Alaia del Olmo
Al llegar a Las Vegas Sam y yo nos habíamos ido de compras claro que todo patrocinado por su padre quien nos había hecho una videollamada pidiendo disculpas por no estar presente para mí.
Hubiese deseado que eso hubiese sido mi padre, que él lo hubiese hecho sin embargo estaba un extraño pagando todo para que yo pudiera disfrutar y dejar de pensar en lo que me había pasado.
Santiago definitivamente si era un padre incluso para alguien que no llevaba su sangre.
Había dejado que Sam escogiera toda mi ropa así que ya había escogido ropa muy sexy y yo estaba más dispuesta que nunca a colocarmela, esta noche al final había elegido un vestido muy corto que nada reflejaba lo que yo era en realidad pero aquí podría ser otra yo al menos eso quería hacer.
Con algo de dinero, un par de tarjetas de crédito y nuestras identificaciones habíamos tomado un taxi rumbo a la discoteca que nos recibiría toda la noche y la madrugada.
Con solo decir su apellido nos dejaron pasar y rápidamente nos ofrecieron la zona VIP, no es que no estuviese acostumbrada a estos tratos al salir con Sam pero aún me parecía un poco extraño que su apellido nos diera tantos privilegios.
— nos puedes dar cinco chupitos—gritos Sam para que el mesero la escuchara a través de la música, él asintió para luego bajar después de unos minutos subir con una bandeja llena de chupitos, respire profundo antes de tomar uno y ponerlo en mi boca dejar que el líquido atravesara mi garganta, tengo que admitir que no estoy acostumbrada a beber tanto pero hoy estaba dispuesta, el líquido rápidamente quemó mi garganta pero se sintió adictivo así que fui por otro—con calma tendremos toda la noche para esto Alaia —me dijo mi amiga asentí con la cabeza.
En la zona VIP mi amiga y yo bailábamos arriba del sofá.
realmente estaba disfrutando de la noche.
—¿Y si vamos a la pista?—le grité para que ella pudiera oirme
Cuando vi que asintió la tomé de la mano y juntas bajamos la escalera.
La pista estaba muy llena pero se veía muy divertido ver a tantas personas bailar y disfrutar la música, era atrayente así que ambas nos colocamos en el medio de la pista y comenzamos a bailar juntas me dejé llevar por el ritmo y moví mis caderas cerré mis ojos y comencé a disfrutar junto a mi amiga.
Cuando el calor se apoderó de mi cuerpo decidí que era momento de ir por otro trago.
—¿A dónde vas?—preguntó Sam mientras tomó mi mano para detenerme.
—solo iré por unos tragos para ambas—le dije ella asintió para luego seguir bailando.
Pude ver como un hombre se acercaba a ella bastante atractivo y realmente parecía ser muy de su estilo, no pude evitar sonreír aunque sentía algo de pena por ella o más bien con ella puesto que ambas habíamos prometido regresar juntas aunque era más una promesa de ella que mía porque yo seguramente sí que regresaría a la habitación.
—¿Qué quieres de tomar?—me preguntó el barman
—dame dos mojitos por favor —pidió una voz varonil y muy atractiva justo detrás de mí—uno para la hermosa dama aquí presente y otro para mí
Me giré para ver quién era la persona que había hablado.
Al girarme casi abro la boca de la sorpresa, detrás de mí estaba un hombre sumamente atractivo ojos grises, cabello castaño, piel morena, una pequeña barba y una sonrisa de lado, no pude evitar mirarlo de arriba abajo, tenía un traje color n***o con una corbata del mismo color.
Este parecía ser un hombre de negocio y me preguntaba qué hacía un hombre como él en una discoteca como ésta, no es que fuese una mala discoteca solo que parecía venir del trabajo y hombres como él no suelen ir a discotecas como estas al menos no bajar del VIP.
— disculpe pero era mi turno— logré decir a duras penas sin tartamudear
— No te preocupes he pedido uno para ti y uno para mí— me dijo de forma suave y dulce pero a la vez sonando muy masculino e incluso dominante.
Mi corazón se aceleró rápidamente no puedo evitar sonreír
— ¿debo darte las gracias?— pregunté
¿Acaso le estaba coqueteando este desconocido?
Y si lo estaba haciendo cuál era el problema yo era una mujer soltera y que era lo peor que podía pasar.
—Mi nombre es Leonardo—dijo mientras estiraba su mano, supongo que para que la tomara así que eso hice, el beso el torso de mi mano y no pude evitar estremecerme ante eso.
— Soy Alaia— Logré decir
— Qué hermoso nombre ¿tiene algún significado?— Pregunto
— No creo, supongo que a mi madre le gustó y ya — Me límite a decir
El barman dejó nuestros tragos en la barra así que tomé el mío y le di un sorbo.
No creo que haya sido lo más adecuado pero lo hice.
— puedo decirte que tienes unos ojos muy hermosos— me sonrojé antes su halago
Si yo tenía unos ojos hermosos que quedaba para él.
No pude evitar morderme el labio sus ojos bajaron directamente a ellos.
Basta Alaia tu no eres así!
Controlate!
— Gracias — Susurré
Creo que el alcohol me está afectando y es hora de que me vaya al hotel, debo ir a buscar a Samantha para irnos antes de que haga algo el cual no deba.
— ¿Bailamos?
Di que no Alaia, solo di que no, tenemos que regresarnos
— Claro...
Solo es diversión, solo voy a bailar con él un rato, voy a disfrutar debo recordar que ahora estoy soltera y qué puedo hacer lo que yo quiera no tengo que respetar a nadie además yo no me acostaría con alguien que acabo de conocer, no le entregaría mi primera vez a alguien así borracha
Tomé su mano y lo llevé directamente hacia la pista, dejé que llevara sus manos hasta mi cintura y comencé a moverme nuevamente al ritmo de la música tratando de verme sensual ¿por qué? no sé, quizás quería impresionar a este atractivo hombre
A lo lejos pude ver a Sam bailar con un hombre también supongo que no estaría sola mientras yo bailaba con Leonardo