Primera discusión
Nathaniel es un chico amable con un carácter muy sociable, ganó varios premios en la escuela y no causaba problemas a sus padres, siendo un hijo preciado para la familia.
Lo que más le agradaba era pasar tiempo con sus amigos y personas importantes, alguien muy feliz y simple como cualquier otro chico.
Para él mismo, él es un hombre normal, con sueños y problemas que enfrentar. La diversión era su mayor aliado.
Sin embargo, para alguien más, Nathaniel era único, todas las buenas cualidades fueron vistas por un chico guapo, a quien las personas llamarían sensato y responsable de la secundaria.
William comenzó a acercarse a él poco a poco, convirtiéndose en los más grandes amigos y la amistad duró por años.
Todo iba bien para ambos en la Universidad, principalmente para William quien cada día era más cercano a Nathaniel. Sin embargo, todo eso desapareció en una tarde donde apareció Liana. Esa chica quitó todo el tiempo que le daba Nathaniel a él.
Y los problemas para William comenzaron así, cada día se daba cuenta de que moría de celos al ver a su mejor amigo junto a esa chica y más cuando se besaron frente a él.
Nathaniel estaba feliz de dar la noticia de que Liana era su novia. William miró la escena con perplejidad y lo único que pudo hacer fue tragar el dolor que lo quemó de repente.
También casi murió al saber que su mejor amigo ya era oficialmente el novio de Liana.
Ese día fue al club de boxeo y en cada golpe intentaba enfocar su ira. Sus ojos rojos por culpa del sentimiento de tristeza, pero se negó a llorar, solo deseaba que su razón entendiera que Nathaniel no es para él.
Se había enamorado de alguien que no debía, suspiró profundamente, sintiendo todas las complicaciones de esos extraños sentimientos.
Intentó actuar normal y continuó practicando sus juegos, mientras su corazón se volvía más y más amargo.
—¿Estás seguro de que eso es lo que quieres? Esa chica no parece encajar con tu personalidad— se quejó dando pequeños golpes contantes con su pie mientras descansaba en la grada.
—Dicen que los polos opuestos se atraen y Liana es la mujer de mi vida, espero que lo nuestro dure para toda la vida. Vamos, no te desanimes, también encontrarás una novia pronto— le dio unas palmadas en la nuca y salió a la cancha.
—Ven juguemos una partida —dijo Nathaniel tirando la pelota de básquet hacia él.
Los ojos café oscuro mostraron su brillo de resentimiento.
“Espero que ese noviazgo no dure ni una semana”.
Pero ese deseo nunca se cumplió y ahora Liana y Nathaniel ya estaban cinco años juntos, eventualmente Nathaniel ya tenía 25 años y William 28.
Nathaniel invitó a todos sus amigos cercanos a una reunión familiar y claro William estaba ahí, todos se divertían en el patio, algunos cocinando y otros solo miraban en cuento, toman una cerveza.
—Familia, familia tengo algo que anunciar— interrumpió Nathaniel y todos le prestaron atención.— Como todos saben, Liana es mi novia desde hace mucho tiempo y después de rogar tanto, ¡Liana aceptó casarse conmigo!
Todos en la familia se alegraron y las felicitaciones no tardaron en llegar, esto era un nuevo comienzo para el niño precioso de la familia.
Pero el codicioso corazón de William se retorció hasta que la sangre Roja se volvió negra, el rostro inconforme se mostró finalmente.
—¿Qué pasa Will te duele algo o no te alegras de que nos vamos a casar? ¿Quizás nos estamos anticipando? —preguntó Liana tímidamente al hombre que tenía las cejas fruncidas, demostrando incomodidad.
—No es eso, claro que me alegro por ustedes —se calmó obligándose para volver a la normalidad – estoy molesto porque ya no puedo quedarme, recibí un mensaje de mi Secretario así que tendré que disculparme e ir primero.
—Hijo no te preocupes, es tu trabajo —habló la abuela con una sonrisa.
William se despidió y caminó con rapidez para salir de ese lugar, ya estaba en la Sala de la casa cuando Nathaniel lo detuvo por el brazo.
—¿Qué pasa Nath? ¿Quieres que me quede porque soy importante para ti? —pregunto cálidamente a su amigo que tenía una sonrisa radiante, su brazo se quemó por el simple toque que le dio Nathaniel. El hormigueo intenso en su corazón estaba poniendo más furia en todo su cuerpo.
—Eres mi amigo y te conozco, ¿no estás contento con algo? ¿Estás molesto de que me case antes que tú? Vamos, no seas así, ya tendrás tu momento de anunciar que te casas.
“Ese momento nunca será bueno si no es contigo. Solo te quiero a ti, esa es mi condena”.
—Nathaniel estoy feliz por ti, por fin lograrás casarte.
“Odiaré ver que te casas. Déjame un poco de esperanza, todavía quiero creer que yo puedo tenerte”.
—Quiero que seas nuestro padrino, ¿lo aceptarías? —pidió.
William frunció las cejas mientras sus quejas iban aumentando.
“Eres tan malvado al pedirme eso, ¿cómo quieres que lo acepte cuando me estoy muriendo de dolor y celos? Porque después de esto todo acaba”.
—Gracias, pero no puedo aceptarlo —dio dos pasos hacia su amigo que lo miró sorprendido borrando todo rastro de sonrisa.
—¿Realmente no vas a aceptar? ¿No crees que estás siendo muy orgulloso y egoísta? Vamos, eres mi amigo más cercano —Nathaniel no sabía por qué William se molestó de repente.
—¿Egoísta? Yo siempre te he puesto ante todo y ante todos, siempre estoy para ti apoyándote, te di mi tiempo en todos estos años corriendo cada vez que me necesitabas. ¿No consideras que esas palabras van más contigo? En todos estos años, ¿te he pedido algo? ¿Has hecho algo por mí alguna vez? Solo yo fui incondicional ¿No me abandonaste cuando rompí mi pierna para ir con tu novia porque era su cumpleaños? Te fuiste a otro país en ese tiempo, ni siquiera me llamaste y cuando regresaste no preguntaste como estaba, solo hablabas de tu novia y de lo lindo que fue tu viaje. En la Universidad también tuvimos un viaje, pero te enfermaste y yo te cuidé todo ese tiempo, no te dejé un solo segundo, ¿quién está siendo más egoísta?
A William nunca le habían importado estas pequeñas cosas, pero ahora todo le pareció tan injusto que le dolió en todo su ser, no gritó ni parecía enojado. Dijo las palabras lentamente clavando como una aguja.
—¿Por qué sacaste esas cosas? Yo no te pedí que te quedaras a cuidarme, debiste dejarme solo y disfrutar de tu viaje —dijo enojado, las palabras de William era un golpe bajo, sin embargo, el hombre frente a él no se inmutó pareciendo más tranquilo con una mirada suave. William se dio la vuelta para irse dejando a Nathaniel incrédulo.
—¿Tú de verdad estás enojado por algo que pasó hace años? No seas infantil, ¿cómo puedes ponerte así y justo ahora? Debiste avisarme que estabas de mal humor así yo no hubiera invitado y arruinar mi día.
—No te preocupas, esta será la última vez que arruino algo importante para ti. No volvamos a encontrarnos desde hoy, esta amistad llegó a su fin. Ten una buena vida — dijo esas palabras cayendo como un trueno en la cabeza de Nathaniel.
Nathaniel agarró a William haciéndolo girar para mirarlo, esos ojos estaban tristes, aunque su rostro demostraba frialdad. Nathaniel todavía puede leer claramente cada detalle de su amigo.
—No quise decir eso, ¿sabes qué? Ahora estás enojado, no arruinemos las cosas enojándonos de esta forma. Hablemos mañana cuando estés tranquilo —intentó calmar las cosas, sin embargo, William agarró su mano apretándolo fuerte.
—Ya no quiero ser tu amigo – los ojos de Nathaniel se abrieron al escucharlo, no podía creer que su amigo estuviera diciendo estas palabras en su día importante.
—Bien, lo acepto, no seas el padrino, si no quieres, no necesitas enojarte de este modo, ¿cuántos años somos amigos para arruinar todo en un solo día?
Nathaniel quería arreglar las cosas rápidamente para que no se estropeara más su amistad, en cambio, William no pensaba en ceder apretando su mano con la suya.
—Esta vez no voy a escucharte, tienes muchos amigos aparte de mí, no sentirás mi falta. Total, siempre fui uno más en tu larga lista.
—No digas eso, tú eres mi amigo más valioso, ¿quieres que me disculpe? Si en este instante me pides que haga algo: lo haré.
Con ese pedido William tomó valor, total, ya no tenía nada que perder.
—Entonces deja a esa mujer y no te cases, esta es la primera vez que te pido una cosa, no me lo niegues —Nathaniel tenía una expresión de desconcierto.
¿Qué era esto? ¿Por qué su amigo está siendo tan irreconocible? Nathaniel retiró su mano riendo por lo absurdo y enojo que sentía.
—¿Qué clase de amigo eres, por qué quieres arruinar mi felicidad? Willy ¿desde cuándo tú me odias? Yo nunca dejaré a Liana, ni por ti ni por nadie. Si es eso lo que me pides a cambio de ser mi amigo, yo prefiero que dejemos de serlo
William cerró los ojos, sus labios fruncidos entre sí parecían temblar un poco. Volteó con rapidez abriendo la puerta diciendo a lo último, palabras amargas
—No intentes buscarme. Si te casas con ella no te perdonaré, morirás para mí, así como yo moriré para ti.
—Bien arroja a la basura todo, no me importa, realmente no me importas —le gritó en cólera, pero William ya se había marchado.
—¿Nathaniel por qué esos gritos? —preguntó Liana caminando hacia él, ella era hermosa con un cabello castaño oscuro y ojos verdes, su piel Lisa ligeramente chocolate le daba una luz a esos ojos brillantes y su vestido revoloteando la hacía parecer un Ángel.
—Nada, solo pasó algo que no entiendo —dijo lleno de frustración, frotando su cabeza por el dolor provocado en un instante.
—Pero le dijiste esas cosas —habló confundida —es la primera vez que los escucho pelear, ¿es mi culpa? Si es así, puedo disculparme.
Nathaniel se rio, no podía creer lo buena e inocente que era su novia. Agarro sus manos y le dio un beso en la frente
—Tú no has hecho nada malo, William solo está de mal humor —la calmó y Liana le dio un beso en su mejilla.
—Arregla las cosas con él. Son amigos hace tanto tiempo que me sentiría decepcionada si se separan —habló sinceramente y Nathaniel suspiró ¿Cómo iba a explicarle que William le pidió que la abandone? Él ya escogió estar con su novia, si William no lo puede aceptar: es mejor renunciar con esa amistad
—Hablaré de nuevo con él cuando se calme, no te preocupes —dijo dándole un beso en los labios
Hoy era un día para festejar, pero sin William acompañándolo ya no pareció tan agradable, se obligó a animarse y siguió disfrutando de la fiesta, ya después intentará arreglar las cosas