¿La amas o cómo...?

1471 Words
Farah había decidido disfrutar de sus hermanos y si familia antes de que todo se volcara en opiniones con respecto a si era o no correcto que su hermana fuera reina, por lo que salió en la mañana a hacer ejercicio con Selene y Kamal. Desayunó junto a ellos y Lorenzo y tenía planes para ir a recoger a sus sobrinos del kínder. —Farah, estás demasiado callada. —Bueno, estamos comiendo. —Los ejercicios estuvieron matadores. —¿Te gustó el pilates? —Estuvo interesante. —Selene es flexible y tiene una condición impresionante, cuando ya te empecé a ver el nivel me arrepentí de haber elegido clase de principiante. —Oye, Farah, Selene y yo tenemos un par de compromisos a los que asistir. ¿Por qué no la llevas de shopping? —¿Qué ocupas? —Lencería, entre otras cosas.—responde Kamal y Lorenzo ríe. —Soñador—Los hermanos ríen. —Ocupo un par de vestidos de gala, pero… Kamal, te importa si no voy. —Eres mi socia de negocios y mi mujer, me importa demasiado si no vas. —Lorenzo y Farah compartieron una mirada. —No es por apoyar a Kamal en nada, porque mi deber en su vida y en la de cada uno de mis hermanos es ponerlo en su lugar, pero tú seguiste adelante con tu vida, de una forma u otra, él está esperando la mínima oportunidad en la tuya. Entonces, si puedes dejar de pensar en lo estúpido que es, yo voy a recordarte que es sexi, inteligente para los negocios, caritativo y empático. —comenta Farah. —Y casi todo el tiempo se ve nublado por su estupidez. —No sé que quiere Kamal, pero, no es a mí. Estoy segura de que hay una cláusula para tomar el reino en la que requiere a su primer esposa, y por eso, insiste en tenerme. —No, Selene, estás muy equivocada. Te quiero a ti, no quiero dos esposas, cuatro, ni mucho menos, una segunda esposa porque me has dejado, te quiero y te amo a ti y tú y o hemos vivido un montón de cosas juntos, si no quieres creerlo no lo hagas, pero, yo te amo a ti. —Me dejaste cuando más te necesitaba. —Y me quedé cuatro veces antes, te sostuve la mano todas las veces, y lloré en silencio, me hice el fuerte para ti y me ilusioné muchas veces. Sí, me fui y cuando volví pensé que tenías una familia, que el problema era yo… Las palabras de Kamal le llegan, ella sabe que no fue fácil para él tampoco, pero el dolor que sintió de aquella manera tan indescriptible cada una de las veces que perdió un hijo era cegadora, y le parecía injusto culpabilizarle por sentir dolor. —Nos hicimos exámenes y sabías que no había problema más que nos pasa. —Selene volví y te vi con Apolo, y la nena en brazos ¿Qué querías que pensara? —¿Mi sobrina, insistes en que es mi hija? —No, insisto en que el dolor ciega, te cegó a ti para ver que yo te necesitaba y que te amaba lo suficiente como para trabajar todas las opciones, pero me sentí igual de roto que tú. —Me estás responsabilizando. —No al 100 %, al 50 % que te corresponde. ¿Sabes que terminé en el psicólogo? ¿Qué tuve que tomar antidepresivos? ¿O qué... —Kamal se queda en silencio, porque no quiere reconocer frente a sus hermanos que intentó acabar con su vida. Mucho menos, tras la muerte de Maximiliano. La primera vez alguien le rescató del mar, y la segunda vez, su mayordomo se dio cuenta de que se había tomado más pastillas de las apropiadas. —No te estoy culpabilizando, tú estabas pasando un proceso difícil y yo, por el mío, había demasiado dolor y el del otro nos asfixiaba. La distancia nos ayudó a crecer. —responde y le toma la mano. —Mi dolor y mi estupidez nos arruinaron, y no me merezco una segunda oportunidad, pero, estoy dispuesto a trabajar por ganármela. Ágape, tú puedes jurar que tienes un plan que no me incluye, pero has esperado tanto como yo y me me amas de la misma forma intensa. Voy a trabajar duro; cueste lo que cueste. —Yo no puedo darle un bebé al reino Kamal, ¿has pensado en eso? —Ahora se adopta, se alquilan vientres y cosas—comenta Lorenzo y la pareja le mira. —Los reyes no pueden tener hijos por proceso de fertilización, no hay garantía de que el bebé sea 100 % del rey y de su reina responde Farah. —¿El chiste de ser rey no es cambiar las reglas? —pregunta Kamal. —Hay reglas que deben ser aprobadas por el consejo Kamal. Podrían hacer la parte invitro ahora que están aquí, pero el vientre siempre tendrá que ser el de Selene. —Es una decisión médica, privada —refuta Kamal. —Lo sé, pero ve a decirles a esos ancianos eso. A sus familias que ven el aire acondicionado como algo peligroso, creerán que el próximo rey es un robot. —No quiero discutir este tema si no es con Selene. —Pienso que es demasiado. —No es demasiado Selene, ¿quieres un mango? Yo te lo doy, ¿el coco del palo más alto? Yo te lo bajo. Si lo que quieres es un bebé, entonces tendremos un bebé. —¿Tú quieres ser papá? —pregunta Farah, su hermano, quien la fulmina con la mirada. —Quiero hacer a Selene feliz, quiero ser padre. —Quieres cumplir —aseguran las dos mujeres al unísono. —No quiero que mis hijos tengan la presión del reino, que si quiero cargarles en las mañanas y hacerles mal la cola para ir al kínder, que si me ilusiona elegir nombres y comprar pijamas, sí. No quiero tener a los hijos de tierra del sol, quiero tener a los míos. —Oh, Kamal, si quieres renunciar renuncia —le dice Lorenzo. —En la vida uno no puede renunciar a lo que ama, a la familia o a su legado —ataca Farah. —En la vida, uno tiene que buscar el bien común Farah. —Qué interesante… —dice Kamal y señala con el tenedor a Lorenzo y luego a Farah. —¿cuál es la historia c o m p l e t a? —La historia es que Lorenzo no me quiere. —No es así Farah, te quiero muchísimo, pero no voy a alimentar una historia de mayor escandalosa, que va a destruir a nuestra familia. —No me amas lo suficiente. —¿Hay millones de hombres y tú quieres follar con tu medio hermano? —Mi hermanastro, hay una diferencia. —Has a mí me parece inapropiado, entonces cuál de los dos viene a la cena de cumpleaños de mamá cuando se separen. —Entonces tú puedes follar con una menor de edad, embarazarla antes de casarte, después te casas, la embarazas cuatro veces más y la a b a n d o n a s, ¿y tú te mereces una segunda oportunidad en su vida, un matrimonio feliz y un hijo? —Kamal frunce el ceño. —¿Y yo no puedo iniciar una vida con Lorenzo porque mi tío se casó con su mamá? —No, porque tu tío se casó con la mujer a la que tú llamas mamá, ese es el problema Farah. Tú y él comparten hermanos, comparten padres, comparten sobrinos y tienen un pueblo que los admira. —No quiero a nadie que sea lo suficientemente cobarde como para no interesarse por todas las oraciones que comienzan con “no”. —La joven se pone en pie y se aleja de la mesa. Kamal cruza los brazos y rueda los ojos antes de acribillar a Lorenzo con preguntas. —¿Hace cuánto Loren? —Ella cree que somos algo desde que vivimos en la misma casa. Le he intentado explicar que nova a ocurrir, por eso me fui a vivir a Mainvillage con mi padre y por eso le pongo toda la distancia que es posible y de verdad la quiero y quiero que sea feliz, pero no sé cómo controlarla más. —La quieres o la amas y me refiero a amor de pareja Lorenzo, porque hay una diferencia entre la calentura inicial de cualquier relación y lo prohibido que suena tener sexo con tu no-hermanastro, pero si la amas entonces estás condenándole a ser infeliz y a ella—soluciona Selene. —¿La amas o no sientes nada? Porque esa es la diferencia Lorenzo, de eso está hablando Farah.
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