— Gracias —le digo.
— ¿Gracias? Gracias a ti por venir, me alegra haberte conocido.
Sonrío y miro muñeca. Me quito una pulsera azul que tengo que es como un lazo y cojo su muñeca para ponérsela.
— Esto es para que cuando te toques, te acuerdes de mí.
— Oh, la has puesto en la mano correcta -dice con una sonrisa y cuando ato la pulsera me levanto las gafas de sol para ponerlas en mi pelo.
Él mira la pulsera y después mi rostro tiene toda su atención. Las chicas están esperándome al lado del autobús para entrar mientras las demás personas entran.
— ¿Un beso de despedida? -Pregunta él.
Asiento y me pongo de puntillas, apoyando mis manos en su pecho mientras sus manos se colocan en mi cintura.
Nuestros labios se juntan y los movemos en sincronía. ¿La verdad? No quería separarme de él porque entrar en el autobús sería volver a la realidad, aunque sabía que soñaría despierta muchas veces con este momento.
Nos separamos y él me deja ir para después coger mi mano y apretarla.