualquiera podría apreciar su belleza, independiente de su orientación. Es absurdamente precioso y sí, todos pueden notarlo, lo cual es tan frustrante. Al menos yo sí soy realista, sé que jamás, ni ebrio me miraría, y no solo por lo plebe, mi falta de modales o educación en general, sino que también soy diminuta, sin gracia, poco femenina y terriblemente menor que él. Ah, y sin mencionar el hecho de lo obvio. Igor está comprometido, con una mujer colombiana que vive en Argentina y creo que, por ella, es que reside en este país, porque no tiene sentido que un vikingo, viva en este platanal. Este hecho lo descubrí sólo ayer y fue porque se le salió decirlo al ella llamarlo y conversar un rato estando a mi lado. Yo le pregunté y me dijo que llevan una década de noviazgo y que están comprometidos hace dos años, pero que no se han casado hasta que ella no venga a vivir definitivamente aquí, porque viaja mucho al ser arquitecta, participa en proyectos internacionales. Una mujer perfecta, para un hombre perfecto. Ojalá y sean felices. Entonces, esta mañana de viernes, mi mejor amigo, Juan Esteban (quién es el líder de la pandilla), quién es un chico alto (tampoco como el vikingo, pero lo decente), trigueño, de cabello castaño y ojos pequeños, tiene dieciocho, me recogió en su moto. Ana María dice que es lindo y sí, lo es, me llevaba a la escuela a veces en su motocicleta. La verdad nunca lo miré de otra manera o bueno, sí en la primera semana en que lo conocí, pero como tenía novia hice que esto se me pasara y luego, al hacernos cercanos, jamás esto volvió a suceder y somos mejores amigos hace años. Él y Ana son mis amigos más cercanos, aunque pelean mucho entre sí. En fin, empezó a llevarme todas las mañanas a la escuela porque él trabajaba cerca de la escuela en una construcción. Mi bici se había dañado, se rompió la cadena y no he tenido una buena racha, he perdido las peleas de esta semana, así que no he podido repararla ni sé si pueda por ahora. Somos amigos hace mucho y tiene un trabajo decente, pero tiene un historial igual o peor que el mío. También ha estado en la cárcel por vandalismo, peleas, entre otras cosas, pero es una buena persona, aunque no lo crean. También vive en un barrio invasión, cercano al mío, junto a su madre, quién tiene algún tipo de retraso y su padre, se suicidó cuando él tenía sólo dos años. Su vida tampoco ha sido buena, así como tampoco la de nadie de la pandilla ni las personas a quiénes conocía, exceptuando a Igor, claramente. Entonces, me dejó en la escuela y se despidió rápidamente, porque iba tarde para su trabajo, pero fue una mala idea que se fuera tan pronto, porque vi al grupo de Nicolás en la entrada. Él es uno de mis compañeros, es hijo de un ex candidato a la alcaldía y, por ende, se ducha en billetes de cincuenta mil. Se puede decir que Nicolás es muy, muy atractivo. Lógicamente alguien como él lo sería, con una buena alimentación toda su vida, no toma el sol porque se moviliza a todas partes en su deportivo rojo y, además, su familia es libanesa, por lo que lógicamente es atractivo. Tiene el cabello n***o, ni muy largo, ni muy corto. Tiene cejas gruesas, ojos oscuros y su nariz es lo que más destacaba en su rostro. Era grande, la típica nariz de medio oriente o algo así. La verdad es que él me daba igual, nunca lo miré más de tres segundos, pero noté, sólo cuatro días después de ingresar a la escuela por primera vez, que él se reía de mí, con su grupo de amigos, quiénes eran unos cuatro chicos y dos chicas. Al principio creí que sólo se reían de mi ropa, pero luego, empecé a usar el uniforme y me arreglaba lo mejor que podía, no por ellos, sino por la coordinadora, pero notaba sus risas apenas entraba y yo… contenía las ganas, en verdad las contenía, porque sabía que podía agarrar a uno por uno y darles la paliza de sus vidas, pero me contuve, por no ser expulsada, pero hace dos días, lo escuché al esconderme en la práctica de fútbol, decir que yo me prostituía en la 17, que era lesbiana y que cobraba diez mil pesos por chuparla, fuera a un hombre o mujer. Sabía que iba a masacrarlo, mis manos temblaban al no ser usadas en destruir su rostro, pero luego, al estar en la tutoría con Igor y contarle, me hizo prometerle que no lo golpearía, pero luego de lo de hoy, sabía que no tenía otra opción. Él mismo había firmado su sentencia de muerte. Al llegar tarde, nos dejaron a todos por fuera, era las reglas de la escuela, pero la coordinadora nos dijo que sólo nos haría un acta y nos dejaría ingresar después de la primera hora. Entonces, esperaba afuera, junto a su grupo de blanquitos en el Audi de sus padres. Me desesperaba tener que esperar, no tengo nada de paciencia y al sentir que me miraban con sus irritantes sonrisas, sentía que se me iba a estallar la vena del cuello y me contuve, no sé cómo, pero logré hacerlo, al menos en ese momento. Escuchaba murmuraciones, risas burlonas hacia mi persona y el percatarme de ese hecho, me hizo alterar de inmediato y lo intenté, en verdad intenté calmarme, pero luego, una de las chicas me gritó: “arepera”, (palabra despectiva que usan en mi región hacia las chicas con orientación homosexual) y no lo soporté más. Me puse de pie, caminé hacia la susodicha, Sofía, la pelo teñido de azul y con sólo un golpe, reventé su nariz. Todos se alteraron y entonces, los chicos me empujaron, caí al piso, pero me levanté de inmediato y corrí hacia ella, pero no pude golpearla porque me sujetaron, porque sabían que iba a golpearla hasta el cansancio y me sujetaban tan fuerte que dolía. Yo intentaba soltarme cómo podía, quería masacrarla, hacerla añicos, pero eran dos chicos grandes y tampoco es que yo fuera Rocky Balboa para soltarme. -Por Dios, eres una cavernícola. ¿No te avergüenza ser de esa manera?-Se quejó una de las chicas y exhalé. También tengo que matarte a ti, maldita infeliz. Se asustó incluso con mi mirada. -¡Suéltenme!-Grité tal vez de forma muy chillona, pero me importaba una mierda. -¿Te ofende que te digan la verdad?-Dijo Nicolás y lo incendié con la mirada.-No fuimos los del rumor de que te prostituías, lo escuchamos de alguien del otro grupo, que dijo que un primo suyo te pagó por chupársela. Exhalé, esto era increíble. -¿Y? si la chupo o no, no es tu problema. ¿Qué carajos les importa? -Es un poco asqueroso que estudies con nosotros, tener cerca a una persona como tú, que se siente en nuestras sillas, que, por supuesto pagamos, no como tú, becada, que uses nuestros baños, comas en nuestros platos. Podría darnos clamidia. Creerán todos que esta es una escuela de prostitutas, como el Inem.-Dijo y lo supe, entonces me calmé. No iba a soltarme al sujetarme estos dos chicos altos, ni iban a dejar de insultarme y decir cualquier barbaridad que saliera de sus bocas. Ahora mismo nada podría hacer, pero esta noche, va a ser la primera vez que tomaré represalia por algo personal, esta será la primera vez que agreda con buenos motivos. Vas a ser el primer muerto de esta institución. Salí de la escuela a la hora justa, a las doce en punto. Me detuve en la calle principal y me colé a uno de las mulas de carga, en la parte de atrás, porque estos siempre salen de la ciudad y yo vivo casi al final. Hice eso estos últimos días, porque era imposible llegar caminando hasta donde vivo y aunque es peligroso e ilegal, no era que pudiera tomar un autobús, no cuando no tenía un peso en mis bolsillos. Llegué casi una hora después, me tiré del camión en movimiento, al igual que siempre. Ya hasta le había cogido costumbre a hacerlo y fui hasta la casa de Ana, quién siempre está en el día porque trabaja es en la noche y le pedí que le hablara a su novio (irónicamente uno de sus clientes es su novio, un policía jubilado de unos cuarenta y dos años), porque él la complacía en todo y si ella le pedía un favor o lo que sea, él lo haría. No viven juntos por un pequeño defecto, su esposa e hijos, todos mayores que ella. -Amiga.-Me miró al abrir la puerta, estaba despeinada, creo que dormía.-Necesito la dirección exacta de Nicolás Domínguez, así se llama. Entonces, después de llamarlo, consiguió la dirección exacta unos veinte minutos después. Vivía en una casa campestre, cerca de la escuela. Sé que sale todos los días a correr a eso de las 18h, lo he escuchado decirlo a sus amigos y probablemente esta sería su última salida a correr. Así, a eso de las 17h, los chicos y yo, fuimos hasta su casa, en el autobús de la pandilla o bueno, el autobús que maneja el Orlando, quién es conductor de un autobús de esos que traen a los empleados de regreso a sus casas. Entre todos, siempre nos hemos apoyado con los problemas personales y por supuesto, con sólo decirles a quién había que eliminar, sin hacer muchas preguntas, accedieron. Llegamos, justo antes de la hora y esperábamos en la esquina, no seríamos tan obvios. Éramos unos quince en total, pero no, ellos no lo tocarían. Sólo harían acto de presencia, intimidarían, pero el placer de golpearlo, sólo yo me lo daría. Entonces, lo vimos salir, con su ropa de ejercicio, a eso de las 18:20h y lo abordamos cerca de dos calles después, alejados de las cámaras de su casa. Al ser esta una zona campestre, las casas son separadas unas de las otras, zona perfecta para un crimen. Nadie podría nunca descubrirme, genial. Los chicos lo rodearon, de tal forma que no tenía por donde escaparse. Nicolás de inmediato se alteró y fue peor, cuando me vio y sus ojos querían salirse de orbita. Creo que nunca me sentí tan feliz antes, menos al ver a este imbécil, aterrado. Era absolutamente satisfactorio, valió la pena la espera. -Tú eliges, si el primer golpe te lo doy en el lado derecho o en el izquierdo de tu cara. Te dejo elegir el primero, bombón.-Le guiñé un ojo y notaba como iba de lento su respiración. Tardé varios segundos en pegarle, quería verlo aterrado por completo, pero luego, al ver que intentó huir, los chicos lo detuvieron y lo agarré por detrás. Lo hice girar y de un solo golpe en la quijada cayó al piso. Empecé a golpearlo sin detenerme, golpe tras golpe. Él a veces intentaba cubrirse, pero al patearlo en el estómago, cubría este y volvía a golpearlo en el rostro. Él podría ser hombre y más grande que yo, pero yo contaba con una gran ventaja, los años de experiencia. No sé cuánto tiempo duré golpeándolo, tal vez fue más del debido, pero luego, al escucharlo rogarme que me detuviera, lo hice y me acerqué a él, quién estaba tendido en el piso, con sangre en el rostro y con los suficientes moretones en el rostro y cuerpo, para aterrar el lunes a todos. -Te cuento el panorama ahora. Puedes ir corriendo con tu papi el político a denunciarme. Me meterán a la cárcel, tal vez por cuarenta y ocho horas a lo mucho al ser menor de edad, o incluso menos, entonces saldré y Juan Esteban te dejará como colador.-Él le mostró su preciada navaja y Nicolás se aterró más. Reí, esto no era cierto, sólo fue para meterle un buen susto. Tampoco lo mataría, a veces digo cosas de más. Mi estilo es sólo golpear e infundir el pánico, tampoco soy una psicópata o eso creo. -Bien, bien, no diré nada. Entonces, el lunes ocurrió lo impensable. Estábamos en clase de educación física, era la primera de este día y él, entró tarde. Todos lo miraron cuando llegó, al tener tantos moretones. Sentí que me miraba, me incomodaba, ¿será que quiere que lo ajuste de nuevo? ¿no le bastó? En el descanso, caminaba hacia la cafetería. Vi a lo lejos a Igor hacerme señas, creo que va a regañarme por no haber ido el viernes a su tutoría y no avisarle. Caminaba hacia él, cuando Nicolás se detuvo en frente de mí. -¿Qué?-Pregunté. Me molestaba que me interrumpiera cuando caminaba hacia Igor. Era inconcebible. -No he dejado de pensar en ti desde la otra noche.-Fruncí el ceño, no entendía a donde quería llegar.-¿Serías mi novia? -¿Será que te rompí? ¿te dejé imbécil?-Escuché su risa y lo miré más desconcertada aún. ¿Será que eres de esos fetichistas que les gusta que los golpeen? -Mmm fui un poco inmaduro al querer llamar tu atención inventando rumores sobre ti…-Chasqueé la lengua, en verdad esto era increíble.-Te miré desde el primer día en que entraste, eras diferente a cualquier chica que hubiese visto antes y al ver tu carácter, lo decidida y segura que eres, lo supe, me gustabas. -Mmm. -¿Serías mi novia? -Mmm, okay. Dos cosas: primero, lo acepto, sería bueno variar de vez en cuando teniendo novio y segundo, no puedo ocultar que me gusta el profesor de inglés. ¿Te molesta?-Negó con la cabeza.-Bueno, hay trato.-Me dio incluso la mano y asintió, sonriente. Entonces sí, desde ese día, Nicolás fue mi primer novio. 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD