Los tíos del reino

1107 Words
Kamal había tenido una dificultad para sacar a su esposa de casa, mucho más para meterla en el jet privado, alguna gente, Selene, en específico, hubiesen calificado toda la acción como secuestro mal calificado, pero, él lo calificó como escapada romántica. —Kamal, tienes un hijo perdido y me lo cuentas así. —No, tengo dos sobrinos a los que les debo seis años de regalos, compra cosas, compra —Le anima ilusionado. El joven llama a su hermano al celular, le pregunta donde están y él les dice que en el apartamento de Nala. Le envía la dirección y Kamal paga extra para que le forren todos los regalos. De pequeño le gustaba cuando su tío Isam llegaba con los regalos de Navidad, quería ser siempre esa persona para sus sobrinos, el tío que sin importar la ocurrencia o la emergencia estaría con él. Kamal se prometió disculparse con su tío, había sido demasiado duro con él debido a la enfermedad de Selene, el miedo y la vergüenza le habían hecho reaccionar de mala manera. Elías, Nala y los niños están impresionados con la cantidad de regalos que les han hecho la tía Farah y el tío Lorenzo. Los hermanos miran la montaña de juguetes y a los hermanos de su papá. —Ellos no son tus hermanos, son actores —responde Said. —Ella es negra, él es rubio, tú eres, entre los dos —explica y Lorenzo ríe. —Yo soy adoptado. —Ahh, nosotros tuvimos un perro adoptado, pero encontramos a su familia y mi mamá nos obligó a devolverlo. —Yo necesito un abrazo —comenta Farah y se pone de rodillas. —¿Cuánto pagas por abrazo? —Said —le regaña su madre y él va riéndose a abrazar a Farah, la joven le hace una seña a su otro sobrino y él se acerca. —Son preciosos y huelen tan dulce… Lorenzo se inclina y les da un puño, luego les pegunta con qué quieren iniciar a jugar. Los golpes desesperados en la puerta llaman la atención de Nala quien mira horrorizada a Kamal quien tener una bolsa inmensa de regalos, su equipo de seguridad mete tres bolsas de regalos y por último ingresa su esposa, los hermanos ven a Selene y después a Kamal. —Hola, yo soy el tío Kamal. —se presenta. —Ella es la tía Selene. Yo vengo dispuesto a correr y a jugar todo el día. —Ellos no tienen fundamento, cuidado con lo que dices. Elías saluda a su hermano y le advierte que hasta él se cansa un poco con sus hijos. Nala ve la casa tan llena de cosas, de personas que decide invitarles a todos a un pícnic, toma los juguetes que sean para exteriores y los apura hacia la salida, los príncipes hablan, se ríen y se quedan sorprendidos con el parentesco. Farah toma la mano de la madre de sus sobrinos y se van quedando atrás. Comienzan a hablar rápidamente en uno de los dialectos y los tres hombres se quejan. Los pequeños van muy concentrados coqueteando con Selene, así que no se dan cuenta, solo su tío Kamal se da cuenta de lo coquetos que han resultado los hijos del príncipe Elías. —Eres muy guapa. —Oye, cuidado—le advierte Kamal y le toma para sacudirle, sus sobrinos ríen. Selene sonríe y les agradece por los comentarios tan dulces. —¿Por qué no hablan un idioma que todos entendamos? —Porque queremos privacidad. —Eso es de pésima educación. —Es Farah la mal educada —le acusa Kamal. —Yo quiero ir al teatro y la orquesta, los museos.—Farah contiene la respiración. — ¿y podemos por favor ir de fiesta? —pregunta y sus hermanos ríen. —No puedo. —Uhh, ¿por qué? —Los niños Farah, no pueden quedarse solos. —Tienes niñera—la acusa Elías. —A Nala no le gustan las discotecas. —Por mí, por favor—insiste. —Voy a pensármelo, tengo trabajo—se quejó. —¿Qué tal si sacas unas vacaciones? Los niños se quedan con Elías y nos vamos de spa en la mañana. —Déjate de locuras. —pide Nala y las dos ríen. Los niños ven el césped y apuran a Kamal para soltarles, salen corriendo y sus padres ríen ante el rostro de sorpresa de sus tíos. —Rápido corran. —les invitan. Farah ve sus zapatos de tacón y a los niños. —Gracias a dios tienen tantos tíos. —Zair y Amor los van a adorar —bromea Lorenzo antes de salir corriendo, sus hermanos van corriendo detrás y Selene observa a Kamal feliz detrás de los niños, correteando junto a sus hermanos. —Yo soy Nalany. —dice y estrecha su mano hacia la joven. — Nos conocimos la última vez. Ella miró a la joven, se había convertido en una mujer hermosa, era mucho más joven cuando la conoció. Ella extiende la mano hacia la joven que intentó educarle sobre como ser princesa, como comportarse. —¿Están juntos? —pregunta Farah. —La andas —grita Kamal y le pega a su hermana. Farah se quita los tacones y sale corriendo. Nala y Farah comparten una mirada a la familia Habib. Nala busca un lugar para tomar asiento y Selene le sigue, ella pide un montón de comida express y bebidas, todo lo que podría querer. —Kamal está como loco con la idea de ser tío. —Son pésima influencia. No sé qué haremos con los regalos. —Le dije a Kamal que era una cantidad exagerada. —comenta Selene. Nala le pregunta si no pudo notificarles a Lorenzo y Farah, la princesa se ríe y les dice que Lorenzo planeaba visitar sin nada y cuando la vio tan feliz comprando se contagió. Las tres rieron y Farah solucionó que lo que se repitiera, lo que no les gustara o pareciera demasiado, podría ser donado a las iglesias o escuelas. Cinco pizzas diferentes, bebidas, hamburguesas, papas y menú vegetariano llegan una media hora más tarde, los niños vienen en decididos a comer. Todos conversan animadamente. Nala toma a Said de la mano y le obliga a tomar asiento porque pretende caminar y comer. —Nala, ¿a qué te dedicas? —Mi mamá está en la restauración de un edificio viejo para crear un loft. —Informa Ellis. —Wow, tú que quieres ser de mayor. —Yo voy a construir edificios como mi mamá. —¿Y tú Said? —Yo voy a venderlos obvio —todos ríen.
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