Miedos aun no superados

1311 Words
En cuanto se abrió aquella puerta escuche esos sonido que antes solo los escuchaba en mi mente o a veces en mis pesadillas, de esa traumática noche donde perdí a mis padres, recuerdo tan claro que desperté por esos sonido de risas diabólicas que solo los Broucotrons hacen, en cuanto abrí mis ojos vi que mi casa estaba cubierta de humo, me levante al costado de mi cama e intente abrir esa atascada, vieja ventana para tomar aire pero los nervios me lo impidieron, corrí a la habitación de mis padres pero no estaban allí, quería bajar a la primera planta de la casa para ver si se encontraban ahí, pero todo estaba en llamas, aun así no me importaba si moría quemada lo único que quería era estar con mis papas, cuando comencé abajar los escalones tosía como un anciano apunto de morir, a mitad de los escalones caí inconsciente por la cantidad de humo que inhale. No sé cuantos minutos me quede inconsciente, sentía que podía respirar mejor desperté tosiendo, con ganas de vomitar por ese olor penetrante a quemado y entre visiones borrosas vi la figura borrosa de un dragón volando sobre mi casa en llamas, no sabía porque yo me encontraba acostada en el suelo a unos dos metros afuera de mi casa. Fue lo último que vi, por desgracia volví a desmayarme. Después de eso desperté en la enfermería de la fortaleza donde me dieron a escoger trabajar aquí con ellos como cazadora o enviarme a un orfanato. El cuerpo me temblaba, tenía un nudo enorme en mi garganta que no me dejo pregunta más detalles acerca del accidente, solo comencé a llorar, fue muy duro empezar una vida llena de trabajos y obligaciones siendo una mimada de papá y mamá. Al principio no me llevaba con nadie de mis actuales compañeros a pesar de que solo éramos ocho niños no me entendía con ninguno de ellos, hasta que apareció Henrry 3 niveles superiores a mí, 2 años de diferencia, me cuidaba y era gracioso conmigo; después Margaret se hizo mi mejor amiga también. Las noches eran de lo peor para mí, la palabra orfanato retumbaba en mi cabeza como una canción pegajosa, recordándome que me había quedado, sola en este mundo feo. Cada noche extrañaba los abrazo y besos que me daban por las noches antes de dormir, recordaba el alimento caliente que pasaba por mi boca cada mañana tarde y noche, esos recuerdos me hacían llorar una y otra vez, sobre la almohada, cada noche era la misma historia, hasta que me canse de ser tan estúpida, agradecí de estar viva y de tener un alojamiento en la fortaleza. - ¡¡Vuelva a sus lugares!! Dijo el comándate, Steve en voz alta. Con ese grito, automáticamente deje de pensar en el pasado, rápidamente me forme al igual que mis compañeros, cuando entramos nos quedamos sin aliento, tenían alrededor de diez enormes jaulas de vidrio blindado, con diferentes tipos de criaturas algunas eran hermosas pero peligrosas como ejemplo había una sirena de tierra, tiene piernas y una cola larga con un tipo de alas saliendo de sus orejas, también tenemos al Hipocampo. Es un mostro marino, un hibrido de caballo y pez, se dice en la mitología que esta criatura suele ser domadas por las sirenas. Aquí tenemos la especie que ya conocemos, los broncotrons. El lugar estaba vigilado por guardias en cada esquina, muchos científicos con sus batas blancas pasaban caminando de un lugar a otro. tomando muestras a las criaturas de cabello uñas, y sangre. - Buenos días, chicos encantada de conocerlos, mi nombre es Nataly Molina dijo una chica alta con bata blanca, parecía ser muy cercana al comandante Steve se le acercó a darle un abrazo para saludarlo. Ella nos guio y explico las características físicas de cada una de las criaturas que se encontraban en las jaulas. - Señorita Nátaly porque hay 3 jaulas vacías pregunte. - Buena pregunta, es para cuando logremos capturar a un dragón, muy poco se les ve y son imposibles de atrapar, los hemos intentado seguir con helicóptero pero son muy rápidos. - Son lo suficiente mente resistente las jaulas? Pregunto Margaret - Si, efectivamente miren. Nataly tomo un bate de metal y le entrego a un compañero. - golpéelo con todas sus fuerzas, tranquilo no pasara nada dijo -Nataly-. Mi compañero golpeo con todas sus fuerzas el vidrio ni siquiera se rajo, Nataly nos explicó no solo es el vidrio de protección, ella presiono un botón rojo que tenía en una pared, salieron del suelo rejas metálicas muy gruesas. - No tienen de que preocuparse, nunca ha pasado nada, todo es muy seguro, como vieron ustedes para entrar tuvieron que pasar 2 puertas gruesas metálicas sin incluir la del corredor. Nos dijo Nataly. En cuanto a cabo las demostraciones el comandante nos envió a descansar temprano ya que mañana, es el día de nuestra primera salida, para usar nuestras habilidades. El sol se estaba ocultando, apenas eran las seis de la tarde y el anaranjado del atardecer estaba más bello que nunca, ni siquiera ese bello panorama despejaba mi mente obsesiva que no paraba de recordar a esas feas criaturas que vi en las jaulas. Del miedo ni siquiera me acerque a ver a al broncotron que tenían cautivo en zona 13 me quede aun lado como una cobarde, pero si observe a la sirena terrestre que también tenía dientes grandes afilados que me los enseño acompañados de un gruñido de ira en cuanto me acerque a observarla. - Me gustaría que no fueran aterradoras, así sería más simple me dije a mi misma. Cuando llegue a mi cuarto me saque el nuevo uniforme y lo colgué para el día de mañana, mi celular estaba muerto lo puse a cargar, empezó a entrar los mensajes todos eran de Margatet, me informo que mañana le darán el alta a Henrry. - ah, soy un asco de amiga, me olvide de pasar visitándolo y mañana no podré verlo. Tampoco podre mañana, salgo a cazar por primera vez. Mejor voy ahorita. Tome lo primero que había en el armario, unos pantalones cortos y blusa. Salí para la enfermería, cuando iba a entrar a la habitación escuche más de una voz en la habitación, Henrry estaba con una chica me acerque a ver sin que lo notaran. - ¿Será su novia, no conocía ese lado pillín de Henrry? Me dije a mi misma susurrando * No pude contener sacar una sonrisa de picardía*. No entre para no interrumpir, caminaba de regreso a mi habitación, pero aún era demasiado temprano, así que me desvié a mi lugar favorito la playa, donde puedo respirar y estar sola, solo ahí puedo encontrar la calma que todos los días busco. - ¡¡Steffy¡¡ ábreme las puertas. - Amiga, ¿otra vez vas a salir de la fortaleza? Hazlo en el día, ya está oscuro y es peligroso. *Me dijo Steffy con tono de preocupación*. - Tranquila, no es la primera vez que salgo, vuelvo en una hora. - Esta bien, pero si te pasa algo me hago la desentendida. No quiero perder mi puesto. Scarleth se despido de Steffy con una sonrisa. – No tienes remedio Scar, ¡asegúrate de volver¡. Me quite lo zapatos y las media para sentir la arena con mis pies, cerré mi ojos mientras caminaba tomando aire profundamente, cuando escuche un crujido de una rama, abrí los ojos, medí cuenta que estaba lejos de la fortaleza, regrese a ver a los dos lados y más a delante se veía un camino de palmeras, nuevamente escuche un sonido, me empezaron sudar las manos. Medí la vuelta y empecé a correr desesperadamente hacia fortaleza, mi pie se dobló y caí. Una voz masculina amigable y preocupada me pregunta – ¿Estas bien?
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